Nota de la bloguera: estos fragmentos son producto de la invención de una mujer que tomó prestados los personajes de la saga, no son extraídos de los libros.
''- Me tengo que ir.
- ¡Espera!
John dudó un instante y Kihara aprovechó el momento para lanzarse a sus brazos a aplastar sus labios contra los de él. No había dulzura, no había ternura. Esta vez era solo un hombre poseyendo a su mujer. Reclamándola con sus besos y arrancándole gemidos de puro placer. Su lengua exploraba todos los rincones de su boca y aun así, ella deseaba más.
Con desgana, John se separó de ella y a los dos les faltaba el aliento.
- Tengo que irme. No te preocupes por mi ¿vale?
Secándole una lagrima con un beso en la mejilla, John se marchó.''
''Con un brazo se tapó los ojos e inmediatamente imágenes de Kihara lo asaltaron. No pasaba ni un día en el que no pensara en ella.''
''John se acercó al piso y vio que las luces estaban encendidas. ¿Que hacía Kihara despierta a estas horas de la madrugada? Lo primero que pensó era que quizás Kihara no estaba sola y la idea le partió el corazón. La luz de su habitación estaba apagada, así que seguramente no estaba dormida. Preocupado como estaba, John decidió desmaterializarse en la habitación, que como había pensado, estaba vacía. Sus ojos se adaptaron fácilmente a la oscuridad y John podía oler las emociones de Kihara. Estaba nerviosa pero a la vez excitada. Se pregunto que podía tenerla en ese estado y con cuidado se asomó fuera de la habitación. Al verla, John sonrío. Estaba sentada en el sofá, con las piernas enroscadas debajo del cuerpo y el pelo cayéndole por la espalda, muy concentrada en su copia de “Amante Mío”. Como estaba de perfil, la observó durante unos instantes y deseó poder sentarse a su lado, abrazarla y besarla hasta hacerle perder el sentido.''
''Por fin seria suya en todos los sentidos, y podrían hacer realidad algunos de los sueños que la habían mantenido despierta y frustrada durante tanto tiempo. Frunció el ceño, JM por el momento parecía contento solo con mantenerla en sus brazos. Y ella estaba más que dispuesta a quedarse allí para siempre.
John estaba en las nubes, su chica estaba segura en sus brazos y todos estos años de soledad y dolor se esfumaron como si nada.
- Te he echado de menos pequeña.''
''Cuando John por fin sintió los labios dulces de Kihara bajó los suyos, gimió. El beso era dulce, tierno y muy lento. Un baile de labios tan seductor que lo estaba consumiendo entero. En su cabeza se veía a si mismo llevando a Kihara a su habitación, desnudándola lentamente para luego hacerle el amor durante toda la noche.
Kihara debía estar pensando algo parecido porque intensificó el beso, haciéndose más atrevida. John gruñó cuando sus manos le recorrieron la espalda para bajar por su cintura y terminar en su trasero. Kihara le dio un suave apretón mientras le mordisqueaba los labios y lo volvía loco con la lengua. Con mucho esfuerzo y desgana John terminó el beso y separó un poco a Kihara de su cuerpo encendido. Sentía que podía explotar de un momento a otro y apenas lo había rozado. Apoyó su frente en la de ella mientras ambos intentaban recuperar el aliento.
- Tranquila pequeña que tenemos todo el tiempo del mundo.
- No.
Kihara le besó en la mandíbula.
- No, porque después viene Wrath y te separa otra vez de mí. No lo soportaría.
Seguía dándole besos y agarró el bajo de la camiseta que el llevaba puesta. Le agarró las muñecas con cuidado, deteniéndola.
- Mírame Kihara.
Ella se mordió el labio y le miró.
- No dejaré que eso pase. Nadie me va a volver a separar de ti nunca más, eso te lo juro.''
''John sonrió. La esperaría toda una vida si ella se lo pedía.''
''- Estoy bien, nullum. Mírame.
JM abrió los ojos y la miró. Con su pulgar ella le secó la lágrima que le recorría la mejilla y lo besó con ternura.
- Pensé... -carraspeó y lo intentó de nuevo.- Pensé que te había perdido para siempre.
- Shhh... No me has perdido JM.
- Cuando vi como caías... y toda esa sangre...
Kihara lo besó de nuevo.
- No me has perdido, nullum, y no me vas a perder.''
''John estaba hecho un lío y necesitaba un poco de tiempo a solas para pensar. Quería a Kihara con locura, de eso no había duda, pero ya era la segunda vez en poco más de una semana que había estado en peligro por estar con la Hermandad. Por estar con él. Debería de hablar con Wrath y pedirle que la enviara a un lugar seguro y le borrara la memoria, ya que cuando él lo hizo, no fue del todo bien. Le dolía pensar esto pero la noche anterior casi la pierde y si eso pasaba... John no lo quería ni pensar. No podría vivir sin ella. Prefería poder verla y amarla de lejos que tenerla a su lado y exponerla al peligro al que se enfrentaba la Hermandad, con el riesgo de perderla.''
''Lentamente Kihara se dio la vuelta y lo miró con los ojos colorados e hinchados. Verla así le removía algo por dentro que hacía que tuviera ganas de patearle el culo a quien hubiera sido el que había causado esas lagrimas.''
''Vishous se acercó a su amigo. Tanto que sus alientos se entremezclaban. Vishous vio como Butch tragaba nerviosos y le miraba los labios. Sintió como sus colmillos crecían y se los lamió mientras Butch seguía el movimiento sin parpadear.
- ¿Qué te molesta más Butch? ¿Qué la abrace a ella o que no te abrace a ti?
Butch miró a su amigo a los ojos.
- Vete a la mierda V.''
''Blay y Qhuinn se quedaron en el pasillo sin saber bien qué hacer. Era la primera vez que se quedaban realmente solos después de lo que había pasado en la ducha y parecía que ninguno de los dos quería hablar del tema.
- ¿Vienes a mi habitación?
Qhuinn solo dudó un instante antes de asentir. Entraron juntos y Qhuinn se volvió a sorprender de lo limpio y organizado que era su amigo. ¿O ahora era su amante? Bueno técnicamente no lo eran pero… Se metió las manos en los bolsillos y miró en todas las direcciones menos hacia donde estaba Blay. Mirando de reojo, vio que este lo observaba, apoyado en la puerta con los brazos cruzados sobre su amplio pecho. Qhuinn no quería que Blay lo pillara mirándolo, pero sin poder remediarlo, su vista volvía una y otra vez al cuerpo musculoso de Blay. Ese cuerpo que había enjabonado entero y… ¡joder! Tenía que dejar de pensar esas cosas. Los pantalones ya le apretaban y tenía que concentrarse en ayudar a John a encontrar a su chica. Sin embargo su cuerpo parecía tener otras ideas, al recordar todo lo que había pasado la última vez que estuvieron juntos en esta misma habitación.
(...)
- Necesito saber a dónde va esto Qhuinn, porque si no vas en serio, más vale que…
Qhuinn lo calló acercándose a él. Tanto que Blay tuvo que quitar los brazos que tenía doblados delante de él. Qhuinn se pegó a él pecho contra pecho y a Blay se le aceleró la respiración. El olor de Qhuinn lo volvía loco y no quería dejar de olerlo nunca. Qhuinn apoyó las manos en la puerta que Blay tenía detrás, justo a la altura de su cabeza. Se acercó a él, casi rozándole los labios.
- ¿Te parece que esto no es serio?
Blay sintió el peso del cuerpo de Qhuinn presionándolo contra la puerta, atrapándolo entre sus brazos, antes de que los labios de este le dijeran sin palabras lo serio que esto era para él.''
''- Yo la buscaré.
- John. Cuando la encontremos, si es que esta ahí dentro, no sabemos en qué estado va a estar. No sabemos que le han podido hacer…
- ¡Joder! Kihara es mi vida. Voy a buscarla yo. Y cuando la encuentre y sepa quién la ha tenido separada de mí durante este tiempo, lo mataré con mis propias manos. Y después de eso voy a dedicar mi vida a cuidar de Kihara y a ayudarle a superar toda esta mierda. Ahora voy a entrar ahí a recuperar a mi shellan ya que estamos perdiendo el tiempo discutiendo tonterías.''
''- Hola preciosa.
El susurro de Qhuinn a una chica rubia, le dolió en lo más profundo del alma. Se escucharon sonidos de besuqueo y más susurros.
- ¿Vamos al baño?
- Vale.
La risita tonta de la rubia, le hirvió la sangre. Antes de que Qhuinn pudiera desaparecer con esa chica, Blay se levantó, se terminó su copa de un trago, dejándolo en la mesa con un golpe seco. Sin despedirse de nadie, Blay salió del bar. No podía soportar esto durante mucho más tiempo. Lo destrozaría por dentro.
Qhuinn observó como Blay se iba y empujó a la tía que estaba intentando meterle mano. Ni siquiera estaba duro.
- Nena, ve y búscate a otro.
- ¿Cómo?
- Lo que oyes. Largo de aquí.
- ¡Serás capullo!
Ya. No hacía falta que se lo recordara. Era algo que estaba claro. Era un capullo. Y nadie lo sabía mejor que él. Se apoyó la mano en el pecho, con la vista puesta por donde Blay se había marchado. Lo suyo era imposible.
- ¿Por qué no le dices lo que sientes?
Vishous lo miraba como si lo supiera todo. No tenía ni idea.
- Porque no siento nada.
Y esa era la mayor mentira que había contado jamás.''
''- ¿Qué quieres de mí, Qhuinn?
- Nada. Salir. Pasar un buen rato.
Blay resopló y puso los ojos en blanco. Se dio la vuelta, acercándose de nuevo a él.
- Ya claro. Porque ver cómo te follas a cualquier cosa con piernas es un rato estupendo para mí...
- Blay...
Qhuinn se calló. ¿Qué le vas a decir listo? ¿Qué hace más de dos meses que no te acuestas con nadie? No te creería. Tú mismo te has asegurado de eso.
- No Qhuinn, nada de “Blay”. Esto se ha acabado. Como te he dicho, estás dentro o fuera de mi vida. Tú decides.
Formar parte de la vida de Blay... Era un sueño que no se podía permitir. Blay se merecía algo mejor y él no se merecía a alguien como Blay. Quizás, si no hubiese nacido así, defectuoso... Con estos ojos que tenía, era un bicho raro y no podía humillar a Blay de esa manera, formando parte de su vida. Qué pensaría su familia, sus amigos, los Hermanos... No podía hacerle eso a Blay. Y eso lo mataba por dentro.
- Buena decisión.
Blay pasó por su lado, y recibiendo un empujón, Qhuinn dejó que se marchara.''
''Con mucho cuidado, Qhuinn cogió en brazos a Blay, cosa que no era fácil, ya que era igual de grande que él. Estaba todo lleno de sangre, pero le daba igual. Tenían que llegar a la clínica de Havers cuanto antes.
Se sentó atrás con Blay mientras Vishous conducía. No sabía dónde estaban Zsadist y Phury, pero en este momento, le importaba más bien poco. No podía dejar de acariciarle el pelo y susurrarle lo mucho que lo sentía. Lo miró y vio que la ropa se le había pegado a las heridas ya que la sangre se le había secado. ¿Cuantas horas habría estado ahí tumbado, herido? Y todo por su culpa. Si no hubiese ido a buscarle al gimnasio la noche anterior, no se hubiese enfadado y no habría sentido la necesidad de salir solo. En contra de las órdenes de Wrath.
- Prepárate Qhuinn. Estamos llegando y Havers está esperándonos. Vamos a salvar la vida de tu chico.''
''- Qhuinn, puedes pasar a verle. Solo unos minutos, que tiene que descansar.
Havers le abrió la puerta y Qhuinn entró en otro mundo. Maquinas que pitaban intermitentemente, tubos conectados a esas máquinas y en medio de todo eso, Blay. A Qhuinn se le encogió el corazón. Blay estaba pálido, tenía moratones, cortes y puntos por lo que se le veía del cuerpo, que no era mucho. No se quería ni imaginar las heridas que quedaban escondidas bajo las sabanas. La culpabilidad lo inundaba. Si no lo hubiese buscado, Blay no se hubiese enfadado y no se hubiese marchado solo, en busca de los antis. Todo esto era por su culpa. ¿Cómo podía hacer para arreglarlo? Con cuidado se acercó a Blay y susurro “lo siento” antes de posar sus labios sobre los de él.
(...)
