``La rica heredera´´ de Karyn Monk.
''-Estás enfadado- insistió-. ¿Por qué?
¿Qué podía decirle?, se preguntó desesperadamente. ¿Qué estaba furioso porque iba a dejarle? ¿Qué nada había sido igual desde que entró en su vida y que ahora no quería perderla? Era ridículo. No podía quedarse con él. No tenía ningún derecho sobre ella, y jamás lo tendría.''
''En ese momento sólo le importaba el resplandor de las llamas de la chimenea que se reflejaban en sus mejillas, y los suaves jadeos que salían de su garganta mientras estaba tumbada a su lado, mirándole con los ojos ardientes.
No voy a abandonarte, le había dicho en una fervorosa e inocente promesa. Pero le abandonaría, y al darse cuenta sintió que se le clavaba un puñal en el pecho, que le dejó vacío y desgarrado. Ya le estaba abandonando, aunque no lo sabía, con su creciente independencia y el descubrimiento de sus recursos y habilidades. Ya no le necesitaba, y cada día le necesitaba menos aún.
Quédate conmigo, le suplicó en silencio mientras se tendía sobre ella, rodeándole la cara con las manos y acercando su boca a la suya.
No me dejes, rogó febrilmente con su dureza apoyada en su húmedo calor, sintiéndose como si estuviese a punto de llorar.
Te necesito, confesó con voz quebrada, esperando que lo comprendiera aunque ni él mismo lo entendía. Quería decirle todo eso y mucho más, convencido de que si comprendía cuánto la necesitaba jamás sería capaz de marcharse. Respiró profundamente mientras la miraba con desesperación, decidido a hacerla suya y sabiendo a la vez que era imposible.''
''Quédate conmigo, le suplicó mientras ella le agarraba con más fuerza y comenzaba a lamerle los labios, la mandíbula y el cuello.
Te mantendré a salvo, le prometió moviéndose cada vez más rápido dentro de ella, queriendo perderse en sus gloriosas profundidades. Se habría quedado así para siempre, hundido en el maravilloso cuerpo de Amelia, con su suavidad agitándose contra él y su aroma inundando sus sentidos.''
''No me abandones, imploró preguntándose cómo podría soportarlo.
Deshizo el beso y cerró los ojos, incapaz de mirarla por temor a que pudiera ver su alma desgarrada.
Amelia apoyó la mejilla en el pecho de Jack, notando los latidos de su corazón. No estaba preparada para lo que había ocurrido entre ellos. Se quedó totalmente quieta, escuchando su respiración, preguntándose si él estaría sintiendo unas emociones tan intensas y desconcertantes como las que sentía ella. Esperaba que le dijera algo, que le explicara qué iba a pasar ahora.
Él no dijo nada.''
''Jack subió corriendo por la escalera. Amelia había vuelto. Después de una semana angustiosa pensando que nunca volvería a ver su radiante sonrisa, ni a oler su delicada fragancia, ni a sentir la suavidad de su mano en la cicatriz de su mejilla, había regresado.''
''Jack movió la cabeza.
-Amelia Belford no está enamorada de mí, Genevieve.
-¿Cómo lo sabes?
``Porque una mujer tan extraordinaria como ella no puede enamorarse de un bastardo egoísta como yo.´´
''Había dejado irse a Amelia. Siempre había sabido que le abandonaría. Pero durante un breve instante pensó que había conseguido unirla a él, que le había hecho comprender con su tacto lo que era incapaz de expresar con palabras.''
''Quería abrazarla y hundir su cara en su garganta aterciopelada, aspirar su dulce fragancia mientras la estrechaba contra él. Pero la inseguridad le mantenía paralizado. Le había rogado que no le abandonara, y lo había hecho.
No soportaría perderla por segunda vez.''
''Sabía que él no la merecía. Era demasiado elegante y refinada para él. Pero en ese momento no le importaba. La amaba. No tenía intención de enamorarse de ella, pero se había enamorado. Y ella quería que la llevara a casa, a su pequeña y deteriorada casa, con sus muebles, sus cuadros de barcos y las espadas oxidadas colgadas en las paredes. La llevaría allí. La llevaría donde quisiera ir. Ya no le importaba.
Su casa estaba donde pudiera estar con Amelia.''
''-Te quiero, Jack- dijo fervorosamente-. Y siempre te querré. Puedes creerme ahora o puedes pasar los próximos cincuenta años dejándome que te lo demuestre- afirmó antes de concluir con tono burlón-. Pero creo que deberías casarte conmigo para proteger la poca reputación que me queda.
Jack la miró asombrado, sin poder creer que tuviera a su alcanza algo tan glorioso. Comenzó a invadirle una vaga sensación de dicha, lenta al principio, como un chorro de agua derritiendo la superficie de un estanque helado. Amelia le amaba. Y quería compartir su vida con él.
Era tan simple y tan increíble como eso.
-Cásate conmigo, Amelia.- La atrajo hacia él y bajó la cabeza hasta que sus labios tocaron su boca aterciopelada. Después susurró con una angustiosa ternura-. Por favor.''
Un lugar en el que poder leer fragmentos de libros, añadir otros, o escribir citas propias. ¡Animaos!
viernes, 29 de agosto de 2014
viernes, 22 de agosto de 2014
Fragmentos de Tierra de pasiones
``Tierra de pasiones´´ de Diana Palmer.

''-Es un matrimonio de conveniencia. Judd no quiere... eso.
Cash enarcó las dejas.
-¿Pero tú sí?
Crissy bajó la mirada.
-Lo que yo quiera no importa.''
''-Feliz Año Nuevo, Judd. Espero que el próximo sea más feliz... para los dos.
Salió del salón. Judd se quedó mirando cómo se alejaba con el corazón abatido, sintiéndose como si acabara de caer en un pozo del que no podía salir. Había visto tanto dolor en aquellos ojos castaños, tanto tormento... Christabel se refugiaría en Grier, maldito fuera, y este se casaría con ella en un abrir y cerrar de ojos a la mínima oportunidad. Pero Grier no podría hacerla feliz.''
