''Las palabras pueden llegar a la mentira, los hechos a la realidad. Por eso no me digas que me amas, ámame.''
''Esto que llamamos cuerpo es sólo una concha protectora que alberga lo más importante que poseemos... lo que nos distingue a ti y a mi: el alma.''
''Dicen que las lágrimas son el arcoiris del alma.''
''Entonces le hizo levantar el rostro y la miró a sus ojos grises, nublados por una expresión confusa. Eran tan suaves como la llovizna de verano, pensó. Tenía un corazón de oro y era delicioso tenerla en sus brazos. Bajó la mirada a su boca, sensual y ligeramente entreabierta. Sería una estupidez hacer lo que estaba pensando. Lo sabía con toda seguridad, pero aun así su cabeza se inclinó hacia ella y su boca entró en contacto con aquellos labios rosados. Su tacto era tan suave como se había imaginado, y temblaban ligeramente bajo la delicada presión que él ejercía. Dudó un momento y se separó unos centímetros para ver lo que ella deseaba realmente. Della tenía los dedos contra su camisa, apenas rozándolo, pero entonces extendió las palmas y las presionó contra su pecho. Aquel tímido movimiento fue todo el aliciente que Chris necesitaba. volvió a inclinarse sobre ella y esa vez la presión de sus labios no fue precisamente tierna ni breve.
Della sintió que el corazón se le detenía cuando los brazos de Chris la rodearon con fuerza y la apretaron contra su cuerpo alto y musculoso.''
''Slayde sintió golpear el corazón en las costillas. Se sentía impulsado por un deseo vehemente que no había experimentado jamás antes. Movido por ese impulso, y por un instinto que ni sabía que poseía, bajó la cabeza y se apoderó de su boca con la suya.
El mundo cambió, para siempre.''
''Al instante su mirada pasó a sus labios. Condenación. ¿Qué tenía esa mujer que le reducía a cenizas toda su resolución, todas las promesas que había cumplido todos esos años? Todo el trayecto en coche hasta Dartmouth lo pasó repitiéndose los motivos para mantenerse alejado de ella, para no hacer caso de la atracción entre ellos. Y aún no hacía una hora que había vuelto a casa, y no era capaz de pensar en otra cosa que cogerla en sus brazos y saborear su boca.''
''-Cutterton dijo que caíste al suelo- dijo él, notando lo ronca que le salió la voz-. Que te trajo de vuelta a la casa.
-Es cierto. Fue muy, muy amable.
-Y tú estas muy, muy débil- le enmarcó la cara con las manos-. ¿Qué debo hacer para impedir que pongas en peligro tu reputación? ¿Encerrarte con llave en tu habitación?
-Eso depende. ¿Estarías aquí encerrado conmigo?
En el instante en que ella dijo esas palabras, él notó que se sentía tremendamente humillada, como si quisiera hundirse en el suelo y morir. También notó su cara caliente en las palmas, y dos manchas tan rojas como su pelo le tiñeron las mejillas.
-Perdona...
-Sí- se oyó decir él, conmovido por esa sinceridad e impulsado por algo más fuerte que su resistencia-. Sí, estaría aquí contigo.''
''La desesperación se apoderó de ella, chillando como en busca de alivio.
-Slayde, no soporto esto. Quítame este vacío.
A él se le oscurecieron los ojos plateados, con emoción reprimida.
-Sabe Dios cuanto lo deseo- le rozó las mejillas y el puente de la nariz con los labios-. Si pudiera, absorbería todo el dolor y el frío, te llenaría hasta el último agujero de vacío. Con el tiempo, tú misma naturaleza llenará el vacío- guardó silencio un momento-. Tal como ha llenado el mío.''
''-Slayde- dijo, para hacer la pregunta que la atormentaba desde el momento en que fue a verlo a su habitación-. La noche anterior a tu marcha de Pembourne, dijiste que me amabas. ¿Lo dijiste en serio?
Él le sostuvo la mirada.
-Lo dije en serio.
-Entonces dilo otra vez. Si es posible que mi amor llene tu vacío, tal vez el tuyo pueda llenar el mío.
Él le enmarcó tiernamente la cara entra las manos.
-Te amo- dijo, simplemente-. Tú dolor es mío.
A ella se le llenaron los ojos de lágrimas.
-Quédate conmigo. No te vayas.
-No me iré.
-Te necesito.
Él se estremeció.
-Yo también te necesito.''
''-Mi futuro está contigo. Traiga lo que traiga ese futuro.
Slayde gimió y le acercó la cabeza para que se tocaran sus frentes.
-Deseo eso con tanta desesperación que me aterra. Porque no tengo derecho. No tengo derecho a sentir lo que siento, a desear lo que deseo. Pero, Dios mío, cuánto te necesito, yo, que jamás he necesitado a nadie en mi vida. Necesito que llenes mi vida, que me llenes a mí, todo lo que no sabía que tenía vacío.''
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