Esto era el cielo. Había muerto y llegado al cielo. El calor que sentía en los labios y que le recorría el cuerpo, no podía significar otra cosa. Qhuinn… podía sentirlo. Intentó abrir los ojos pero no podía. Probó mover los brazos, las piernas, los labios. Nada. Y así, tan rápido como había llegado, el calor de los labios de Qhuinn, se esfumó. Estoy soñando. ¿Por qué no puedo despertar? No sabía si estaba muerto o dormido, y le daba igual, siempre que pudiera volver a sentir los labios de Qhuinn, sobre los suyos. Antes de poder pensarlo más, la oscuridad lo envolvió de nuevo, haciendo que cualquier pensamiento quedara olvidado.''
''- No es para tanto. Ya estoy bien.
- ¿Qué ya estás bien?
Blay tuvo que reprimir una sonrisa, se notaba que Qhuinn estaba nervioso, ya que repetía todo lo que él decía.
- ¿Pero tú te estás escuchando Blay? ¿Sabes lo que sentí cuando te encontré? ¡Pensé que ibas a morir! Si hubieras muerto yo… Yo no sé… no puedo. No me puedo imaginar un mundo sin ti Blay. No puedo vivir sin ti.''
''Blay temblaba por dentro. Qhuinn había estado a punto de besarlo. Y él había necesitado toda su fuerza de voluntad para detenerlo y fingir indiferencia. Pero ahora estaban en el Hummer y sentía el calor que irradiaba el cuerpo de Qhuinn a su lado. Y su olor lo estaba volviendo loco, y le encantaba. Qhuinn siempre olía tan maravillosamente masculino… Lo miró de reojo mientras conducía el Hummer, y hasta eso lo hacía de una manera sexy. Cada vez que cambiaba de marcha, los músculos de sus piernas se movían en consecuencia, haciendo que Blay se le quedara mirando embobado. Ugh ¡despierta Blay! Recuerda que esto es un círculo vicioso. Hoy te ha querido besar pero mañana pasará de ti. Concéntrate en ser un buen Ahstrux Nohtrum y punto.
- ¿Te gusta lo que ves?
La sonrisa arrogante de Qhuinn le hizo sonrojarse… mientras había estado pensando en concentrarse, había seguido con su mirada fija en el cuerpo de Qhuinn.''
''Qhuinn se apoyó en el marco de la puerta, envuelto soólo en una toalla. Sonrió seductoramente. Por lo que se adivinaba debajo de las sábanas, Blay no era indiferente a su “look” semidesnudo. Gracias a Dios, se había estado preocupando de que Blay realmente no sintiera nada, pero intuía que sólo era una fachada. Se acercó a la cama y se tiró encima, al lado de Blay.
- Guay. ¿Vamos a pasar el día en la cama vagueando?
- No. Deja que me duche y bajamos.
- Prefiero que nos quedemos en la cama.
Le guiñó un ojo, haciendo que se sonrojara.
- Qhuinn…
- Podríamos hacer cosas muy interesantes si nos quedamos en la cama…
Pasó su brazo por encima de la cintura de Blay y lo atrajo hacia él.
- Qhuinn…
La voz de Blay sonaba casi sin aliento, que era el efecto que quería causar. Lo acercó aún más hasta que sus labios casi se rozaron. Antes de que Qhuinn se diera cuenta, Blay lo había empujado y se había levantado de la cama.
- Voy a ducharme.
- Blay…
- Ahora salgo.
Y con eso se encerró en su cuarto de baño, dejando a Qhuinn frustrado de nuevo.
(...)
Se apoyó en la puerta respirando agitadamente. Su corazón latía a mil por hora y tuvo que hacer un esfuerzo por no volver a la cama con Qhuinn. Y a la mierda con las consecuencias… Pero se obligó a acordarse de sus razones por ignorar a Qhuinn. En cuanto terminara con él, volvería a las andadas, olvidándose de Blay y partiéndole el corazón. Y puesto que era su guardián, no podía desaparecer cuando estuviera con otra persona. No pensaba exponerse a eso, si no estaba con Qhuinn, si no sabía cómo era haciendo el amor, podía pretender que le daba igual, que no dolía. Claro que sabía cómo era Qhuinn en la cama, lo había visto más de una vez, pero una vez que lo hubiese probado… sería imposible soportar que estuviera con otra persona, y solo vivir de los recuerdos de lo que pudo ser y no fue... Sería imposible fingir que le daba igual.
Se metió debajo de la ducha y abrió el grifo del agua fría. Antes de nada, necesitaba quitarse este calentón, ya que si no sería probable que terminara cometiendo un error que lamentaría más tarde.''
''Miró a Qhuinn, que estaba haciendo un visible esfuerzo por controlarse.
- Te deseo Blay. Ahora.
- Qhuinn, lárgate.
- No.
- Qhuinn…
- No. Te deseo.
Blay lo miró a los ojos. Y yo a ti, pensó. Adoraba la lágrima que tenía tatuada, resaltaba sus ojos, que a Blay siempre le habían cautivado.
- ¿Hasta cuándo? ¿Hasta que te aburras de mí y te vayas con otra? Paso. ¿O hasta que se te pase el susto de lo que me pasó, y veas que sigo siendo el mismo Blay de siempre? De nuevo, paso.
- No es así. No voy a aburrirme de ti.
Blay resopló. El agua fría resbalaba por su cuerpo aunque no hacía nada por bajar su polla. Era absurdo tener esta conversación así. Dos ex mejores amigos, desnudos y muy obviamente excitados. Absurdo.
- Ya claro. Y ahora voy yo, y te creo. ¿Cuántas veces me has besado en el pasado? ¿Para ignorarme por completo al día siguiente? No necesito eso.
- Blay, te digo que todo ha cambiado. Te deseo. Se lo que sientes por mí y yo siento lo mismo por ti.
- Lo dudo. Lo dudo mucho.
- Déjame demostrártelo.
- No.
- ¿Por qué?
- Porque yo ya no siento nada por ti.
- Mientes.
- No Qhuinn. Esta vez, te juro que no miento.
Estaba más que frustrado y no entendía por qué Blay no le creía. Sus sentimientos eran reales. ¿Qué tenía que hacer para convencer a Blay de ello? La respuesta que se le ocurrió, no le gustaba nada. Pasa de él. Parecía que no le quedaba otra opción. Antes de que Blay saliera solo a luchar, Qhuinn iba a su bola y pasaba de todo, haciendo lo que le daba la gana y con quien le daba la gana. Y Blay era bastante obvio en sus sentimientos hacia él… Ahora que Qhuinn estaba interesado, era Blay el que lo ignoraba…
Así que si Qhuinn volvía a lo suyo, aunque solo fuera por un tiempo, Blay reaccionaría y mostraría de nuevo sus sentimientos. O eso esperaba. Y cuando eso pasara, Qhuinn podría confirmarle que lo que sentía era de verdad y para siempre, y podrían por fin ser una pareja feliz. Sonrió mientras terminaba de vestirse. Le gustaba como sonaba eso. Y le encantaría ser la pareja de Blay, en todos los sentidos.''
''- ¿Vamos al gimnasio?
- No. Pienso tomarme el día tranquilo.
Blay lo miró con los ojos entrecerrados.
- ¿Y eso?
- Quiero estar descansado. Esta noche volvemos al ZeroSum.
(...)
Blay sintió cómo su corazón se hacía añicos y debía haber estado preparado. Pero no fue así. Una vez más, se había dejado engañar por Qhuinn, y aunque había intentado proteger su corazón, la actitud de Qhuinn estas últimas semanas, le había dado esperanzas. Que tonto había sido. Como no le había dado a Qhuinn lo que quería, este ya se había aburrido de intentarlo. Dios… que estúpido…
(...)
Qhuinn casi retiró lo dicho al ver la cara de Blay. Le partió el corazón tener que engañarlo así, pero no le quedaba más remedio si quería conquistarlo y convencerle de una vez por todas de sus sentimientos. No tenía ninguna intención de volver al ZeroSum, pero necesitaba que Blay creyera que irían. Esperaba que Blay reaccionara y que se pusiera posesivo, y no le dejara ir al ZeroSum. O que intentara seducirle para que no fuera, como había hecho alguna vez en el pasado. Claro que esta vez no saldría corriendo como una nenaza…''
''Qhuinn se soltó lentamente de él, mirándolo con algo parecido al… ¿amor?
- ¿Los estás escuchando? Ahora lo nuestro es oficial. Yo soy tuyo. Y tú eres mío. Y nada, ni nadie me va a separar nunca jamás de ti. ¿Lo entiendes?
Qhuinn volvió a saborear los labios de Blay. No era suficiente. Jamás sería suficiente. No podía creer lo estúpido que había sido todo este tiempo. ¿Cómo había podido resistirse a Blay durante tanto tiempo y negarse esto?
- Te necesito.
Blay lo miró incrédulo. Parecía que no se lo creía aún. Pues Qhuinn tenía que hacer que se lo creyera. Con voz ronca y sin mirar a los hermanos, empujó a Blay hacia las escaleras.
- Si nos disculpáis…
No escuchó la respuesta de los hermanos, si es que hubo alguna. Cogió a Blay de la mano y subió las escaleras de tres en tres, arrastrando a Blay detrás de él. Fue directamente a la habitación de Blay, ya que la suya estaba demasiado desordenada, como siempre. Cerró la puerta con fuerza y empujó a Blay contra ella. Ya no había vuelta atrás. Blay era suyo. Se inclinó para volver a saborear esos labios, pero Blay lo detuvo.
- ¿Estás seguro?
- Blay…
- No quiero que luego te arrepientas.
- ¿Pero tú no has escuchado lo que te he dicho? Delante de toda la hermandad… Te quiero. Lo digo en serio. Déjame que te lo demuestre.
- Te has comportado como un capullo.
Qhuinn apoyó su frente sobre la de Blay, mirándole a los ojos.
- ¿Y eso es algo nuevo?
Sonrió.
- Lo siento. Tuve que hacerlo para que abrieras los ojos y reaccionaras, para que realmente pudiera hacerte reaccionar por lo que sientes por mí, y así asegurarte de lo que yo siento por ti.
- ¿Por qué así? ¿Por qué ahora?
- Pensé… Pensé que te había perdido. Eso me obligó a reconocer mis sentimientos. Yo… eres demasiado bueno para mí Blaylock, y no quería, ni quiero humillarte…
- Jamás me humillarías…
- Venga ya Blay… mis ojos… la Glymera…
- Que les den a los de la Glymera. Y tus ojos me encantan. Siempre ha sido así. Y ahora con esa lágrima tatuada… tu mirada es más sexy que nunca.''
''Para él no había nada más bonito que mirar a alguien a los ojos mientras le hacías el amor, lentamente, disfrutando del momento.''
''Vishous quiso gruñir al pensar que otros labios habían besado lo que era suyo. Pero claro, ¿Butch no era realmente suyo verdad?''
''- Déjame preguntarte una cosa. ¿Quieres a V?
- Qué coño...
- Sí o no Butch. Es una pregunta simple. Le quieres, ¿sí o no?
- Sí, como amigo, claro.
Puso mucho énfasis en la palabra amigo.
- ¿Has pensado alguna vez cómo sería si se emparejara con alguien? ¿Alguien que no seas tú? El verlos juntos, con su espalda grabada con un nombre que no es el tuyo, ver cómo está con otra persona que no eres tú. ¿Qué vengas en segundo lugar porque simplemente ya no eres lo suficientemente importante?
Joder. Dicho así, pues no. No lo había pensado nunca.
- Ya. Yo tampoco lo había pensado. Y casi pierdo a Blay por ello. A veces no se trata de que la otra persona sea tío o tía. A veces simplemente se trata de la persona y que sea la persona adecuada para ti. La que te complementa en todos los sentidos. Tu alma gemela. Sin importar el género.
Qhuinn le hablaba con la sabiduría que daba el casi perder el amor de tu vida y Butch tuvo que respetarle por ello. Había luchado por su amor. Y ahora era feliz.
- No nos queremos meter en vuestras vidas Butch. Sólo queremos evitar que cometas el mismo error que cometí yo. Tu sólo piensa en lo que he dicho vale. Si pierdes a V, ¿qué te queda?''
''Todas las noches cuando volvía del club, le cogía la cabeza con las manos, lo miraba a los ojos y le decía que todo saldría bien, que algún día la encontraría. Y mierda, él creía en V, pero el tenerle tan cerca, tocándole, mirándole a los ojos... le hacía cosas. Cosas en las que no quería pensar, que no quería analizar. Estaba al límite y sabía que tarde o temprano, reventaría. La conversación con Qhuinn le rondaba la cabeza y el beso que había compartido con V hacía ya tanto tiempo estaba grabado en su mente. Se repetía constantemente, como si la imagen se hubiese quedado cogida en su materia gris. Y mierda si no se excitaba cada vez que pensaba en los labios de V. Lo que quería decir que estaba duro casi las 24 horas del día.