''La mirada de Judd delataba sus intenciones. Había olvidado la ley, el deber, el honor, todo, dominado por el peor temor que había experimentado en su vida. Si Christabel moría, sería un hombre sin ley. Ya no le importaría nada en el mundo, nunca, salvo la venganza. Se sentía frío, enfermo y horrorizado, y no podía arrancar la mirada del rostro contraído por el dolor de Christabel. Lo estaba matando verla así.''
''Judd le había tocado la mano y había recordado sus últimas palabras antes de la aparición de Clark. Cría que estaba asqueado con ella, que no quería verla, ni que corriera tras él con el corazón en la mano. Si no sobrevivía, Christabel lo recordaría con dolor y traición.
No era cierto. No estaba asqueado. Yacía despierto todas las noches reviviendo la pasión que habían compartido. La echaba de menos. Era como estar sin una pierna o un brazo. Le había dicho a Christabel que no quería nada permanente y, de pronto, tal vez la elección no fuera suya.''
''Christabel había recibido un impacto dirigido a él. Había estado dispuesta a dar su propia vida para salvarlo. Nunca imaginó que ella podía quererlo tanto.
Tendría que salvar el abismo que había creado entre ellos, y sabía que no resultaría fácil.''
''Había dado la espalda a los ojos ávidos de Christabel, a sus sueños de una vida con él. De pronto, él quería recuperar todo aquello, pero ella no. Se mostraba más distante y reservada que nunca. Empezaba a temer que fuera demasiado tarde. Incluso él, con su enorme confianza en sí mismo, se sentía inseguro ante la amenaza que representaba Cash Grier.''
''Había viajado a Japón por motivos de trabajo hacía unos años, cuando los Ranger de Texas colaboraban con la Interpol.
-No se puede describir, hay que verlo.
-Sí- suspiró Crissy con placer-. Es muy hermoso.
Judd estaba observando el perfil de Christabel, grabándose su imagen.
-Mucho- susurró.''
''Judd palideció. Christabel no había estado tomando la píldora y se sentía culpable. Lo había visto con Tippy en el granero y, como no sabía que había sido un beso fingido, estaba decidida a no interponerse en su felicidad, a no echar a perder sus posibilidades con un bebé del que no tenía noticia. Quizá pensara que tampoco quería responsabilizarse del niño.
Se dejó caer en el sofá y se quedó sentado, atónito y taciturno.
-Me gustan los bebés- dijo Grier-. Estoy en esa edad en la pienso mucho en ellos. Puedo vivir en cualquier parte. Si quieres que Crissy se vaya, la seguiré. Puede que ceda algún día y se case conmigo. Adoptaré al niño y lo querré como si fuera mío.
Las puertas se estaban cerrando. En algún momento, Judd había perdido a Christabel y al bebé, y ante él se habría un futuro lúgubre.''

''-Es un matrimonio de conveniencia. Judd no quiere... eso.
Cash enarcó las dejas.
-¿Pero tú sí?
Crissy bajó la mirada.
-Lo que yo quiera no importa.''
''-Feliz Año Nuevo, Judd. Espero que el próximo sea más feliz... para los dos.
Salió del salón. Judd se quedó mirando cómo se alejaba con el corazón abatido, sintiéndose como si acabara de caer en un pozo del que no podía salir. Había visto tanto dolor en aquellos ojos castaños, tanto tormento... Christabel se refugiaría en Grier, maldito fuera, y este se casaría con ella en un abrir y cerrar de ojos a la mínima oportunidad. Pero Grier no podría hacerla feliz.''
''La mirada de Judd delataba sus intenciones. Había olvidado la ley, el deber, el honor, todo, dominado por el peor temor que había experimentado en su vida. Si Christabel moría, sería un hombre sin ley. Ya no le importaría nada en el mundo, nunca, salvo la venganza. Se sentía frío, enfermo y horrorizado, y no podía arrancar la mirada del rostro contraído por el dolor de Christabel. Lo estaba matando verla así.''
''Judd le había tocado la mano y había recordado sus últimas palabras antes de la aparición de Clark. Cría que estaba asqueado con ella, que no quería verla, ni que corriera tras él con el corazón en la mano. Si no sobrevivía, Christabel lo recordaría con dolor y traición.
No era cierto. No estaba asqueado. Yacía despierto todas las noches reviviendo la pasión que habían compartido. La echaba de menos. Era como estar sin una pierna o un brazo. Le había dicho a Christabel que no quería nada permanente y, de pronto, tal vez la elección no fuera suya.''
''Christabel había recibido un impacto dirigido a él. Había estado dispuesta a dar su propia vida para salvarlo. Nunca imaginó que ella podía quererlo tanto.
Tendría que salvar el abismo que había creado entre ellos, y sabía que no resultaría fácil.''
''Había dado la espalda a los ojos ávidos de Christabel, a sus sueños de una vida con él. De pronto, él quería recuperar todo aquello, pero ella no. Se mostraba más distante y reservada que nunca. Empezaba a temer que fuera demasiado tarde. Incluso él, con su enorme confianza en sí mismo, se sentía inseguro ante la amenaza que representaba Cash Grier.''
''Había viajado a Japón por motivos de trabajo hacía unos años, cuando los Ranger de Texas colaboraban con la Interpol.
-No se puede describir, hay que verlo.
-Sí- suspiró Crissy con placer-. Es muy hermoso.
Judd estaba observando el perfil de Christabel, grabándose su imagen.
-Mucho- susurró.''
''Judd palideció. Christabel no había estado tomando la píldora y se sentía culpable. Lo había visto con Tippy en el granero y, como no sabía que había sido un beso fingido, estaba decidida a no interponerse en su felicidad, a no echar a perder sus posibilidades con un bebé del que no tenía noticia. Quizá pensara que tampoco quería responsabilizarse del niño.
