
-Hola, cariño- le dijo a la joven-. ¿Lista para irnos?
-Sí- musitó Anna-, iré a por mi bolso- y fue a la trastienda.
-Vamos a comprar los anillos- le dijo Randall a Evan, observando la expresión de su rostro-. Anna y yo vamos a casarnos en Navidad.
``Vamos a casarnos, a casarnos, a casarnos...´´ Las palabras se repitieron como un eco en la mente de Evan hasta casi enloquecerlo. Anna iba a casarse con Randall... No, era imposible. Él había ido a la galería para pedirle perdón a Anna, a ponerse de rodillas ante ella si era necesario, a pedirle que tuvieran su primera cita, a construir una relación con ella... Pero Randall se le había adelantado.
Todo era culpa suya. La había herido, atormentado... incluso él mismo la había alentado a aceptar la proposición del estudiante de medicina. Durante el resto de su vida iba a tener que vivir con aquello, y con el conocimiento de que ella no amaba a Randall pero iba a casarse con él.
-¿No vas a darnos la enhorabuena?- le provocó el joven-. Voy a hacerla muy feliz.
``¿Y cómo crees que vas a conseguirlo cuando es a mí a quien ama?´´, se dijo Evan con amargura. Se metió las manos con rabia en los bolsillos y se mordió la lengua, girándose atormentado hacia Anna cuando regresó con su bolso.
-Cuando quieras, Randall- le dijo al joven con voz queda.
Evan seguía mirándola fijamente y, al mirarla de cerca, casi le costó trabajo reconocer a su Anna en la chica que tenía delante. El brillo de sus ojos se había apagado, como si el espíritu travieso y alegre que siempre le había parecido que habitaba en su interior la hubiera abandonado. Daba la impresión de que de la noche a la mañana se había convertido en una mujer de mediana edad.
-Bueno, pues nos vamos- dijo Randall sonriendo, mientras la tomaba del brazo-. Hasta luego, Evan.
Este los vio salir de la galería con los ojos de un hombre al que fueran a ahorcar. Iba a casarse con Randall...''
''Aquello estaba matándolo por dentro. No podía más, no podía más... Evan se levantó irritado y agarró su sombrero.
-Anna cree que la odias, Evan- le dijo la señora Cochran cuando le dio la espalda. El ranchero no se volvió, pero la mujer observó que los músculos de su espalda se habían puesto rígidos ante sus palabras-. Hazle un favor y deja que siga creyéndolo.
Evan se caló el sombrero y salió del despacho.
Polly Cochran lo vi marchar con una mirada triste en los ojos. Si alguna vez había dudado de los sentimientos de Evan Tremayne por su hija, en aquel momento se sintió completamente segura de que la amaba con un amor con el que estaba luchando a brazo partido, como si tuviera miedo de dejar ver a los demás lo vulnerable que era en realidad.''
''Anna fue hasta la puerta y la sostuvo, volviéndose hacia él.
-Si lo que pretendías era demostrar que no puedo resistirme a ti, ya lo has conseguido- le dijo mirándole a los ojos-. Ahora ya puedes irte y contárselo a Nina para que os riáis los dos juntos, pero yo voy a casarme con Randall.
-¡En nombre de Dios! ¿Por qué?- exclamó él enfadado-. ¡No estás enamorada de él!
Anna le sostuvo la mirada sin parpadear.
-Precisamente por eso- le dijo con aspereza-, porque no lo amo, porque nunca podrá hacerme tanto daño como me has hecho tú. ¿Ha quedado satisfecho tu orgullo, Evan?- le preguntó-, ¿Se ha resarcido al humillarme?''
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