Yu-pi.''
''Cuando Butch entró en el club respiró profundamente por primera vez desde que le había dicho a V que parara. Aunque no con esas palabras claro. Nop. El había tenido que usar una palabra de sumisión para detener a V y evitar que se la metiera a la chica sumisa. Vaya mierda. Sabía lo que le había impulsado a detener a V. Eran celos. No soportaría ver como V se acostaba con otra persona.
Que no fuera el…''
''Butch no vaciló. Y estaba duro. V sabía que debían hablar con el Rey primero, pero... a la mierda. Esta noche, Butch seriía suyo. Ya después harían lo que tenían que hacer.''
''- Solo puedo ir yo, porque sólo yo entiendo el mundo BDSM. Sé lo que busca. Además Kihara ha encontrado cosas en los diarios y se exactamente como atraerla.
- No me gusta.
- No tiene por qué gustarte. Somos Hermanos. Ella es una posible amenaza para nuestra raza. Hay que detenerla y yo sé cómo hacerlo.
- ¿Y que se supone que tengo que hacer yo mientras? ¿Esperarme aquí y pretender que no me vuelvo loco pensando en ti... con ella?
Vishous ladeó la cabeza y lo miró.
- ¿Estas celoso poli?
- ¿Yo? Para nada.''
''El agua de la ducha se estaba llevando el semen que llenaba sus cuerpos. Vishous tenía una expresión maravillada en la cara. Butch jamás lo había visto así. Pero haría esto gustosamente todos los días el resto de su vida por mantener a su amigo, no, a su amante, con esa expresión de felicidad.''
''Butch lo miraba horrorizado y V supo que lo acababa de perder. Una cosa era dar rienda suelta a sus impulsos en la intimidad y otra muy distinta hacerlo delante de alguien. Butch aún no había aceptado el hecho de que era gay, o bi, ni siquiera aceptaba que le gustaba V, así que aún estaba muy dentro del armario, por así decirlo. Butch se soltó de Vishous.
- Debería irme. Me toca vigilar a Lohrena.
Vishous no dijo nada, simplemente asintió.
- Deberías de hablar con Kihara, no se...
- No te preocupes, no se lo dirá a nadie.
Butch asintió y salió de la ducha. Vishous esperó hasta que lo oyó salir de los vestuarios. A pesar del agua caliente, estaba helado por dentro. Acababa de perder lo mejor que le había pasado en la vida.''
''Butch escuchaba lo que decía el rey a medias. No podía dejar de mirar a Vishous. Sus labios estaban rojos e hinchados, por sus propios labios, por ese beso que le había dado en el pasillo. Se sentía orgulloso de ello, no avergonzado. Ese macho es mío. Sonrió y se lamió los labios. Estaba deseando salir de aquí e ir con V al Commodore o al Pit, a donde fuera, donde pudieran estar solos, sin interrupciones y llevar esto hasta el final.
- Butch, ¿se puede saber qué te hace tanta gracia?
- Ehm... no nada.
- Vale, pues presta atención ¿quieres?
Wrath se giró de nuevo hacia los demás y él volvió a mirar a Vishous, que tenía una mirada indescifrable en el rostro. Butch no se pudo contener, le guiñó un ojo haciendo que V se sonrojara por primera vez en su vida.''
''Los dos hablaron a la vez.
- Él no va a alimentar a nadie.
- Él no va a alimentar a nadie.
Rhage soltó un largo silbido.
- ¡Por fin! ¡Venga cuéntanos!
Vishous lo fulminó con la mirada.
- No hay nada que contar así que cállate Hollywood.
Butch cruzó los brazos. Era ahora o nunca. Hablar o callar para siempre. Su gruñido y comentario habían hablado por el así que...
- ¿Qué no hay nada que contar? ¿Estás seguro V?
Rhage se frotó las manos, sonriendo.
- Ohhhhh esto se pone interesante...
Butch se levantó, consciente de que toda la hermandad estaba pendiente de él y V. Se acercó a él lentamente.
- ¿Estás seguro de que no hay nada que contar V? Porque yo creo que ya va siendo hora de que lo sepan...
- Poli... ¿qué?
Butch jamás se había sentido tan seguro de nada en su vida, y se sentía feliz. Ya no tendría que esconder lo que sentía nunca más.
- Sip, es hora de que sepan que tú, Vishous, eres mío. Ahora y para siempre.
Y con esas palabras, sin importarle quien los miraba, Butch besó a Vishous, demostrándole que realmente, por fin, era suyo.''
''Butch despertó entre los brazos de Vishous, saciado y feliz.
- Buenos días Nallum.
- Buenos días Hellren mío.
- Me encanta despertarme así.
- Me alegro mucho porque te quedan muchas mañanas despertándote a mi lado...''
''Rhage abrió la jaula y se acercó a ella. Por un segundo se sintió tentada de escapar ella sola, aun sabiendo que en una casa llena de hermanos, no llegaría demasiado lejos.
- No lo hagas, Lohrena.
Se mordió el labio y lo miró. Oír su nombre de sus labios... pero cómo sabía... ¿Podía oír sus pensamientos?
- No sé de qué hablas.
- Mentirosa. Ven date la vuelta para que pueda ponerte la venda.
Lohrena obedeció, dejando que Rhage le tapara los ojos, sintiendo escalofríos cuando sus dedos rozaron brevemente su cara.
(...)
Rhage contuvo un jadeo cuando le rozó la mejilla sin querer. El contacto con su suave piel hizo que se pusiera duro al instante. ¿Qué tenía esta hembra que le hacía reaccionar así? Se sentía inquieto pero normalmente tenía bastante más control sobre su propio cuerpo.
- ¿Cómo quieres hacer esto? Te guio hacia la salida o... o ehm... ¿te cojo en brazos? Te aviso que hay que bajar escaleras.
La vio morderse de nuevo el labio y su polla se endureció aún más.
- Creo que será más seguro si me coges en brazos, no quiero caerme.
No quiso decirle que él jamás dejaría que eso pasara, por si cambiaba de opinión.
- De acuerdo, vamos.
Rhage la cogió con facilidad y Lohrena rodeó su cuello con los brazos, pegándose a él. A duras penas contuvo un gemido.''
''Lohrena notó el frío en la cara cuando salieron al exterior y Rhage la apretó mas contra su amplio pecho, dándole su calor.
- Te voy a dejar en el suelo y ayudarte a meterte en el coche ¿vale?
La soltó reacio, porque tenerla en sus brazos era la mejor sensación que había tenido en mucho tiempo. Suspiró.''
''Rhage condujo hacia la mansión Stratford, como Lohrena le había pedido.
Cuando iban a mitad de camino, lo suficientemente alejados de la hermandad, se detuvo en el arcén para quitarle la venda a Lohrena. Sólo el tocarla así lo estaba volviendo loco de deseo, y tenerla tan cerca, oliendo esa fragancia que era únicamente suya, le hacía desear que no tuviera que alejarse de ella esta noche. Ella lo deslumbró con su sonrisa en cuanto la venda cayó de sus ojos.
- Gracias.''
''- ¿Qué hiciste Lohrena?
- Nada que te incumba. ¿Porque te pones así? Has pasado tu necesidad, me has follado y ya está. Se acabó Rhage. Tú vuelve con la Hermandad que yo ya encontraré mi camino. No quiero volver a verte. No estoy embarazada y no voy a ser tu Shellan.
Rhage se tambaleó hacia atrás como si le hubiese propinado un golpe físico. Lohrena quiso disculparse, decirle que eso último era mentira, que estaba deseando ser su Shellan aunque no pudiera darle hijos. Pero no podía hacerle eso a Rhage. No le obligaría a unirse a ella solo porque habían pasado unos días increíbles y ella le había ayudado cuando él estaba más vulnerable. Ahora mismo el sólo sentía algún tipo de obligación hacia ella, pero no le condenaría a una vida sin hijos. Algún día Rhage sería un padre estupendo y un Hellren increíble. Pero no sería con ella. Ella se iría y seguiría su vida lejos de aquí, sola.
(...)
Las palabras de Lohrena eran como una daga en su corazón y podía oler que había una mentira en lo que había dicho, aunque no podía estar seguro de lo que era. No mintió en lo de tener hijos, eso olía a verdad y lo único en lo que Rhage podía pensar era que Vishous se había equivocado. No vería esa sonrisa, no habría pañales, ni ningún chupete ni nada parecido. Su relación con Lohrena sí que acababa aquí y ahora. No estaba seguro de querer saber por qué eso le dolía tanto. Se inclinó en una reverencia hacia ella y habló en el lenguaje antiguo.
- Gracias por ayudarme en mi necesidad y permitir alimentarme de tu vena. Estaré eternamente agradecido.
Se incorporó y cogiendo las llaves de su GTO, se marchó de la Mansión Stratford, saliendo de la vida de Lohrena para siempre.
Rhage condujo durante horas, reviviendo una y otra vez lo vivido durante estos últimos días y sobre todo lo ocurrido antes de marcharse. No se podía creer que no naciera un hijo de esa unión. Había sido tan jodidamente perfecto...''
''No quería que ella lo viera como un monstruo. Por primera vez, Rhage se sentía inseguro.
Lohrena dio un paso hacia él y le sonrió, extendiendo las manos.
- Creo que tienes algo que me pertenece.
Sí, mi corazón, mi alma, mi cuerpo... todo mi ser.
Pero eso no se lo iba a decir. Así que le dio la caja que ella aceptó sin dudar y la atrajo hacia si para besarla como un Hellren besa a su Shellan.''
''- Estas a salvo. Confía en mí.
- ¿Volveré a veros? ¿A los dos?
- Puedes estar segura.
Asintió de nuevo, confiando en él completamente, por alguna extraña razón. Se giró hacia Marissa con una sonrisa.
Su corazón dio un vuelco
Joder, era preciosa.''
''Llegaron a SafePlace y dejó a Qhuinn y Blay en el coche. Marissa abrió la puerta y mientras la saludaba, Lilly Anna apareció en la puerta. Todo pareció desaparecer en el fondo mientras la miraba y un pensamiento absurdo latió en su cabeza.
¡Mía!''
''La habitación se vació lentamente y aunque no quería dejarla, fue hacia la puerta. Alguien le agarró la muñeca.
- Quédate, por favor.
Su corazón dio un brinco y asintió. Cómo podía negarse cuando lo miraba así. Como si lo necesitara. Como si lo quisiera ahí, a su lado.''
''No lo hagas. No lo hagas. No lo…
Sus labios rozaron tímidamente los de él, y él estaba completamente perdido.''
''John tomó otro trago de su Jack Daniels. Sólo estaba aquí porque no tenía ninguna excusa lo suficientemente buena para no estar. No la había visto en una semana, aunque había estado en su mente día y noche. No podía dejar de pensar en aquel beso.''
''- ¿John?
Estaba distante. Demasiado distante. Como si ya se hubiese marchado de la habitación aunque no era así. No le gustaba nada.
- John, por favor, háblame.
- Yo, te doy las gracias… por esta noche… yo… gracias.
- ¿Eso es todo? ¿Eso es todo lo que tienes que decir?
- Tengo que irme.
- No. Por favor. Quédate.
Negó con la cabeza y una sensación de desilusión se apoderó de ella. Iba en serio. Sólo una noche.
Se vistió con rapidez mientras ella se tapaba el cuerpo desnudo con la sábana.
- Lo siento.
- Yo no.
- Esto no debería de haber pasado. Yo… probablemente sería mejor que no le comentaras a nadie lo de esta noche.
Soltó un bufido.
- Ya, no tienes que preocuparte de eso. Ya puedes irte.
Se quedó en la puerta como queriendo decir algo más, pero al final se giró y se marchó.
Nunca antes había estado enamorada. Nunca había entendido todas aquellas tristes canciones de amor que ponían en la radio, pero al verlo marcharse, su corazón se partió en mil pedacitos y lagrimas ardientes llenaron sus ojos, y así de repente, pudo entender cada triste y desgarradora canción que había en el mundo.''
''Estaba asqueado con sigo mismo. Porque a pesar de todo, estaba deseando, rezando por que le llegara la transición.
Saber que ella bebería de él, que él le daría la vida… que sus labios se posarían sobre su muñeca, o mejor… sobre su cuello.