Se dejó caer en el sofá y se quedó sentado, atónito y taciturno.
-Me gustan los bebés- dijo Grier-. Estoy en esa edad en la pienso mucho en ellos. Puedo vivir en cualquier parte. Si quieres que Crissy se vaya, la seguiré. Puede que ceda algún día y se case conmigo. Adoptaré al niño y lo querré como si fuera mío.
Las puertas se estaban cerrando. En algún momento, Judd había perdido a Christabel y al bebé, y ante él se habría un futuro lúgubre.''
viernes, 15 de agosto de 2014
Fragmentos de La bella y el barón
``La bella y el barón´´ de Deborah Hale.
''-¿Y por qué supone usted que debo tener un admirador?
Se quitó por fin el sombrero y lo dejó sobre el escabel con el que había tropezado. Luego se levantó y caminó al otro extremo de la habitación, en el que se colaban unos cuantos rayos de sol. Uno de ellos iluminó su cabeza como si fuese el aura de un hada madrina.
La respuesta a su pregunta era tan obvia que Lucius sólo pudo mirarla boquiabierto.
Si tuviese que elegir una sola palabra para resumir su físico, elegiría generoso. Ojos grandes y luminosos, del cálido pelaje de un cervatillo salpicado de dorado sol. Unos labios tan carnosos que parecían suplicar un beso. Facciones con tal dulzura que le hacía pensar en melocotones maduros esperando la recolección.
Su belleza lo hechizaba de tal modo que sus pensamientos íntimos se le escaparon en un susurro.
-Lo que me preguntó es por qué no tienes cientos.''
''Las palabras de su abuelo le habían hecho recuperar el buen juicio. Ángela se preocupaba de todo el mundo: herreros borrachos y sus esposas, nobles envejecidos, veteranos de guerra desfigurados... lo mismo que las estrellas proyectaban su fulgor sobre justos y pecadores. No debía engañarse creyendo que había o que podía disfrutar de un lugar especial en su corazón.''
''Había otra empresa que podría surtir el mismo efecto. Una que como mejor se llevaba a cabo era en la oscuridad de la noche.
Su cuerpo respondió ante esa idea y la cercanía de Ángela. Lo que daría por verla sólo una vez desnuda como una diosa, tocada por la sonrosada luz del amanecer o el crepúsculo, sus rizos sueltos sobre los hombros y cayendo encima de sus pechos... despertarla, sacarla de su virginidad haciéndole el amor del modo más delicado y perderse por fin en su carne cálida y acogedora... ¿Qué daría por algo así?
¿Su título? Sin pestañear.
¿Su fortuna? Sin dudarlo un segundo.
¿Su alma? Puede que incluso la diera.
Sintió que tomaba su mano. Si se giraba un poco, podía demostrarle cuánto podía afectarle y con qué poco.''
''-Dije que deberías evitar el champán a menos que deseases cometer una indiscreción.
-Cuando lo dices así, suena... tentador.
Sus palabras fueron para él como un beso en una parte del corazón que llevaba tiempo dormida y que la creía muerta.
-Sí, ¿verdad? Puede que incluso me sienta tentado yo también. Creo que he tenido demasiada discreción en mi vida últimamente.''
''¿Qué hombre con un corazón en el pecho, por muy dañado que lo tuviera, sería capaz de no sentir algo por ella?''
''-Estoy llena- declaró Ángela después de que se hubiera comido unos cuantos dulces más, pero todavía tomó otra de aquellas tartaletas de arándanos y la sostuvo en la mano entre ellos.- Aún así, esta tiene una pinta tan deliciosa que estoy dispuesta a probarla. Pero no creo que pueda comérmela toda. ¿La compartimos?
Lucius accedió, y se acercó al dulce al mismo tiempo que lo hacía Ángela. El sabor silvestre de los arándanos y la crema de moras inundó su boca, pero Lucius supo que sería insípido comparado con el sabor de sus labios.
Y estaba en lo cierto.
Aunque casi se atragantó con el bocado por liberar su boca, mereció la pena. Capturó los labios de Ángela, y ella no sólo le dejó hacer, sino que los entreabrió para recibirlo.
Más dulce que las moras, más rica que la crema, tan embriagadora como el champán, su beso le aceleró el latido del corazón hasta hacerlo latir al ritmo de la música.
Tenía que hacer algo. Tenía que explicarle a Ángela el cambio tan intenso e inesperado que habían experimentado sus sentimientos hacia ella. Y que estaba decidido a cortejarla de verdad.''
''Si lo que sentía por él podía desbaratarse con tanta facilidad, ¿qué posibilidad habrían tenido de una vida juntos? Mejor perderla en aquel momento que más tarde, cuando ya hubiese echado raíces en su corazón. Mejor apartarla de su vida que perderla.''
''Estaba a punto de darse la vuelta con un suspiro cuando ella lo abrazó.
-No quiero que te quedes por esas razones ni por ninguna otra con algún sentido. Quiero que te quedes porque no puedo soportar estar lejos de ti- sus labios casi se rozaron-. Incluso ahora estoy demasiado lejos. ¿Puedes enseñarme a acercarme más?
Lucius supo entonces qué era lo que había querido desde que vio por primera vez a Ángela Lacewood en el salón de Netherstowe. Su belleza lo había deslumbrado aquel día. Desde entonces, su fulgor había sido intensificado al descubrir que su rostro y su físico eran sólo la fachada de su verdadera belleza.''
''-¡No quiero tu compasión, Ángela!
-¿Qué quieres entonces? ¿Mi amor? Porque eso ya lo tienes, te guste o no.''
''Quería poder pasear con Lucius por un jardín a la luz de la luna. Acurrucarse en sus brazos y contemplar las estrellas. Meterse con él en la cama durante la noche y dejarse transportar por su voz y sus caricias.''
''Cuánto desearía ser una sombra desaparecida en un rincón de su habitación mientras leía sus cartas. Observar el movimiento de sus ojos mientras avanzaba por las líneas y digería sus palabras. Oír cómo se aceleraba su respiración o cómo se contenía en alguna frase extraída de lo más hondo de su corazón.''
