sábado, 3 de agosto de 2013

Fragmentos de La mujer de nadie

``La mujer de nadie´´ de Angela Wells.

''Él le tendió una mano para ayudarla, pero ella, queriendo evitar cualquier contacto, saltó sola; resbaló y cayó al agua.
Andreas reaccionó con una rapidez asombrosa, se lanzó al mar y detuvo a Verona por las axilas para evitar que se golpease contra las rocas. Por instinto, la joven se aferró a él, y de pronto, sin saber cómo, se encontró entre sus brazos... ¡lo que significaba un peligro mayor que una magulladura contra una roca!
-¿Serías tan amable de soltarme?- preguntó, casi sin reconocer su propia voz.
Andreas la obedeció, más al hacerlo el cuerpo de ella descendió muy poco a poco, en un apretado deslizamiento contra el suyo, sin que sus manos la soltaran. Verona sentía que la piel le ardía, por la sensación que el estrecho contacto le producía. Bajo el agua, sus piernas se entrelazaron debido a la fuerza de la corriente, con lo que sus cuerpos quedaron en un perfecto ajuste, como piezas de un rompecabezas.
-Verona...- su nombre fue un suspiro en los labios de Andreas; entonces, él la hizo volverse, le puso una mano tras la cabeza y la otra en su espalda, al tiempo que se apoderaba de su boca.''


''-¿Sabes? Existe un antiguo proverbio cretense que dice: ``La mano de un hombre descubre el cielo cuando toca la carne suave de una mujer hermosa´´- suspiró-. Al parecer, hoy la fortuna me sonríe, pues he descubierto el cielo más de una vez.''


''-Planeaste una dulce venganza, y el hecho de que me lo merezco no lo hace menos doloroso.
-¿Venganza?- inquirió Verona sin comprender.
-Haciéndome creer que me amabas- su respiración era agitada, mientras el dolor deformaba su rostro-. En una ocasión me dijiste que entregarías tu cuerpo sólo al hombre que tuviese tu corazón... y yo te creí.''


-Quieres llevarte hasta la última gota de mi sangre, ¿verdad yatáki?- el tono ácido de su voz era inequívoco y había pequeñas líneas de tensión a los lados de su boca-. ¿Te divierte fingir que no sabías lo que siento por ti? ¿Quieres oírlo de mis propios labios antes de irte?
Verona se estremeció y desvió la vista para no ver el cruel brillo en los ojos de Andreas.
-¿Y cómo iba a saberlo?- clamó-. Si tú nunca me has hablado de amor...
-No estás tan ciega, agapi mou, y con toda seguridad puedes leer lo que hay en el corazón de un hombre cuando éste te mira. ¿De verdad no sabes que cuando encendí la vela en la catedral de Heraclión fue para rogarle a Nuestra Señora que despertase en ti los sentimientos que ya me poseían? Y en el yate, cuando te deseé con tanta desesperación y te dije que te amaba, ¿te has olvidado de eso?''


''-Tuve la suficiente arrogancia y tontería para imaginarme que, como yo, tú también habías perdido el corazón... que yo era para ti alguien tan especial como tú lo eras para mí, y que deseabas compartir el resto de tu vida...''


''-¿Necesita ayuda? ¿Va a venir alguien a recogerla, o piensa coger un taxi?
Verona se volvió, con el cuerpo vibrando de indescriptible goce. ¡La había esperado! Era toda la prueba que necesitaba para saber que todavía tenía un lugar en su corazón.
-Alguien me espera- dijo echándose a los brazos de Andreas.
-Nunca perdí la esperanza, yatáki mou- susurró él, cubriéndole la cara con ardientes besos-. Tenía que dejarte ir, pero esperaba que me dieras otra oportunidad de ganarme tu amor. Me he sentado en el coche a esperar que saliera tu avión. Acababa de esfumarse mi última esperanza cuando te he visto- su voz estaba impregnada de emoción, cuando el rugido de las turbinas de un avión atrajo la atención de los dos hacia el cielo.''


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