Joder.
No sobreviviría al placer. Y no podría ocultarlo.''
''No podía decir que no.
No era lo suficientemente fuerte.
La había echado de menos y la deseaba. A la mierda con todo lo demás porque ella también lo deseaba a él.
¡Mía!''
''John miró a su amigo a los ojos, y negó con la cabeza. Simplemente no podía hacerlo.
- ¿Entonces por qué cojones te has acostado con ella?
Qhuinn estaba más que furioso.
- Que pasa, ¿estabas pretendiendo que ella era Xhex o algo así? ¿O es que acaso sientes algo por ella? ¿La amas?
Miró a Jhade al negar de nuevo con la cabeza, sin saber qué otra cosa podía hacer. Vio cómo palidecía brevemente, antes de que levantara la cabeza y borrase la expresión de dolor de su cara, partiendo su corazón.
En ese mismo instante supo, más allá de ninguna duda, que sí la amaba. Más de lo que jamás había llegado a amar a Xhex.''
''Los ojos de su hija se llenaron de lágrimas.
- Es todo culpa mía.
- Lo amas.
No era una pregunta, aun así, asintió.
- Él no siente lo mismo por mí. Pero no pasa nada. Sí, duele, pero jamás le obligaría a hacer lo que pap… Qhuinn quiere que haga. ¿Vincularse a mí? Para él, eso sería como serle infiel a su Shellan fallecida, él simplemente no es así. Tengo que irme. Esto ha sido demasiado para mí.''
''Otro mensaje de voz de ella. Sabía que no debería de traerse el móvil para luchar, pero era la única cosa que lo conectaba a ella de alguna manera. Podía sonar estúpido pero no era capaz de separarse del maldito cacharro.
Y por mucho que echara de menos a sus amigos, a los dos... Había valido la pena.
Sin embargo no podía obligarse a arriesgarse con Jhade.
La amaba, de eso ya no le quedaba ninguna duda. Pero Xhex aún formaba parte de él.
Aún estaba roto por dentro, no era para nada el macho que había sido. Por lo menos eso era lo que se decía a sí mismo. Y Jhade se merecía algo mucho mejor.
¿Y si algún día perdía a Jhade? O por los bastardos lessers que la andaban buscando o, que la Virgen Escriba no lo quisiera, por un parto, o porque se enteraba de su pasado. Él no lo sobreviviría.''
''- Créeme, he oído de todo y no cambia nada.
- ¿Crees que sabes tanto de mí? ¿Sabías que siendo un pretrans me violó un humano? ¿Sabías que cuando Xhex murió, me pase un año enloquecido, saliendo a luchar borracho, sólo para intentar que me mataran? ¿Sabes que estos putos 5 años que he pasado sin ti, han sido aún peores?''
''La vio fruncir los labios tratando de ocultar su sonrisa.
Le gustaba ver cómo se arrastraba por ella ¿eh?
Podía hacerlo. Por ella, él podría hacerlo siempre.
- He sido un tonto y te deje ir cuando no debería haberlo hecho, y lo siento mucho, muchísimo. Te amo y quiero estar contigo y si tú aún me quieres a mí, lucharé contra cualquier cosa o persona para estar contigo. Quiero que seas mi Shellan. ¿Me harías el honor de ...?
Ella le sorprendió cuando se puso de rodillas frente a él.
¿Qué estaba haciendo? ¡Nunca debía estar de rodillas!
- John Matthew, lo que hiciste hoy fue increíble. Aún te amo y me encantaría tenerte como mi hellren, pero sólo si realmente, de verdad, estas absolutamente seguro de quererme a tu lado como tu Shellan.''
''Wrath puso un brazo alrededor de sus hombros y continuó hablando.
- Mis hermanos, dentro de 5 años, Darius será emparejado con Penehlope, hija de Feron. Este emparejamiento nos asegurará una relación sana y muy necesaria entre el trono y la Glymera, y es un gran paso adelante para unir a nuestra raza y proteger nuestros intereses comunes y así poder luchar mejor contra nuestro peor enemigo.
Nalla pudo sentir cómo toda la sangre abandonaba su cuerpo mientras el rey siguió hablando.
- Por lo tanto, estoy feliz de poder invitaros a todos a la ceremonia de emparejamiento de mi heredero el príncipe Darius.
Su cuerpo quedó lacio y notó cómo la oscuridad la rodeaba mientras su corazón se rompió en mil pedazos.''
''Ella lloró con más fuerza en la almohada mientras enviaba sus oraciones hacia arriba, con la esperanza de que fueran escuchadas. Sabía que estaba siendo un poco dramática, pero le dolía mucho, y no podía evitarlo.
De repente sintió dos fuertes brazos que la rodeaban.
- Shhh mi amor. Todo saldrá bien. Dime lo que te pasa para que pueda hacer que te sientas mejor.
Ella lo agarró con fuerza mientras él la levantó en sus brazos y usó su cálido hombro fuerte para llorar.
(...)
Su corazón se rompió un poco más con cada sollozo. No podía soportar ver sus lágrimas, oler su dolor.
(...)
Sus sollozos se calmaron un poco y él puso un dedo bajo su barbilla para inclinar su rostro hacia él.
- No deberías estar aquí.
Sus palabras susurradas de manera temblorosa cortaron a través de su corazón.
- Lo sé.
Él susurró justo antes de reclamar su boca con la suya. Sus labios eran el cielo y su sabor era adictivo. Tenía que marcarla, hacerla suya, vincularla a él, para que nunca pudiera pertenecer a otro. Pero no podía hacerle eso. Se merecía ser feliz algún día.''
''Echó sus pensamientos a un lado, mordiendo suavemente su labio inferior antes de soltarla poco a poco.
La miró a la cara, a sus ojos tristes, memorizando cada detalle. Su pelo negro como la noche. Sus ojos de color amarillo brillante. Esos labios deliciosamente llenos. Esa adorable nariz...
Nunca se olvidaría de ella.
¡Te quiero!
Su mente dijo las palabras que se quedaron atascadas en su garganta y en su lugar le susurró de nuevo.
- Adiós Nalla. Te deseo toda la felicidad del mundo.''
''Nalla se agarró a él mientras trataba de recuperar el aliento.
- Oh dulce Virgen, Darius, no deberíamos de haber...
Él le levantó la barbilla con los dedos y la besó suavemente.
- Lo eres todo para mí.
Lo mató ver como una lágrima caía por su cara y cómo trataba de alejarlo avergonzada. La agarró más fuerte y la besó de nuevo.''
''La miró a los ojos.
- Siempre serás la única. No importa con quién me empareje. No importa quién tiene el título o quién termina poniéndose el Rubí Saturnino. Tú, Nalla, hija de Zsadist, siempre serás mi primera y única reina. La reina de mi corazón.''
''Darius habló antes de que su madre pudiera responder.
- Mahmen, papá tiene razón. Tengo que hacer esto.
- Pero ¿qué pasa con...?
Le dolía el corazón al pensar en Nalla pero rápidamente la expulsó de su mente.
- Ella lo sabe. Y lo entiende.
- Joder hijo, ella realmente es una hembra de valía.
- Lo es. Ella sabe que tengo obligaciones y me anima a respetarlas. Ella no quiere que la Glymera inicie una guerra contigo papá. Ella sabe lo que es importante y lo que tengo que hacer. Por la hermandad. Por todos. Sin importar lo mucho que tengamos que sacrificar, o cuánto nos duela.
- Joder chico, ¿cuando creciste y te hiciste tan maduro?
Su sonrisa fue triste.
- Cuando me enamoré de una hembra a la que no puedo tener.''
''- Tienes que dejar de hacer eso.
La voz de Jhade lo interrumpió cuando salió de la habitación de Nalla. Alzó los ojos hacia ella, todavía sorprendido por la similitud de sus ojos con los de Qhuinn.
- Lo sé.
- Es evidente que no es así. Si no, no estarías aquí.
- Yo...
- Mira, sé que te gusta...
- Es mucho más que gustar.
- De acuerdo. Lo que sea. Pero tienes obligaciones, así que hasta que no estés dispuesto a renunciar a todo por ella, deja de darle esperanza.
- Yo... no puedo mantenerme alejado Jhade. Es como si algo me atrajera hacia ella. Como si me fuera a volver loco si no estoy con ella. Tengo que abrazarla, olerla, oír su voz, ver su sonrisa... Es jodidamente difícil mantenerme alejado.
- Eso es la vinculación. Siempre sentirás eso y no hay nada que puedas hacer al respecto, a menos que...
- Yo... no puedo. Si no hago esto, la Glymera matará a mi padre, ya lo sabes. Y yo no lo puedo defraudar. Yo nací siendo esto. Un príncipe. No es que tenga elección. Si yo no soy el heredero, si no me emparejo, quién lo hará, Matt?
Jhade se estremeció mientras él resopló.
- Exacto. No quiero hacer esto. Pero tengo que hacerlo. No me queda otra.
- Lo entiendo, Darius. De verdad. Pero cuando entras a escondidas en su habitación para hacer lo que sea, le estás dando esperanzas. Y cuando ella recuerda que nunca será realmente tuya, eso la hiere. ¿Y qué vas a hacer una vez que te emparejes? Dejar tu cama para colarte en la habitación de Nalla?
Agachó la cabeza, avergonzado. Él no haría eso. Incluso si él no amaba a su futura shellan, no le iba a ser infiel. Tenía honor.
- Si la amas, si realmente la amas como yo creo que lo haces, mantente alejado de ella.
Él sabía que ella tenía razón, pero su corazón gritó en señal de protesta.
¡Mía!
Respiró profundamente.
- Gracias Jhade. Eres una buena amiga. Por favor, cuídamela. Yo... yo haré lo que pueda para mantenerme alejado de ella. Para siempre.''
''La intimidad del acto era demasiado, y ella se emocionó.
No iba a llorar delante de él, ¡maldita sea!
Pero lo hizo. No pudo evitarlo.
El suave sollozo que se le escapó, sólo condujo a más.
- Mi amor...
Darius se movió rápidamente y suavemente la besó.
- Deberías haberme drogado.
- Odias ser drogada.
- Pero esto duele más.
- Lo sé, déjame...
Trató de penetrarla de nuevo, pero ella no se lo permitió.
- No la necesidad Darius. Me duele que estés aquí. Me duele tenerte sirviéndome y lamiendo mi virginidad cuando sé que nunca más te volveré a tener. Prefiero que me droguen a que me sirvas, aunque sólo sea una vez porque no puedo soportar el dolor de saber que después de esto, no podré estar contigo nunca más.
(...)
Darius tenía el corazón roto al ver cómo Nalla sollozaba a través de sus palabras. Lo mató escucharla decir esas cosas, aunque él sabía de dónde venían y podía entenderla. A pesar de todo, él había tenido la esperanza de poder estar con ella, aunque sólo fuera esta vez.
Pero saber que era la razón por la que ella estaba sufriendo tanto emocionalmente... arrancarse el corazón con sus propias manos sería menos doloroso.
- Por favor llama a Jhade para que me drogue. Por favor.
Su primera reacción fue negarse. Servirla a pesar de sus deseos. Él sabía que ella no lo rechazaría. No realmente.
Pero no podía hacerle eso. A pesar de su intenso dolor físico, ella había tenido la fuerza necesaria para decirle lo que sentía. Lo que ella quería. Y él respetaría esto siempre. Sin importar sus propios sentimientos, sus propias necesidades.
Tomó el frasco y la jeringa de la mesilla de noche.
Él se encargaría.
Él la cuidaría.
Aunque eso lo matara.
Llenó la jeringuilla y la besó suavemente en la frente antes de inyectarla como le habían enseñado. Tragando a través del nudo que tenía en la garganta, vio cómo las ondas de su necesidad perdían su intensidad y Nalla se calmó un poco.
Él se vistió de nuevo y se sentó en una silla, contentándose con sólo quedarse sentado con ella y verla pasar por la necesidad, aunque no la pudiera servir.
- ¿Darius?
Su susurro era débil pero rápidamente él se levantó para acercarse a la cama.
- ¿Qué necesitas, mi amor?
- Lo siento.
- No lo sientas.
- Es que no puedo...
- Está bien. En serio. Yo me ocuparé de ti hasta que estés bien.
- No.
- ¿No?
- Yo... yo quiero que te vayas.
Nalla se quedó sin aliento con otro sollozo.
- Darius. Por favor. Vete de aquí.
(...)
Darius cerró la puerta detrás de él mientras las lágrimas rodaban por su rostro.