''-¿Qué te hace pensar que no sería feliz aquí... contigo?
A pesar de la suavidad con que había pronunciado aquellas palabras, fueron un cañonazo directo al blanco. ¿Sería consciente de lo mucho que le gustaría creer que aquello era posible?
Renunciar a su fortuna, a su título, a cualquier cosa con tal de que Ángela fuera feliz allí con él.''
''Por el momento, sólo estaba seguro de dos cosas: una, que quería a Ángela. Y la otra, que quería estar con ella y hacerla feliz.
Lo que no sabía era si sería posible hacer ambas cosas a un tiempo.''
''-Ahora que ya no tengo poder para obligarte a que te cases conmigo, ¿estás dispuesto a admitir que una vez me quisiste?- mirándolo a los ojos debió ver algo que le hizo añadir-, ¿que aún me quieres?
El orgullo le pedía que lo negase, pero su conciencia no admitía una sola carga más.
-Te quise más de lo que estaba dispuesto a admitir- era un tormento pronunciar aquellas palabras en voz alta, teniendo a Ángela tan cerca pero sin derecho a tomarla en sus brazos-. Aún te quiero, y siempre te querré.''

Se quitó por fin el sombrero y lo dejó sobre el escabel con el que había tropezado. Luego se levantó y caminó al otro extremo de la habitación, en el que se colaban unos cuantos rayos de sol. Uno de ellos iluminó su cabeza como si fuese el aura de un hada madrina.
La respuesta a su pregunta era tan obvia que Lucius sólo pudo mirarla boquiabierto.
Si tuviese que elegir una sola palabra para resumir su físico, elegiría generoso. Ojos grandes y luminosos, del cálido pelaje de un cervatillo salpicado de dorado sol. Unos labios tan carnosos que parecían suplicar un beso. Facciones con tal dulzura que le hacía pensar en melocotones maduros esperando la recolección.
Su belleza lo hechizaba de tal modo que sus pensamientos íntimos se le escaparon en un susurro.
-Lo que me preguntó es por qué no tienes cientos.''
''Las palabras de su abuelo le habían hecho recuperar el buen juicio. Ángela se preocupaba de todo el mundo: herreros borrachos y sus esposas, nobles envejecidos, veteranos de guerra desfigurados... lo mismo que las estrellas proyectaban su fulgor sobre justos y pecadores. No debía engañarse creyendo que había o que podía disfrutar de un lugar especial en su corazón.''
''Había otra empresa que podría surtir el mismo efecto. Una que como mejor se llevaba a cabo era en la oscuridad de la noche.
Su cuerpo respondió ante esa idea y la cercanía de Ángela. Lo que daría por verla sólo una vez desnuda como una diosa, tocada por la sonrosada luz del amanecer o el crepúsculo, sus rizos sueltos sobre los hombros y cayendo encima de sus pechos... despertarla, sacarla de su virginidad haciéndole el amor del modo más delicado y perderse por fin en su carne cálida y acogedora... ¿Qué daría por algo así?
¿Su título? Sin pestañear.
¿Su fortuna? Sin dudarlo un segundo.
¿Su alma? Puede que incluso la diera.
Sintió que tomaba su mano. Si se giraba un poco, podía demostrarle cuánto podía afectarle y con qué poco.''
''-Dije que deberías evitar el champán a menos que deseases cometer una indiscreción.
-Cuando lo dices así, suena... tentador.
Sus palabras fueron para él como un beso en una parte del corazón que llevaba tiempo dormida y que la creía muerta.
-Sí, ¿verdad? Puede que incluso me sienta tentado yo también. Creo que he tenido demasiada discreción en mi vida últimamente.''
''¿Qué hombre con un corazón en el pecho, por muy dañado que lo tuviera, sería capaz de no sentir algo por ella?''
''-Estoy llena- declaró Ángela después de que se hubiera comido unos cuantos dulces más, pero todavía tomó otra de aquellas tartaletas de arándanos y la sostuvo en la mano entre ellos.- Aún así, esta tiene una pinta tan deliciosa que estoy dispuesta a probarla. Pero no creo que pueda comérmela toda. ¿La compartimos?
Lucius accedió, y se acercó al dulce al mismo tiempo que lo hacía Ángela. El sabor silvestre de los arándanos y la crema de moras inundó su boca, pero Lucius supo que sería insípido comparado con el sabor de sus labios.
Y estaba en lo cierto.
Aunque casi se atragantó con el bocado por liberar su boca, mereció la pena. Capturó los labios de Ángela, y ella no sólo le dejó hacer, sino que los entreabrió para recibirlo.
Más dulce que las moras, más rica que la crema, tan embriagadora como el champán, su beso le aceleró el latido del corazón hasta hacerlo latir al ritmo de la música.
Tenía que hacer algo. Tenía que explicarle a Ángela el cambio tan intenso e inesperado que habían experimentado sus sentimientos hacia ella. Y que estaba decidido a cortejarla de verdad.''
''Si lo que sentía por él podía desbaratarse con tanta facilidad, ¿qué posibilidad habrían tenido de una vida juntos? Mejor perderla en aquel momento que más tarde, cuando ya hubiese echado raíces en su corazón. Mejor apartarla de su vida que perderla.''
''Estaba a punto de darse la vuelta con un suspiro cuando ella lo abrazó.
-No quiero que te quedes por esas razones ni por ninguna otra con algún sentido. Quiero que te quedes porque no puedo soportar estar lejos de ti- sus labios casi se rozaron-. Incluso ahora estoy demasiado lejos. ¿Puedes enseñarme a acercarme más?
Lucius supo entonces qué era lo que había querido desde que vio por primera vez a Ángela Lacewood en el salón de Netherstowe. Su belleza lo había deslumbrado aquel día. Desde entonces, su fulgor había sido intensificado al descubrir que su rostro y su físico eran sólo la fachada de su verdadera belleza.''