Estaba en carne viva por dentro. Totalmente irracional al sentir cómo el amor de su vida, le echaba de su lado.
Cerró los ojos mientras se quedó en la oscuridad.
Él pensó seriamente en acabar con esto. Acabar con toda esta mierda. Si él no podía tenerla a su lado, la vida no tenía sentido. No había ninguna razón para vivir.''
''A diferencia de cuando estuvo en su necesidad, ahora ella estaba lúcida. Y se sentía tan vulnerable que ahora mismo, necesitaba esto.
Lo necesitaba. Porque ella sabía, que no habría nadie más después de él.
Tendrían esta noche.
Y este recuerdo tendría que durar para siempre.
(...)
Darius se tomó su tiempo para desvestir a Nalla. Estaba saboreando el momento, memorizando cada pedacito de piel que revelaba.
Ella sería suya para siempre. Al menos en su mente. Y en su corazón.''
''- ¿Qué diablos estabas pensando D? ¿Luchar después de una noche de juerga? ¿No pedir refuerzos? ¿Ir a recoger los tarros por tu cuenta? ¿Estás tratando de hacer que te maten?
No podía morir si ya estaba muerto por dentro, pensó.''
''- ¿Hola?
Silencio.
- ¿Mahmen? ¿Eres tú?
Frunció el ceño. Quizás algún humano había marcado accidentalmente su número. Las únicas personas que tenían su número estaban casi todos en la mansión y...
Bajó la mirada a su móvil. Número oculto.
- D... ¿Darius?
- Hola mi amor.
Ella cerró los ojos cuando oyó el sexy sonido de su voz profunda.
- No deberías haber llamado. Quiero decir...
- Sólo necesitaba oír tu voz. Sólo una última vez antes de...
Darius dejó escapar un suspiro tembloroso.
- Te echo de menos. Te echo tan jodidamente de menos.
Nalla se tragó la necesidad de llorar mientras escuchaba sus palabras. Se negó a hacerle las cosas más difíciles, descomponiéndose emocionalmente. Así que no dijo nada. Se limitó a escuchar.
- Ojalá pudiera estar allí contigo. Ojalá pudiera hacerte el amor. Sólo una noche más, pasarla juntos.''
''- Nalla mi amor, mañana...
- No pasa nada. No quiero saberlo.
Se tocó la creciente, aunque todavía plana, barriga. La necesidad de decírselo era abrumadora. ¡Él merecía saber que iba a ser padre!
- Es que, yo necesito que lo sepas.
- Yo ya lo sé Darius. Créeme, lo sé. Pero no puedes hacer esto otra vez. No me puedes llamar de nuevo.
Le pareció oír un sollozo, pero rápidamente Darius se aclaró la garganta.
- Lo sé, mi amor, y me matará no poder volver a oír tu voz de nuevo. Sólo necesito que sepas que mañana, la que estará en mi mente, la hembra en mi corazón, eres tú, Nalla. Siempre serás tú.''
''La vio dormir durante lo que le parecieron horas, cuando en realidad sólo habían sido una o dos.
Estaba inquieto, incapaz de dormir o conseguir cualquier descanso.
Pensamientos de ese bastardo de Blax nublaron su mente. Él estando con ella, Nalla alimentándose de él...''
''- ¿Cómo te sientes mi amor?
- Mejor que nunca.
- ¿Puedo ofrecerte algo, quieres algo?
- Sólo a ti.
Él le sonrió.
- A mí siempre me has tenido Nalla. Soy todo tuyo.''
''- De acuerdo, nallum. Ten cuidado. Te quiero.
Ella le dio un beso rápido y fue a salir, pero él no se lo permitió.
- Darius?
- Gracias.
- ¿Por qué?
- Por esperarme, incluso cuando pensabas que me habías perdido.
- Oh mi nallum...
- Una vez leí algo... No sé por qué pero se quedó conmigo, ¿sabes?
Cerró los ojos mientras habló.
- El sol amaba tanto a la luna; que moría cada noche para dejarla respirar.
Él la miró sus ojos brillantes con todo el amor que sentía por ella.''
Tod@s somos un@s romántic@s en potencia
Un lugar en el que poder leer fragmentos de libros, añadir otros, o escribir citas propias. ¡Animaos!
viernes, 26 de junio de 2015
viernes, 19 de junio de 2015
Fragmentos de Hechizada
``Antología (Sucedió una noche): Hechizada´´ de Mary Balogh.
''¿Qué iba a hacer? Cuando regresara arriba, ¿encontraría la habitación vacía a excepción de su maleta en mitad del piso? ¿O ella todavía estaría allí?
Tenía los sentimientos a flor de piel.
Se sentó a una mesa pequeña al lado de una ventana y ordenó jamón y huevos con patatas y pan tostado. Deliberadamente se sentó de espaldas a las escaleras. No quería verla salir. No quería sentirse responsable de ella si lo hacía.
Santo Dios, él no era en absoluto responsable de ella. Excepto por una pregunta con diez años de antigüedad que había molestado su conciencia cada uno de aquellos años, y que estaba volviendo a estorbarle otra vez.
Si ella se marchara ahora, podría desaparecer para siempre. Podría no volver a la mañana siguiente para abordar la diligencia a dondequiera que ella se dirigiera. Nunca la vería otra vez.
Su sorpresa se volvió pánico ante la idea.
Se despreció a sí mismo por sentirlo.
Había eliminado a Nora de su vida años atrás. No había sido fácil ya que ella había tenido un efecto real y permanente en ella. Su presente y su futuro serían por siempre forjados por lo que sucedió entre ellos.
Pero si desaparecía de su vida para siempre, no sería tiempo suficiente.
Esperó que se hubiese marchado.
Esperaba no verla el resto del día o por la mañana. O nunca más.''
''¿Cómo no lo reconoció? Lucía muy diferente a como lo recordaba. Era poco más que un niño cuando lo vio por última vez. Era alto, delgado y ágil, su hermoso rostro debajo de una mata oscura de pelo aunque su expresión era casi siempre seria. Pero sus ojos azules eran cálidos y brillaban con intensidad durante ciertos momentos de intimidad. Se había enamorado estrepitosa y apasionadamente de él mucho antes de que él lo supiera.
Y él la había amado mucho antes de que ella lo supiera.
Todo había sucedido tanto tiempo atrás que podría haber ocurrido en otra vida.
A pesar de que había sido lo suficientemente auténtico en su tiempo y lo suficientemente desagradable al final.''
''En un momento de descuido se sonrieron mirándose a los ojos mientras compartían la tonta broma. Por un momento vio en su cara rastros de la vieja Nora. Y luego ambos se pusieron serios y se marcharon dando media vuelta en lo que él adivinó fue vergüenza mutua.''
''Su pelo rubio y sedoso brilló a la luz del sol mientras se sentó muy quieta y cohibida, aunque se relajó un poco después de un momento mientras la multitud se reunía a su alrededor, haciéndole bromas lograron sacarle una sonrisa primero y luego una verdadera risa.
Richard observaba en silencio. Era realmente hermosa. Quizá más hermosa de lo que había sido. Fue una rara sensación, contemplar a una desconocida y sin embargo sentir la atracción de la familiaridad, el dolor, el resentimiento y aún el odio. Pensó en eso de forma abrupta, sentimientos negativos que se habían ido hacía mucho tiempo. Pero habían vuelto rápidamente al solo mirarla, como si las viejas heridas no hubieran sanado del todo sino simplemente se habían enconado bajo la superficie de su conciencia.''
''—Oh, ¿cómo hizo eso? —Nora preguntó después de un particular truco de prestidigitación. Y cuando miró a Richard, él pudo ver que sus mejillas estaban enrojecidas por el calor del sol a pesar de la sombra del ala de su sombrero.
Parecía como si realmente estuviera pasando un buen rato, él pensó. ¿Y él? El ambiente festivo era ciertamente difícil de resistir. Hubiera disfrutado completamente el día si se hubiera quedado varado aquí, solo. ¿O no? ¿Podría incluso estar aquí al sol, participando de todos los absurdos placeres de una feria campestre, si estuviera solo?
Sus dedos se cerraron un poco más alrededor del dibujo al carboncillo.
Cuando siguieron adelante ella se echó a reír de las travesuras de un malabarista vestido como un bufón medieval. Lo mismo hacían todos los demás que se apretujaban alrededor del hombre. Y así, a pesar de sí mismo, Richard también. Miró a Nora en el preciso momento en que ella lo miraba, y repentinamente el sol pareció muy brillante y caliente. Ambos apartaron la mirada sin hablar.''
''Se habían fugado a Escocia y se habían casado allí. Habían regresado a su habitación de la posada y habían consumado el matrimonio. Y luego, cinco minutos después de que habían bajado la escalera para comer algo, su padre y su hermano llegaron y ella se marchó con ellos. Él había quedado atrás, incapaz de viajar por dos días enteros hasta que se hubo recuperado de la brutal paliza que dos hombres le habían propinado como castigo y advertencia. Él era un joven estudioso en aquellos tiempos y de ningún modo robusto. Ciertamente no había sido oponente para dos enfurecidos hombres.
Había deducido que el hombre que los había casado y el posadero que les diera el cuarto habían sido sobornados. Toda evidencia del matrimonio se había desvanecido.
¿Eso quería decir que no estaban casados?
Nunca lo supo a ciencia cierta. Todavía no lo sabía.
Pero quizá por una hora y media de sus vidas, él y Nora habían sido marido y mujer. Y él ``fueron felices para siempre´´ había durado ese tiempo.''
''—Quédate, —dijo, poniéndose de pie y extendiendo una mano para ayudarla. —Vamos a ver los bailes juntos, Nora. Sólo se tiene la oportunidad de ver el baile de la Cruz de Mayo una vez al año, después de todo.
—Oh, —dijo, deslizando los ojos por la Cruz de Mayo y notando toda la actividad alrededor de ella, —sería una lástima perdérselo.
Y sonrió otra vez mirando alrededor, con una expresión brillante, cálida y feliz. El sol brilló sobre sus estridentes piedras, sus raras e invaluables perlas. Y él se preguntó si después de todo lamentaba que esto hubiera ocurrido hoy. Había algo innegablemente seductor...
Pero negó ligeramente con la cabeza, haciendo a un lado el pensamiento.
Y a continuación las chicas y los jóvenes tomaron los listones en sus manos, los músicos comenzaron a tocar una alegre melodía dando golpecitos con el pie, y el baile comenzó.
Él estaba parado observando, con su hombro casi rozando el de Nora. Y sintió un repentino fluir de nostalgia por su juventud, por esos días de encantadora inocencia, cuando había tenido un empleo que le satisfacía y donde había estado Nora, la hija de su empleador, para admirarla de lejos. Para tejer sueños en ello. Para caer de cabeza en el amor, mucho antes de que él lo supiera ella le devolvió sus sentimientos. Y finalmente para retenerla, besarla y rescatarla de un matrimonio indeseable, llevarla apresuradamente a la frontera y más allá como el proverbial caballero de brillante armadura rescatando a su damisela en apuros.
Excepto que no hubo nada definitivo acerca de eso.
Ni un ``vivieron felices para siempre.´´
Ella estaba golpeando ligeramente con su pie y dando unas palmadas, como la mayoría de los espectadores. Sonreía otra vez, sus ojos brillantes de placer.
Ella lo contempló.
Él le devolvió la mirada.
Y, que Dios lo ayudara, le sonrió.''
''Volvió la cabeza ahora para contemplarlo, él le devolvió la mirada, y sonrió.
Había sido un joven serio, el secretario de su padre. Lo había admirado mucho tiempo antes de que un día hubiera cruzado la puerta de su estudio y él había levantado la vista de los libros y sus ojos se habían encontrado y le había sonreído, y se enamoró estrepitosamente de él.
Su sonrisa no había cambiado. Comenzaba en sus ojos, arrugándolos atractivamente en las esquinas, y se extendía hacia su boca.
Nora estaba atrapada por un nostálgico anhelo que se remontaba más allá de los vacíos y amargos años desde la última vez que se habían sonreído el uno al otro. Eso había sido el día de su boda.
Sus ojos se posaron en los de ella, y seguramente... ah, seguramente, había un anhelo contestado allí.
¿Por qué todo había salido terriblemente mal?''
''Era imposible mantener una conversación prolongada con Nora dado el volumen de la música y la sonoridad de las voces alrededor de ellos. Y era casi igualmente imposible girar con ella, considerando el tamaño del piso y el número de personas que eligieron el vals.
Se vieron obligados a bailar un poco más lento de lo que habrían hecho y con la longitud del brazo un poco más cerca de lo acostumbrado. Fueron forzados a bailar en silencio. Las lámparas estaban algo distantes de la pista. Bailaron a la luz de la luna y las estrellas.
Todo parecía inesperadamente —y no del todo cómodamente— romántico para Richard.
Luego de algunos minutos decidió que la mejor manera de proteger a Nora de la multitud era girando su mano entre la suya sujetándola con la palma, contra su corazón. Y deslizando su otra mano más protectoramente alrededor de su cintura. Descubrió que todavía era tan delgada como una muchacha, si bien ella había desarrollado la figura de una mujer. La mano de ella se movió hacia dentro a lo largo de su hombro y luego hacia la parte trasera de su cuello. Podía sentir las puntas de sus dedos contra la piel desnuda por encima del cuello de la camisa.
La proximidad de sus cuerpos mientras bailaban habría causado escándalo en cualquier salón de baile de moda.
Pero así, él pensó, era sin duda la forma en la que el vals fue concebido para ser bailado.
Ella lo miró a los ojos, él le devolvió la mirada, y permanecieron así. Ninguno de los dos sonreía. Y sin embargo había calidez en su mirada, como seguramente había en la de él.
Era curioso cómo podía sentirse en soledad, estando en compañía incluso en la más densa de las multitudes. Repentinamente no había nadie en el mundo excepto Nora y él, y nada tenía importancia a su alrededor sólo la luz de la luna y las estrellas, la dulzura de los violines y las gaitas tocando y los pasos íntimos del vals.
Había sido un cinco de mayo la fecha en la que se habían casado. Hacía casi exactamente diez años.
Toda una vida.
No le había sido permitido acercarse a ella después. Lo había intentado, Dios lo sabía, sintiéndose aprensivo como si hubiera estado a punto de ser golpeado otra vez. Siempre le dijeron que ella no lo vería. Y ella había devuelto todas sus cartas sin contestar —excepto la última— Su respuesta a esta le había sorprendido. Cínicamente, había esperado que diría que sí.
¿Por qué había respondido que no?
La miró fijamente a los ojos y no haría la pregunta ahora. Ahora era para el vals y este inesperado momento de felicidad.
¿Felicidad?
Pero no lo analizaría esta noche. Mañana habría suficiente tiempo. Tendría el resto de su vida para preguntarse cómo era posible haberse sentido feliz hoy.
Esta noche sostenía a una mujer en sus brazos y ella se sentía bien allí. Esta noche aun podría creer en el romance.''
''Algún espacio vacío se abrió de pronto más allá de ellos y él la hizo girar en una amplia curva, sonriéndole y mirándola a los ojos mientras lo hacía.
Ella inclinó la cabeza hacia atrás y rió. La luz de luna brilló en su cara y a través de su garganta. Sus piedras se movieron hacia un lado y captaron la luz. ¡Raras perlas azules, ciertamente!
Entonces la risa se desvaneció de su rostro y una suave sonrisa apareció como respuesta mientras él la acercaba otra vez, y de nuevo fueron rodeados por otros bailarines. Pero repentinamente sus ojos brillaron a la luz de las estrellas, y ella agachó su cabeza.
¿Lágrimas?
Él la atrajo aun más cerca hasta que sus pechos casi rozaban con su chaqueta.
—Recuerdas los pasos después de todo, —susurró a su oído.
—Sí, —dijo ella. —Mi primer y último vals. Me alegro de que haya sido aquí hoy.
¿Y conmigo como pareja?
Pero él no había hablado en voz alta.
¿Quería hacer la pregunta en voz alta? ¿Y querría escuchar la respuesta?
¿Qué tal si fuera no?
¿Y qué si fuera que sí?''
''Él la había adorado. La había adorado de lejos durante muchos meses. Y entonces, cuando había descubierto que ella correspondía sus sentimientos, la había amado con devoción apasionada de un hombre joven que ni siquiera se detuvo a preguntarse si ella lo amaba más porque vio en él una vía de escape o porque lo anhelaba como compañero para toda la vida.''
''Él entró en la posada. Subiría a buscarla. Le bajaría la maleta y se despediría civilizadamente de ella.
Pero ¿por qué?
Ella ya estaba al pie de la escalera con su maleta en mano. Sus ojos se encontraron mientras caminaba hacia ella y le quitó la maleta de la mano.
—¿Has oído la llamada entonces? —Preguntó el.
—Sí.
Ella se veía un poco pálida. Sus ojos parecían enormes. Su cabello había sido despiadadamente peinado hacia atrás debajo de su sombrero.
¿Iba a dejarla ir sin luchar?
El podía ver claramente los seis meses siguientes a su boda tal y como debió haber sido a través de sus ojos. Había permitido mansamente a su padre llevársela de vuelta a casa con él y declarar que su matrimonio no era válido. No había hecho ningún intento de seguirla o verla después de eso. No le había escrito. Y luego después de que ella debió haber oído sobre el cambio de su fortuna y ella y su padre se habían convertido en pobres, de la nada él había escrito para ofrecerle matrimonio. Para burlarse. Su padre debió haber hecho todo lo posible para obligarla a aceptar. Su propio sentido común debió decirle lo que la alternativa sería. Había tenido el coraje de negarse de todos modos.
No porque ya no lo amaba, sino porque creía que él nunca la había amado.
Ella lo miraba fijamente a los ojos.
—¿La señorita Ryder? —Era la fuerte e impaciente voz del cochero llamando desde la puerta. —¿Está la señorita Ryder aquí?
—Nora, —dijo Richard, —esa carta no fue escrita para insultar a tu padre. O, para insultarte. Fue un desesperado último intento de convencerte para que volvieras a mí.''
''—Voy a tener que irme sin ella y que se dé por servida, —dijo el cochero. —No puedo tener a todo el mundo esperándola. No de nuevo.
Nora miró sobre el hombro de Richard y por un momento hubo algo parecido al pánico en sus ojos.
—No te vayas, —dijo tomándola de la muñeca. —No te vayas, Nora. Quédate conmigo. Quédate por el resto de tu vida.
Ella negó ligeramente con la cabeza.''
''¿Qué iba a hacer? Cuando regresara arriba, ¿encontraría la habitación vacía a excepción de su maleta en mitad del piso? ¿O ella todavía estaría allí?
Tenía los sentimientos a flor de piel.
Se sentó a una mesa pequeña al lado de una ventana y ordenó jamón y huevos con patatas y pan tostado. Deliberadamente se sentó de espaldas a las escaleras. No quería verla salir. No quería sentirse responsable de ella si lo hacía.
Santo Dios, él no era en absoluto responsable de ella. Excepto por una pregunta con diez años de antigüedad que había molestado su conciencia cada uno de aquellos años, y que estaba volviendo a estorbarle otra vez.
Si ella se marchara ahora, podría desaparecer para siempre. Podría no volver a la mañana siguiente para abordar la diligencia a dondequiera que ella se dirigiera. Nunca la vería otra vez.
Su sorpresa se volvió pánico ante la idea.
Se despreció a sí mismo por sentirlo.
Había eliminado a Nora de su vida años atrás. No había sido fácil ya que ella había tenido un efecto real y permanente en ella. Su presente y su futuro serían por siempre forjados por lo que sucedió entre ellos.
Pero si desaparecía de su vida para siempre, no sería tiempo suficiente.
Esperó que se hubiese marchado.
Esperaba no verla el resto del día o por la mañana. O nunca más.''
''¿Cómo no lo reconoció? Lucía muy diferente a como lo recordaba. Era poco más que un niño cuando lo vio por última vez. Era alto, delgado y ágil, su hermoso rostro debajo de una mata oscura de pelo aunque su expresión era casi siempre seria. Pero sus ojos azules eran cálidos y brillaban con intensidad durante ciertos momentos de intimidad. Se había enamorado estrepitosa y apasionadamente de él mucho antes de que él lo supiera.
Y él la había amado mucho antes de que ella lo supiera.
Todo había sucedido tanto tiempo atrás que podría haber ocurrido en otra vida.
A pesar de que había sido lo suficientemente auténtico en su tiempo y lo suficientemente desagradable al final.''
''En un momento de descuido se sonrieron mirándose a los ojos mientras compartían la tonta broma. Por un momento vio en su cara rastros de la vieja Nora. Y luego ambos se pusieron serios y se marcharon dando media vuelta en lo que él adivinó fue vergüenza mutua.''
''Su pelo rubio y sedoso brilló a la luz del sol mientras se sentó muy quieta y cohibida, aunque se relajó un poco después de un momento mientras la multitud se reunía a su alrededor, haciéndole bromas lograron sacarle una sonrisa primero y luego una verdadera risa.
Richard observaba en silencio. Era realmente hermosa. Quizá más hermosa de lo que había sido. Fue una rara sensación, contemplar a una desconocida y sin embargo sentir la atracción de la familiaridad, el dolor, el resentimiento y aún el odio. Pensó en eso de forma abrupta, sentimientos negativos que se habían ido hacía mucho tiempo. Pero habían vuelto rápidamente al solo mirarla, como si las viejas heridas no hubieran sanado del todo sino simplemente se habían enconado bajo la superficie de su conciencia.''
''—Oh, ¿cómo hizo eso? —Nora preguntó después de un particular truco de prestidigitación. Y cuando miró a Richard, él pudo ver que sus mejillas estaban enrojecidas por el calor del sol a pesar de la sombra del ala de su sombrero.
Parecía como si realmente estuviera pasando un buen rato, él pensó. ¿Y él? El ambiente festivo era ciertamente difícil de resistir. Hubiera disfrutado completamente el día si se hubiera quedado varado aquí, solo. ¿O no? ¿Podría incluso estar aquí al sol, participando de todos los absurdos placeres de una feria campestre, si estuviera solo?
Sus dedos se cerraron un poco más alrededor del dibujo al carboncillo.
Cuando siguieron adelante ella se echó a reír de las travesuras de un malabarista vestido como un bufón medieval. Lo mismo hacían todos los demás que se apretujaban alrededor del hombre. Y así, a pesar de sí mismo, Richard también. Miró a Nora en el preciso momento en que ella lo miraba, y repentinamente el sol pareció muy brillante y caliente. Ambos apartaron la mirada sin hablar.''
''Se habían fugado a Escocia y se habían casado allí. Habían regresado a su habitación de la posada y habían consumado el matrimonio. Y luego, cinco minutos después de que habían bajado la escalera para comer algo, su padre y su hermano llegaron y ella se marchó con ellos. Él había quedado atrás, incapaz de viajar por dos días enteros hasta que se hubo recuperado de la brutal paliza que dos hombres le habían propinado como castigo y advertencia. Él era un joven estudioso en aquellos tiempos y de ningún modo robusto. Ciertamente no había sido oponente para dos enfurecidos hombres.
Había deducido que el hombre que los había casado y el posadero que les diera el cuarto habían sido sobornados. Toda evidencia del matrimonio se había desvanecido.
¿Eso quería decir que no estaban casados?
Nunca lo supo a ciencia cierta. Todavía no lo sabía.
Pero quizá por una hora y media de sus vidas, él y Nora habían sido marido y mujer. Y él ``fueron felices para siempre´´ había durado ese tiempo.''
''—Quédate, —dijo, poniéndose de pie y extendiendo una mano para ayudarla. —Vamos a ver los bailes juntos, Nora. Sólo se tiene la oportunidad de ver el baile de la Cruz de Mayo una vez al año, después de todo.
—Oh, —dijo, deslizando los ojos por la Cruz de Mayo y notando toda la actividad alrededor de ella, —sería una lástima perdérselo.
Y sonrió otra vez mirando alrededor, con una expresión brillante, cálida y feliz. El sol brilló sobre sus estridentes piedras, sus raras e invaluables perlas. Y él se preguntó si después de todo lamentaba que esto hubiera ocurrido hoy. Había algo innegablemente seductor...
Pero negó ligeramente con la cabeza, haciendo a un lado el pensamiento.
Y a continuación las chicas y los jóvenes tomaron los listones en sus manos, los músicos comenzaron a tocar una alegre melodía dando golpecitos con el pie, y el baile comenzó.
Él estaba parado observando, con su hombro casi rozando el de Nora. Y sintió un repentino fluir de nostalgia por su juventud, por esos días de encantadora inocencia, cuando había tenido un empleo que le satisfacía y donde había estado Nora, la hija de su empleador, para admirarla de lejos. Para tejer sueños en ello. Para caer de cabeza en el amor, mucho antes de que él lo supiera ella le devolvió sus sentimientos. Y finalmente para retenerla, besarla y rescatarla de un matrimonio indeseable, llevarla apresuradamente a la frontera y más allá como el proverbial caballero de brillante armadura rescatando a su damisela en apuros.