''-¡No quiero tu compasión, Ángela!
-¿Qué quieres entonces? ¿Mi amor? Porque eso ya lo tienes, te guste o no.''
''Quería poder pasear con Lucius por un jardín a la luz de la luna. Acurrucarse en sus brazos y contemplar las estrellas. Meterse con él en la cama durante la noche y dejarse transportar por su voz y sus caricias.''
''Cuánto desearía ser una sombra desaparecida en un rincón de su habitación mientras leía sus cartas. Observar el movimiento de sus ojos mientras avanzaba por las líneas y digería sus palabras. Oír cómo se aceleraba su respiración o cómo se contenía en alguna frase extraída de lo más hondo de su corazón.''
''-¿Qué te hace pensar que no sería feliz aquí... contigo?
A pesar de la suavidad con que había pronunciado aquellas palabras, fueron un cañonazo directo al blanco. ¿Sería consciente de lo mucho que le gustaría creer que aquello era posible?
Renunciar a su fortuna, a su título, a cualquier cosa con tal de que Ángela fuera feliz allí con él.''
''Por el momento, sólo estaba seguro de dos cosas: una, que quería a Ángela. Y la otra, que quería estar con ella y hacerla feliz.
Lo que no sabía era si sería posible hacer ambas cosas a un tiempo.''
''-Ahora que ya no tengo poder para obligarte a que te cases conmigo, ¿estás dispuesto a admitir que una vez me quisiste?- mirándolo a los ojos debió ver algo que le hizo añadir-, ¿que aún me quieres?
El orgullo le pedía que lo negase, pero su conciencia no admitía una sola carga más.
-Te quise más de lo que estaba dispuesto a admitir- era un tormento pronunciar aquellas palabras en voz alta, teniendo a Ángela tan cerca pero sin derecho a tomarla en sus brazos-. Aún te quiero, y siempre te querré.''
Fragmentos de Lejos del matrimonio
``Lejos del matrimonio´´ de Diana Palmer.
''No, seguía sin fiarse de ella y no estaba dispuesto a bajar la guardia por mucho que su presencia hiciera hiciera que se le acelerara el corazón. Ella no debía saber el poder que tenía sobre él. Por si acaso, tendría que mantener los ojos bien abiertos.''
''-Está claro que me desea, hasta un ciego se daría cuenta.
-Esa no es razón para aprovecharse de ella. Ella no es como las demás.
-Claro que no. Ella no tiene ambiciones, ni la menor experiencia. Es increíble. Jamás pensé que podría resultar aburrido besar a una mujer- añadió fríamente en un esfuerzo por que su hermano no se diera cuenta de lo atraído que se sentía hacia ella-. Resulta desagradable lo ingenua que es.
Al otro lado de la puerta, Meredith se había quedado paralizada como una estatua con el café que le llevaba a Rey en las manos. Intentó contener las lágrimas, pero como no podía, se dio media vuelta y se alejó en silencio por el pasillo.''
''No podía dejar de mirarla a los ojos. Podría perderse fácilmente en aquellos enormes ojos grises. Odiaba lo que sentía cuando estaba cerca de ella, llevaba luchando contra ello desde que la había llevado a su habitación después de que se desmayara en el hospital. Le gustaba demasiado tenerla entre sus brazos y besarla. Tenía que admitir que hasta le gustaba cuando bromeaba con él e intentaba provocarlo.''
''No, seguía sin fiarse de ella y no estaba dispuesto a bajar la guardia por mucho que su presencia hiciera hiciera que se le acelerara el corazón. Ella no debía saber el poder que tenía sobre él. Por si acaso, tendría que mantener los ojos bien abiertos.''
''-Está claro que me desea, hasta un ciego se daría cuenta.
-Esa no es razón para aprovecharse de ella. Ella no es como las demás.
-Claro que no. Ella no tiene ambiciones, ni la menor experiencia. Es increíble. Jamás pensé que podría resultar aburrido besar a una mujer- añadió fríamente en un esfuerzo por que su hermano no se diera cuenta de lo atraído que se sentía hacia ella-. Resulta desagradable lo ingenua que es.
Al otro lado de la puerta, Meredith se había quedado paralizada como una estatua con el café que le llevaba a Rey en las manos. Intentó contener las lágrimas, pero como no podía, se dio media vuelta y se alejó en silencio por el pasillo.''
''No podía dejar de mirarla a los ojos. Podría perderse fácilmente en aquellos enormes ojos grises. Odiaba lo que sentía cuando estaba cerca de ella, llevaba luchando contra ello desde que la había llevado a su habitación después de que se desmayara en el hospital. Le gustaba demasiado tenerla entre sus brazos y besarla. Tenía que admitir que hasta le gustaba cuando bromeaba con él e intentaba provocarlo.''
viernes, 8 de agosto de 2014
Fragmentos de La boda en blanco
``La boda en blanco´´ de Diana Palmer.
''-¿Puedes parar?
-No puedo parar esta necesidad con palabras- susurró aproximándose-. Me hacer arder como si tuviera fiebre. No puedo comer, no dormir, ni pensar, ni trabajar, porque lo único que hago es pensar en ti, en nosotros.''
''Ella sentía que le temblaban las piernas. Se sentía totalmente diferente a cualquier otro momento en que hubiera estado en sus brazos. Se comportaba como si ella fuera suya, como si fuera algo precioso y querido para él.
Sus ojos se abrieron cuando él levantó su cabeza, y sus ojos estaban llenos de asombro, hambrientos por el delicioso placer. Su corazón estaba en ellos. Los observó silenciosamente, y una sonrisa leve tocó su boca firme.
-He esperado años para ver esa expresión- dijo contra su aliento-. Años.''
''Tal vez fuera mejor así. No podía casarse con ella. Había demasiados obstáculos entre ellos. Pero no le gustaba la idea de que estuviera con un jugador. O con cualquier otro hombre...''
''Él jugó con el lápiz en el escritorio, intentando imaginarse un mundo sin poder ver a Natalie ni siquiera de vez en cuando. Ahora que la había perdido para siempre, sabía que la amaba con desesperación. Era una ironía.''
''Nunca había estado tan asustado en toda su vida. Si perdiera a Natalie, no habría nada en el mundo por lo que vivir. Sería el final, el final absoluto de todo.''
''-¿Puedes parar?
-No puedo parar esta necesidad con palabras- susurró aproximándose-. Me hacer arder como si tuviera fiebre. No puedo comer, no dormir, ni pensar, ni trabajar, porque lo único que hago es pensar en ti, en nosotros.''
''Ella sentía que le temblaban las piernas. Se sentía totalmente diferente a cualquier otro momento en que hubiera estado en sus brazos. Se comportaba como si ella fuera suya, como si fuera algo precioso y querido para él.
Sus ojos se abrieron cuando él levantó su cabeza, y sus ojos estaban llenos de asombro, hambrientos por el delicioso placer. Su corazón estaba en ellos. Los observó silenciosamente, y una sonrisa leve tocó su boca firme.
-He esperado años para ver esa expresión- dijo contra su aliento-. Años.''
''Tal vez fuera mejor así. No podía casarse con ella. Había demasiados obstáculos entre ellos. Pero no le gustaba la idea de que estuviera con un jugador. O con cualquier otro hombre...''
''Él jugó con el lápiz en el escritorio, intentando imaginarse un mundo sin poder ver a Natalie ni siquiera de vez en cuando. Ahora que la había perdido para siempre, sabía que la amaba con desesperación. Era una ironía.''
''Nunca había estado tan asustado en toda su vida. Si perdiera a Natalie, no habría nada en el mundo por lo que vivir. Sería el final, el final absoluto de todo.''
Fragmentos de El soltero más codiciado
``El soltero más codiciado´´ de Diana Palmer.
''Su madre parecía demasiado segura de qué decisión tomar y miró a Matt.
-Yo cuidaré de ella- contestó él.
Nadie volvería a molestar a Leslie mientras a él le quedase aliento de vida.''
''-Gracias por haberme traído- le dijo, ya junto a la puerta-. Me alegro de verdad de haber venido, aunque no pensara así en un principio.
Matt le agarró la mano cuando ella iba a abrir la puerta y se acercó más.
La intensidad de su mirada era tal que cuando la sintió sobre sus labios, estos se abrieron por voluntad propia y el pulso se le aceleró. Su reacción cuando él se acercaba siempre había sido intensa, pero en aquella ocasión incluso tenía la sensación de estar sintiendo sus labios sobre la piel. Le asustaba tener esos impulsos.
Entonces volvió a mirarla a los ojos y, al leerlo todo en ellos, contuvo la respiración. A su alrededor, el aparcamiento estaba vacío, y el único ruido era el del tráfico que pasaba por la carretera y el del frenético latido del corazón de Leslie.''
''Cada vez le costaba más trabajo respirar, y no sabía qué decir.
Matt bajó un poco la cabeza, de modo que Leslie podía sentir su respiración en los labios.
-No te imaginas el placer que me proporciona verte así.
-¿Por qué?- pregunto en voz baja.
-Porque, cada vez que te toco, siento que tú también me deseas. Recuerdo perfectamente el sabor de tus pechos, los gemidos que salían de ti cuando te empujaba contra el colchón con mi cuerpo- se movió contra ella lenta y deliberadamente, y la respuesta de Leslie fue inmediata-. Quiero desnudarte y hacerte el amor sobre las sábanas blancas...- susurró, justo antes de apoderarse de su boca.''
''Su madre parecía demasiado segura de qué decisión tomar y miró a Matt.
-Yo cuidaré de ella- contestó él.
Nadie volvería a molestar a Leslie mientras a él le quedase aliento de vida.''
''-Gracias por haberme traído- le dijo, ya junto a la puerta-. Me alegro de verdad de haber venido, aunque no pensara así en un principio.
Matt le agarró la mano cuando ella iba a abrir la puerta y se acercó más.
La intensidad de su mirada era tal que cuando la sintió sobre sus labios, estos se abrieron por voluntad propia y el pulso se le aceleró. Su reacción cuando él se acercaba siempre había sido intensa, pero en aquella ocasión incluso tenía la sensación de estar sintiendo sus labios sobre la piel. Le asustaba tener esos impulsos.
Entonces volvió a mirarla a los ojos y, al leerlo todo en ellos, contuvo la respiración. A su alrededor, el aparcamiento estaba vacío, y el único ruido era el del tráfico que pasaba por la carretera y el del frenético latido del corazón de Leslie.''
''Cada vez le costaba más trabajo respirar, y no sabía qué decir.
Matt bajó un poco la cabeza, de modo que Leslie podía sentir su respiración en los labios.
-No te imaginas el placer que me proporciona verte así.
-¿Por qué?- pregunto en voz baja.
-Porque, cada vez que te toco, siento que tú también me deseas. Recuerdo perfectamente el sabor de tus pechos, los gemidos que salían de ti cuando te empujaba contra el colchón con mi cuerpo- se movió contra ella lenta y deliberadamente, y la respuesta de Leslie fue inmediata-. Quiero desnudarte y hacerte el amor sobre las sábanas blancas...- susurró, justo antes de apoderarse de su boca.''
viernes, 1 de agosto de 2014
Fragmentos de Doce campanadas y un beso
``Doce campanadas y un beso´´ de Olivia Ardey.
''Una lágrima se le escapó, a pesar de haberle prometido a Álvaro que no lloraría. Al verla coger el pañuelo de la mano de padre, Álvaro le tomó el rostro entre la manos y le secó la mejilla con el pulgar, con cuidado de no estropearle el maquillaje.
-Es de felicidad- se excusó ella, ya que él no quería llantos en un día tan feliz.
-Lo sé- murmuró Álvaro con una sonrisa.