Excepto que no hubo nada definitivo acerca de eso.
Ni un ``vivieron felices para siempre.´´
Ella estaba golpeando ligeramente con su pie y dando unas palmadas, como la mayoría de los espectadores. Sonreía otra vez, sus ojos brillantes de placer.
Ella lo contempló.
Él le devolvió la mirada.
Y, que Dios lo ayudara, le sonrió.''
''Volvió la cabeza ahora para contemplarlo, él le devolvió la mirada, y sonrió.
Había sido un joven serio, el secretario de su padre. Lo había admirado mucho tiempo antes de que un día hubiera cruzado la puerta de su estudio y él había levantado la vista de los libros y sus ojos se habían encontrado y le había sonreído, y se enamoró estrepitosamente de él.
Su sonrisa no había cambiado. Comenzaba en sus ojos, arrugándolos atractivamente en las esquinas, y se extendía hacia su boca.
Nora estaba atrapada por un nostálgico anhelo que se remontaba más allá de los vacíos y amargos años desde la última vez que se habían sonreído el uno al otro. Eso había sido el día de su boda.
Sus ojos se posaron en los de ella, y seguramente... ah, seguramente, había un anhelo contestado allí.
¿Por qué todo había salido terriblemente mal?''
''Era imposible mantener una conversación prolongada con Nora dado el volumen de la música y la sonoridad de las voces alrededor de ellos. Y era casi igualmente imposible girar con ella, considerando el tamaño del piso y el número de personas que eligieron el vals.
Se vieron obligados a bailar un poco más lento de lo que habrían hecho y con la longitud del brazo un poco más cerca de lo acostumbrado. Fueron forzados a bailar en silencio. Las lámparas estaban algo distantes de la pista. Bailaron a la luz de la luna y las estrellas.
Todo parecía inesperadamente —y no del todo cómodamente— romántico para Richard.
Luego de algunos minutos decidió que la mejor manera de proteger a Nora de la multitud era girando su mano entre la suya sujetándola con la palma, contra su corazón. Y deslizando su otra mano más protectoramente alrededor de su cintura. Descubrió que todavía era tan delgada como una muchacha, si bien ella había desarrollado la figura de una mujer. La mano de ella se movió hacia dentro a lo largo de su hombro y luego hacia la parte trasera de su cuello. Podía sentir las puntas de sus dedos contra la piel desnuda por encima del cuello de la camisa.
La proximidad de sus cuerpos mientras bailaban habría causado escándalo en cualquier salón de baile de moda.
Pero así, él pensó, era sin duda la forma en la que el vals fue concebido para ser bailado.
Ella lo miró a los ojos, él le devolvió la mirada, y permanecieron así. Ninguno de los dos sonreía. Y sin embargo había calidez en su mirada, como seguramente había en la de él.
Era curioso cómo podía sentirse en soledad, estando en compañía incluso en la más densa de las multitudes. Repentinamente no había nadie en el mundo excepto Nora y él, y nada tenía importancia a su alrededor sólo la luz de la luna y las estrellas, la dulzura de los violines y las gaitas tocando y los pasos íntimos del vals.
Había sido un cinco de mayo la fecha en la que se habían casado. Hacía casi exactamente diez años.
Toda una vida.
No le había sido permitido acercarse a ella después. Lo había intentado, Dios lo sabía, sintiéndose aprensivo como si hubiera estado a punto de ser golpeado otra vez. Siempre le dijeron que ella no lo vería. Y ella había devuelto todas sus cartas sin contestar —excepto la última— Su respuesta a esta le había sorprendido. Cínicamente, había esperado que diría que sí.
¿Por qué había respondido que no?
La miró fijamente a los ojos y no haría la pregunta ahora. Ahora era para el vals y este inesperado momento de felicidad.
¿Felicidad?
Pero no lo analizaría esta noche. Mañana habría suficiente tiempo. Tendría el resto de su vida para preguntarse cómo era posible haberse sentido feliz hoy.
Esta noche sostenía a una mujer en sus brazos y ella se sentía bien allí. Esta noche aun podría creer en el romance.''
''Algún espacio vacío se abrió de pronto más allá de ellos y él la hizo girar en una amplia curva, sonriéndole y mirándola a los ojos mientras lo hacía.
Ella inclinó la cabeza hacia atrás y rió. La luz de luna brilló en su cara y a través de su garganta. Sus piedras se movieron hacia un lado y captaron la luz. ¡Raras perlas azules, ciertamente!
Entonces la risa se desvaneció de su rostro y una suave sonrisa apareció como respuesta mientras él la acercaba otra vez, y de nuevo fueron rodeados por otros bailarines. Pero repentinamente sus ojos brillaron a la luz de las estrellas, y ella agachó su cabeza.
¿Lágrimas?
Él la atrajo aun más cerca hasta que sus pechos casi rozaban con su chaqueta.
—Recuerdas los pasos después de todo, —susurró a su oído.
—Sí, —dijo ella. —Mi primer y último vals. Me alegro de que haya sido aquí hoy.
¿Y conmigo como pareja?
Pero él no había hablado en voz alta.
¿Quería hacer la pregunta en voz alta? ¿Y querría escuchar la respuesta?
¿Qué tal si fuera no?
¿Y qué si fuera que sí?''
''Él la había adorado. La había adorado de lejos durante muchos meses. Y entonces, cuando había descubierto que ella correspondía sus sentimientos, la había amado con devoción apasionada de un hombre joven que ni siquiera se detuvo a preguntarse si ella lo amaba más porque vio en él una vía de escape o porque lo anhelaba como compañero para toda la vida.''
''Él entró en la posada. Subiría a buscarla. Le bajaría la maleta y se despediría civilizadamente de ella.
Pero ¿por qué?
Ella ya estaba al pie de la escalera con su maleta en mano. Sus ojos se encontraron mientras caminaba hacia ella y le quitó la maleta de la mano.
—¿Has oído la llamada entonces? —Preguntó el.
—Sí.
Ella se veía un poco pálida. Sus ojos parecían enormes. Su cabello había sido despiadadamente peinado hacia atrás debajo de su sombrero.
¿Iba a dejarla ir sin luchar?
El podía ver claramente los seis meses siguientes a su boda tal y como debió haber sido a través de sus ojos. Había permitido mansamente a su padre llevársela de vuelta a casa con él y declarar que su matrimonio no era válido. No había hecho ningún intento de seguirla o verla después de eso. No le había escrito. Y luego después de que ella debió haber oído sobre el cambio de su fortuna y ella y su padre se habían convertido en pobres, de la nada él había escrito para ofrecerle matrimonio. Para burlarse. Su padre debió haber hecho todo lo posible para obligarla a aceptar. Su propio sentido común debió decirle lo que la alternativa sería. Había tenido el coraje de negarse de todos modos.
No porque ya no lo amaba, sino porque creía que él nunca la había amado.
Ella lo miraba fijamente a los ojos.
—¿La señorita Ryder? —Era la fuerte e impaciente voz del cochero llamando desde la puerta. —¿Está la señorita Ryder aquí?
—Nora, —dijo Richard, —esa carta no fue escrita para insultar a tu padre. O, para insultarte. Fue un desesperado último intento de convencerte para que volvieras a mí.''
''—Voy a tener que irme sin ella y que se dé por servida, —dijo el cochero. —No puedo tener a todo el mundo esperándola. No de nuevo.
Nora miró sobre el hombro de Richard y por un momento hubo algo parecido al pánico en sus ojos.
—No te vayas, —dijo tomándola de la muñeca. —No te vayas, Nora. Quédate conmigo. Quédate por el resto de tu vida.
Ella negó ligeramente con la cabeza.''
viernes, 1 de mayo de 2015
Fragmentos de Maestros del Ménage 2: Su virgen secreta
``Maestros del Ménage 2: Su virgen secreta´´ de Shayla Black.
''Dios, se había enfrentado a algunos de los hombres más peligrosos del mundo, pero una mujer de rostro dulce y metro sesenta de estatura le tenía temblando.
Tal vez porque esa mujer de rostro dulce tenía mucho más en sus manos que su vida. Todavía tenía su maldito corazón.''
''Amaban a Jessa. Harían cualquier cosa por salvarla, incluso morir.''
''La brillante sonrisa de Jessa iluminaba la puñetera habitación. ¿Qué coño le había hecho a él? Una noche con la curvilínea pelirroja y era prácticamente su perrito faldero.
—Bueno, después que vosotros, hombres insaciables, me sometisteis a vuestro deseos carnales toda la noche, estoy famélica —dijo ella con un guiño—. Estoy lista para toda la cosa de “trátame como una princesa”.
Oh, él podía hacerlo. Deslizó la mano en la suya y se inclinó hacia delante, besándola. Todo su cuerpo todavía zumbaba debido a las horas haciendo el amor. No podía engañarse. No había sido simplemente follar. O incluso mero sexo. Le había hecho el amor. Nunca había entendido lo que significaba la frase hasta ayer por la noche.''
''Ella siempre se vería así para él. Sus ojos estarían perdidos en este momento. Cuando ella tuviera ochenta años y estuviera frágil y arrugada, él la miraría y la vería como era hoy. Vibrante. Hermosa. Su corazón le dio un vuelco en el pecho. Estaba enamorado por primera vez. Por última vez. Nunca habían amado a nadie de la forma en que amaban a Jessa Wade. Ella era el final de su viaje. Sus ojos se encontraron con los de su hermano. Esta vez no estaba serio. Burke estaba feliz y lleno de amor.
Toda una vida de alegría se extendía delante de Cole cuando él había esperado mucho menos. Nunca hubiera pensado que tendría o se merecería esta clase de devoción. Pero era suya. Jessa era suya.''
''Lloró unas pocas lágrimas silenciosas después de dejar a Caleb. Él había observado el movimiento silencioso de sus hombros por el espejo retrovisor y eso casi le rompió el corazón. Pero ella había rechazado todo consuelo. Les había excluido.''
''—No dejes que gane el tío Martin. Cualquier mierda que te dijera, que no eres digno de ser amado y deseado. ¿Estabas escuchándola, maldita sea?
Pero Cole había terminado. Burke pudo verlo claramente. Su hermano se dio la vuelta.
—Tengo que hacer una par de llamadas más. ¿Conseguiste lo que necesitabas del disco duro?
Burke sintió que sus manos se apretaban en puños. Sabía cuánto significaba Jessa para su hermano. Cole se había ido dos días de borrachera el día en que se enteró que ella se había casado con otra persona. Burke no estaba seguro de que desde entonces no hubiera estado tratando de matarse. Había sido temerario. Peligroso. Nunca cerca de las mujeres que habían salvado, pero desde que supo del matrimonio de Jessa, había estado asumiendo riesgos que nunca antes hubiera tomado.
Cole había aceptado su pérdida no porque no la amara, sino porque no creía merecérsela o que ella alguna vez le pudiera corresponder.
Cole se giró hacia él, su boca era una línea delgada.
—Mataré a Marco. Será mi regalo de bodas para vosotros. Le mataré por ella aunque sea lo último que haga.
Burke temió de repente que las palabras de Cole resultasen ser excesivamente ciertas. ''
''—No. —Burke se quitó de encima la mano de Hilary—. No lo entiendo.
Ella puso una mano en el hombro de su hermano, sus ojos ablandándose con simpatía. Cuando parecía que estaba a punto de repetir lo dicho, él se sintió perdido y muerto. Exactamente como su corazón.
—Esa mujer que encargaste al señor Landry seguir, se casó—murmuró ella.
Las palabras aún no parecían cuadrar a Burke, pero Cole las escuchó. Alto y claro. Ellas resonaban en sus oídos. Casada. Con otro hombre. Su Jessa. No, ya no más su Jessa. A menos de cuatro meses después de que la habían dejado con besos y promesas de volver, ella no sólo había empezado a salir con otro hombre, se había casado con él, había atado su vida a la de él. Le había dado su amor eterno.''
''Burke bajó bruscamente la carpeta.
—Lo siento mucho, Burke—dijo Hilary—. No quería enviaros esta carpeta. Pero tenía que ser honesta. ¿Quién es ella?
Burke negó con la cabeza mientras su mirada se endurecía.
—Al parecer, nadie especial.