En ese momento se sentía el hombre más completo de la tierra y supo que recordaría esas lágrimas de Celia hasta el día de su muerte. Convertidas en el símbolo de su felicidad, qué valiosas eran.''
''Me he enamorado perdidamente de ti, Vanesa. Podría darte mil razones más para que regreses. Todas egoístas, porque te quiero sólo para mí y, si pudiera, ataría tu muñeca a la mía con una cinta para que no vulvas a marcharte de mi lado. Son locuras demasiado íntimas para escribirlas en un papel, de esas que te gusta que te diga al oído aunque suenen absurdas. Tendrás que regresar si quieres oírlas. Vuelve a mi lado, por favor.''
''Diego aprovechó para escapar a la cocina.
Al llegar la vio de espaldas a él. Notó que Vanesa se sobresaltaba al percatarse de su presencia y tuvo que disimular una sonrisa al verla guardar a toda prisa la nota manuscrita por él en el bolsillo de la sudadera.
Diego se acercó a ella. Sin mediar palabra, fue Vanesa quien dio el primer paso. Se abrazó a su cintura y apoyó la mejilla en su hombro. Él la estrechó entre sus brazos y cerró los ojos, disfrutando de la paz que sentía al tenerla cerca. Le acarició la sien con la nariz, la besó en el cuello suave y despacito, respirando el aroma de su piel y del champú de frutas; ese mismo que se había dejado en el cuarto de baño y que él olía a escondidas desde que se marchó de su lado.''
''-Menos mal que ya estás aquí otra vez- cogiéndola por la nuca, le dio un beso ansioso, excesivamente apasionado para estar en público-. Cuánto te he echado de menos, nena.
Vanesa lo frenó antes de que la besara de nuevo.
-Pídeme lo que sea, pero no me niegues esto- exigió, y posó en sus labios un beso dulce-. Me levanto cada día lleno de ganas de vivir porque sé que tu boca me espera.''
''Una lágrima se le escapó, a pesar de haberle prometido a Álvaro que no lloraría. Al verla coger el pañuelo de la mano de padre, Álvaro le tomó el rostro entre la manos y le secó la mejilla con el pulgar, con cuidado de no estropearle el maquillaje.
-Es de felicidad- se excusó ella, ya que él no quería llantos en un día tan feliz.
-Lo sé- murmuró Álvaro con una sonrisa.
En ese momento se sentía el hombre más completo de la tierra y supo que recordaría esas lágrimas de Celia hasta el día de su muerte. Convertidas en el símbolo de su felicidad, qué valiosas eran.''
''Me he enamorado perdidamente de ti, Vanesa. Podría darte mil razones más para que regreses. Todas egoístas, porque te quiero sólo para mí y, si pudiera, ataría tu muñeca a la mía con una cinta para que no vulvas a marcharte de mi lado. Son locuras demasiado íntimas para escribirlas en un papel, de esas que te gusta que te diga al oído aunque suenen absurdas. Tendrás que regresar si quieres oírlas. Vuelve a mi lado, por favor.''
''Diego aprovechó para escapar a la cocina.
Al llegar la vio de espaldas a él. Notó que Vanesa se sobresaltaba al percatarse de su presencia y tuvo que disimular una sonrisa al verla guardar a toda prisa la nota manuscrita por él en el bolsillo de la sudadera.
Diego se acercó a ella. Sin mediar palabra, fue Vanesa quien dio el primer paso. Se abrazó a su cintura y apoyó la mejilla en su hombro. Él la estrechó entre sus brazos y cerró los ojos, disfrutando de la paz que sentía al tenerla cerca. Le acarició la sien con la nariz, la besó en el cuello suave y despacito, respirando el aroma de su piel y del champú de frutas; ese mismo que se había dejado en el cuarto de baño y que él olía a escondidas desde que se marchó de su lado.''
''-Menos mal que ya estás aquí otra vez- cogiéndola por la nuca, le dio un beso ansioso, excesivamente apasionado para estar en público-. Cuánto te he echado de menos, nena.
Vanesa lo frenó antes de que la besara de nuevo.
-Pídeme lo que sea, pero no me niegues esto- exigió, y posó en sus labios un beso dulce-. Me levanto cada día lleno de ganas de vivir porque sé que tu boca me espera.''
Fragmentos de Evan
``Evan´´ de Diana Palmer.
''El joven sabía muy bien cuáles eran los sentimientos de Anna hacia Evan, y también sabía lo que estaba sufriendo por su causa. Tal vez por eso, se despertó de pronto en él un instinto protector que ignoraba que tuviera, y rodeó la cintura de Anna y la besó dulcemente en la mejilla, consciente de que el ranchero lo estaba mirando como si quisiera matarlo.
-Hola, cariño- le dijo a la joven-. ¿Lista para irnos?
-Sí- musitó Anna-, iré a por mi bolso- y fue a la trastienda.
-Vamos a comprar los anillos- le dijo Randall a Evan, observando la expresión de su rostro-. Anna y yo vamos a casarnos en Navidad.
``Vamos a casarnos, a casarnos, a casarnos...´´ Las palabras se repitieron como un eco en la mente de Evan hasta casi enloquecerlo. Anna iba a casarse con Randall... No, era imposible. Él había ido a la galería para pedirle perdón a Anna, a ponerse de rodillas ante ella si era necesario, a pedirle que tuvieran su primera cita, a construir una relación con ella... Pero Randall se le había adelantado.
Todo era culpa suya. La había herido, atormentado... incluso él mismo la había alentado a aceptar la proposición del estudiante de medicina. Durante el resto de su vida iba a tener que vivir con aquello, y con el conocimiento de que ella no amaba a Randall pero iba a casarse con él.
-¿No vas a darnos la enhorabuena?- le provocó el joven-. Voy a hacerla muy feliz.
``¿Y cómo crees que vas a conseguirlo cuando es a mí a quien ama?´´, se dijo Evan con amargura. Se metió las manos con rabia en los bolsillos y se mordió la lengua, girándose atormentado hacia Anna cuando regresó con su bolso.
-Cuando quieras, Randall- le dijo al joven con voz queda.
Evan seguía mirándola fijamente y, al mirarla de cerca, casi le costó trabajo reconocer a su Anna en la chica que tenía delante. El brillo de sus ojos se había apagado, como si el espíritu travieso y alegre que siempre le había parecido que habitaba en su interior la hubiera abandonado. Daba la impresión de que de la noche a la mañana se había convertido en una mujer de mediana edad.
-Bueno, pues nos vamos- dijo Randall sonriendo, mientras la tomaba del brazo-. Hasta luego, Evan.
Este los vio salir de la galería con los ojos de un hombre al que fueran a ahorcar. Iba a casarse con Randall...''
''Aquello estaba matándolo por dentro. No podía más, no podía más... Evan se levantó irritado y agarró su sombrero.
-Anna cree que la odias, Evan- le dijo la señora Cochran cuando le dio la espalda. El ranchero no se volvió, pero la mujer observó que los músculos de su espalda se habían puesto rígidos ante sus palabras-. Hazle un favor y deja que siga creyéndolo.
Evan se caló el sombrero y salió del despacho.
Polly Cochran lo vi marchar con una mirada triste en los ojos. Si alguna vez había dudado de los sentimientos de Evan Tremayne por su hija, en aquel momento se sintió completamente segura de que la amaba con un amor con el que estaba luchando a brazo partido, como si tuviera miedo de dejar ver a los demás lo vulnerable que era en realidad.''
''Anna fue hasta la puerta y la sostuvo, volviéndose hacia él.
-Si lo que pretendías era demostrar que no puedo resistirme a ti, ya lo has conseguido- le dijo mirándole a los ojos-. Ahora ya puedes irte y contárselo a Nina para que os riáis los dos juntos, pero yo voy a casarme con Randall.
-¡En nombre de Dios! ¿Por qué?- exclamó él enfadado-. ¡No estás enamorada de él!
Anna le sostuvo la mirada sin parpadear.
-Precisamente por eso- le dijo con aspereza-, porque no lo amo, porque nunca podrá hacerme tanto daño como me has hecho tú. ¿Ha quedado satisfecho tu orgullo, Evan?- le preguntó-, ¿Se ha resarcido al humillarme?''

-Hola, cariño- le dijo a la joven-. ¿Lista para irnos?
-Sí- musitó Anna-, iré a por mi bolso- y fue a la trastienda.
-Vamos a comprar los anillos- le dijo Randall a Evan, observando la expresión de su rostro-. Anna y yo vamos a casarnos en Navidad.
``Vamos a casarnos, a casarnos, a casarnos...´´ Las palabras se repitieron como un eco en la mente de Evan hasta casi enloquecerlo. Anna iba a casarse con Randall... No, era imposible. Él había ido a la galería para pedirle perdón a Anna, a ponerse de rodillas ante ella si era necesario, a pedirle que tuvieran su primera cita, a construir una relación con ella... Pero Randall se le había adelantado.
Todo era culpa suya. La había herido, atormentado... incluso él mismo la había alentado a aceptar la proposición del estudiante de medicina. Durante el resto de su vida iba a tener que vivir con aquello, y con el conocimiento de que ella no amaba a Randall pero iba a casarse con él.
-¿No vas a darnos la enhorabuena?- le provocó el joven-. Voy a hacerla muy feliz.
``¿Y cómo crees que vas a conseguirlo cuando es a mí a quien ama?´´, se dijo Evan con amargura. Se metió las manos con rabia en los bolsillos y se mordió la lengua, girándose atormentado hacia Anna cuando regresó con su bolso.
-Cuando quieras, Randall- le dijo al joven con voz queda.
Evan seguía mirándola fijamente y, al mirarla de cerca, casi le costó trabajo reconocer a su Anna en la chica que tenía delante. El brillo de sus ojos se había apagado, como si el espíritu travieso y alegre que siempre le había parecido que habitaba en su interior la hubiera abandonado. Daba la impresión de que de la noche a la mañana se había convertido en una mujer de mediana edad.
-Bueno, pues nos vamos- dijo Randall sonriendo, mientras la tomaba del brazo-. Hasta luego, Evan.
Este los vio salir de la galería con los ojos de un hombre al que fueran a ahorcar. Iba a casarse con Randall...''
''Aquello estaba matándolo por dentro. No podía más, no podía más... Evan se levantó irritado y agarró su sombrero.
-Anna cree que la odias, Evan- le dijo la señora Cochran cuando le dio la espalda. El ranchero no se volvió, pero la mujer observó que los músculos de su espalda se habían puesto rígidos ante sus palabras-. Hazle un favor y deja que siga creyéndolo.
Evan se caló el sombrero y salió del despacho.
Polly Cochran lo vi marchar con una mirada triste en los ojos. Si alguna vez había dudado de los sentimientos de Evan Tremayne por su hija, en aquel momento se sintió completamente segura de que la amaba con un amor con el que estaba luchando a brazo partido, como si tuviera miedo de dejar ver a los demás lo vulnerable que era en realidad.''
''Anna fue hasta la puerta y la sostuvo, volviéndose hacia él.
-Si lo que pretendías era demostrar que no puedo resistirme a ti, ya lo has conseguido- le dijo mirándole a los ojos-. Ahora ya puedes irte y contárselo a Nina para que os riáis los dos juntos, pero yo voy a casarme con Randall.
-¡En nombre de Dios! ¿Por qué?- exclamó él enfadado-. ¡No estás enamorada de él!
Anna le sostuvo la mirada sin parpadear.
-Precisamente por eso- le dijo con aspereza-, porque no lo amo, porque nunca podrá hacerme tanto daño como me has hecho tú. ¿Ha quedado satisfecho tu orgullo, Evan?- le preguntó-, ¿Se ha resarcido al humillarme?''
Suscribirse a:
Entradas (Atom)