Nadie especial. Sólo una mujer que amaría por el resto de su vida. Le dolía el corazón. A pesar de que lo ponía furioso, la voz en su cabeza preguntó: ¿En serio tenías la esperanza de que ella te esperase? A nadie le importas una mierda, mucho menos a una criatura hermosa y talentosa como ella. Estúpido bastardo.''
''Podrían hablar con ella, obligarla a decirles por qué había prometido esperar cuando era evidente que no había tenido intención de estar allí cuando ellos regresaran a casa.
Mierda, él aún la amaba. No quería dejarla ir, pero no podría soportar verla con ese hombre que los había reemplazado en su corazón. No podría ver un anillo en su dedo y saber que él no lo había puesto allí.''
''Ella volvió esos grandes ojos verdes sobre él. Cole sintió su corazón saltarse un latido.
—¿Lo harías, Cole? ¿En serio? ¿Habrías venido a buscarme, a una mujer que pensabas estaba casada?
—No. —Él había muerto un poco el día que había oído de su matrimonio. Un pedazo de él se había marchitado y él lo había enterrado. No habría vuelto. No habría querido verla con su esposo—. Nosotros ya lo habíamos discutido y habíamos resuelto dejarte en paz.
—Maldita sea, Cole. ¿Puedes pensar durante dos segundos antes de decir algo? ¿Por qué estás sentado allí? Sé que la amas. ¿Por qué estás dejando que nos destroce?
—Podemos amarla todo lo que queramos, pero no estamos juntos, Burke. No nos puede hacer trizas porque no va a dejar que nos volvamos a acercar a ella.
Y eso dolía como el infierno. Cole nunca se había sentido más vivo que cuando había estado con Jessa. Con ella, él había sentido que había sido bueno en algo aparte de en su puñetero trabajo. Había sido bueno en amarla.
Después la había jodido.
Él observaba como Burke le arrojaba palabras enojadas y ella le respondía a gritos. Sí, él la había jodido. Brutalmente. Le había dicho a Jessa la verdad. Ellos no habrían regresado. Cole sabía que habría aceptado un trabajo tras otro, hasta que lo mataran. Ese cabrón de Landry le había mentido sobre el matrimonio de Jessa, y él se había tragado cada puta palabra. Habría ido a su tumba con el corazón destrozado, amándola… y creyendo que pertenecía a otro hombre.''
''—Nena, no he tocado a nadie desde que salí de ese cuarto de hotel. No tocaré a nadie más por el resto de mi vida. Te amo. Te amo con cada gramo de mí ser y moriré antes de que alguna vez tome a otra mujer.
Los ojos de ella brillaron con esperanza. Él la observó aplastarla rápidamente con dolor y miedo.
—No te creo.
—No lo ha hecho, Jessa—murmuró Burke—. Tampoco yo he tocado a nadie en un año, cariño. En mi cabeza y en mi corazón, habría estado haciendo trampas. Aun después de que pensáramos que te habías casado con otro, no podíamos mirar a otra mujer. Tú eres eso para nosotros. La jodimos.''
''—Nadie puede arreglar el pasado, Jessa. Sólo puedo prometer que el futuro va a ser diferente. Ahora, tienes que decidir cómo va a seguir esto. Podemos hablar. Puedo ser tierno. O puedo darte lo que los tres necesitamos.
—Si me acuesto contigo es sólo para eliminarte de mi organismo.
Las palabras lo hirieron, pero él no iba a detenerse.
—Y si me acuesto contigo, es sólo porque te amo y quiero dejar mi huella en ti.''
''Oh, ella no iba a aceptarlos de nuevo. No podría confiar en ellos. Ellos podían dar una imagen favorable de sí mismos, pero no se atrevía a volver a abrirles el corazón. Sólo quería esta noche. Bueno, tal vez un par de noches. Unos pocos besos, caricias y recuerdos para darle calor cuando se hubieran ido de nuevo. Probablemente eso la convirtiera en una idiota, pero nunca había querido a nadie más que a ellos. Ellos la habían usado y ella aún los quería. Esta era su última oportunidad para recuperarse de ellos.''
''Demasiada gente en su vida los había abandonado, ya sea por desinterés, descontento o muerte. Ellos habían aprendido a dejarlo ir, pero él no había sido capaz de dejar ir a Jessa emocionalmente. Incluso después de que hubieran acordado dar a Jessa el espacio para ser feliz con su marido, Burke la había llevado en su corazón.
Su corazón había sido más inteligente que su mente. Nunca más volvería a dejar que se marchase.''
''Ella negó con la cabeza y su risa fue hermosa para los oídos de Cole. Jessa no se había reído ni una sola vez desde que la habían sacado de su gran casa victoriana. Ciertamente, podía comprender por qué no lo había hecho, pero quería que se riera ahora. Quería llenar su vida de risas.
Ella se volvió, su cabello cubriéndole la mitad del rostro, haciéndola lucir como una sirena.
—Burke me diría lo hermoso que son mis ojos. —Pero no Cole. No—. Tú discutes la elasticidad de mi ano. ¿Qué diablos voy a hacer contigo?
—Amarme. —Las palabras escaparon de su boca antes de que pudiera detenerlas.
Jessa se detuvo, su risa se silenció, pero Cole no retiraría lo dicho. Él estaba sintiéndose asustado, débil. ¿Cómo iba a conseguir lo que quería si no lo pedía? Tal vez él no fuera lo suficientemente bueno para ella, pero podría serlo. Amar a Jessa ya lo había cambiado. Era mejor y sería el hombre que ella necesitaba. Si ella ya no lo amaba, él trabajaría día y noche para que se enamorara de él.''
''—Que nosotros tenemos el derecho de protegerla, de amarla. Ella nos pertenece y vamos a salvarla. No más errores. No más dejar que las cosas se interpongan entre nosotros. —Cole había estado en lo correcto en lo referente a Burke. De muchas formas, él todavía luchaba por no caer en ese lugar oscuro en su alma. Pero se negaba a que la culpa y la duda le costaran otro minuto más con Jessa. Ella podría no perdonarlos jamás, pero por Dios que tendría que tratar con ellos. Tendría que verlos porque él no iba a dejar a su hijo crecer sin un padre. Y no iba a permitir que ella volviera a estar sola. Incluso si tenía que protegerla a distancia, lo haría.
Burke respiró profundamente.
—La amo. ''
''Dios, se había enfrentado a algunos de los hombres más peligrosos del mundo, pero una mujer de rostro dulce y metro sesenta de estatura le tenía temblando.
Tal vez porque esa mujer de rostro dulce tenía mucho más en sus manos que su vida. Todavía tenía su maldito corazón.''
''Amaban a Jessa. Harían cualquier cosa por salvarla, incluso morir.''
''La brillante sonrisa de Jessa iluminaba la puñetera habitación. ¿Qué coño le había hecho a él? Una noche con la curvilínea pelirroja y era prácticamente su perrito faldero.
—Bueno, después que vosotros, hombres insaciables, me sometisteis a vuestro deseos carnales toda la noche, estoy famélica —dijo ella con un guiño—. Estoy lista para toda la cosa de “trátame como una princesa”.
Oh, él podía hacerlo. Deslizó la mano en la suya y se inclinó hacia delante, besándola. Todo su cuerpo todavía zumbaba debido a las horas haciendo el amor. No podía engañarse. No había sido simplemente follar. O incluso mero sexo. Le había hecho el amor. Nunca había entendido lo que significaba la frase hasta ayer por la noche.''
''Ella siempre se vería así para él. Sus ojos estarían perdidos en este momento. Cuando ella tuviera ochenta años y estuviera frágil y arrugada, él la miraría y la vería como era hoy. Vibrante. Hermosa. Su corazón le dio un vuelco en el pecho. Estaba enamorado por primera vez. Por última vez. Nunca habían amado a nadie de la forma en que amaban a Jessa Wade. Ella era el final de su viaje. Sus ojos se encontraron con los de su hermano. Esta vez no estaba serio. Burke estaba feliz y lleno de amor.
Toda una vida de alegría se extendía delante de Cole cuando él había esperado mucho menos. Nunca hubiera pensado que tendría o se merecería esta clase de devoción. Pero era suya. Jessa era suya.''
''Lloró unas pocas lágrimas silenciosas después de dejar a Caleb. Él había observado el movimiento silencioso de sus hombros por el espejo retrovisor y eso casi le rompió el corazón. Pero ella había rechazado todo consuelo. Les había excluido.''
''—No dejes que gane el tío Martin. Cualquier mierda que te dijera, que no eres digno de ser amado y deseado. ¿Estabas escuchándola, maldita sea?
Pero Cole había terminado. Burke pudo verlo claramente. Su hermano se dio la vuelta.
—Tengo que hacer una par de llamadas más. ¿Conseguiste lo que necesitabas del disco duro?
Burke sintió que sus manos se apretaban en puños. Sabía cuánto significaba Jessa para su hermano. Cole se había ido dos días de borrachera el día en que se enteró que ella se había casado con otra persona. Burke no estaba seguro de que desde entonces no hubiera estado tratando de matarse. Había sido temerario. Peligroso. Nunca cerca de las mujeres que habían salvado, pero desde que supo del matrimonio de Jessa, había estado asumiendo riesgos que nunca antes hubiera tomado.
Cole había aceptado su pérdida no porque no la amara, sino porque no creía merecérsela o que ella alguna vez le pudiera corresponder.
Cole se giró hacia él, su boca era una línea delgada.
—Mataré a Marco. Será mi regalo de bodas para vosotros. Le mataré por ella aunque sea lo último que haga.
Burke temió de repente que las palabras de Cole resultasen ser excesivamente ciertas. ''
''—No. —Burke se quitó de encima la mano de Hilary—. No lo entiendo.
Ella puso una mano en el hombro de su hermano, sus ojos ablandándose con simpatía. Cuando parecía que estaba a punto de repetir lo dicho, él se sintió perdido y muerto. Exactamente como su corazón.
—Esa mujer que encargaste al señor Landry seguir, se casó—murmuró ella.
Las palabras aún no parecían cuadrar a Burke, pero Cole las escuchó. Alto y claro. Ellas resonaban en sus oídos. Casada. Con otro hombre. Su Jessa. No, ya no más su Jessa. A menos de cuatro meses después de que la habían dejado con besos y promesas de volver, ella no sólo había empezado a salir con otro hombre, se había casado con él, había atado su vida a la de él. Le había dado su amor eterno.''
''Burke bajó bruscamente la carpeta.
—Lo siento mucho, Burke—dijo Hilary—. No quería enviaros esta carpeta. Pero tenía que ser honesta. ¿Quién es ella?
Burke negó con la cabeza mientras su mirada se endurecía.
—Al parecer, nadie especial.
Nadie especial. Sólo una mujer que amaría por el resto de su vida. Le dolía el corazón. A pesar de que lo ponía furioso, la voz en su cabeza preguntó: ¿En serio tenías la esperanza de que ella te esperase? A nadie le importas una mierda, mucho menos a una criatura hermosa y talentosa como ella. Estúpido bastardo.''
''Podrían hablar con ella, obligarla a decirles por qué había prometido esperar cuando era evidente que no había tenido intención de estar allí cuando ellos regresaran a casa.
Mierda, él aún la amaba. No quería dejarla ir, pero no podría soportar verla con ese hombre que los había reemplazado en su corazón. No podría ver un anillo en su dedo y saber que él no lo había puesto allí.''
''Ella volvió esos grandes ojos verdes sobre él. Cole sintió su corazón saltarse un latido.
—¿Lo harías, Cole? ¿En serio? ¿Habrías venido a buscarme, a una mujer que pensabas estaba casada?
—No. —Él había muerto un poco el día que había oído de su matrimonio. Un pedazo de él se había marchitado y él lo había enterrado. No habría vuelto. No habría querido verla con su esposo—. Nosotros ya lo habíamos discutido y habíamos resuelto dejarte en paz.
—Maldita sea, Cole. ¿Puedes pensar durante dos segundos antes de decir algo? ¿Por qué estás sentado allí? Sé que la amas. ¿Por qué estás dejando que nos destroce?
—Podemos amarla todo lo que queramos, pero no estamos juntos, Burke. No nos puede hacer trizas porque no va a dejar que nos volvamos a acercar a ella.
Y eso dolía como el infierno. Cole nunca se había sentido más vivo que cuando había estado con Jessa. Con ella, él había sentido que había sido bueno en algo aparte de en su puñetero trabajo. Había sido bueno en amarla.
Después la había jodido.
Él observaba como Burke le arrojaba palabras enojadas y ella le respondía a gritos. Sí, él la había jodido. Brutalmente. Le había dicho a Jessa la verdad. Ellos no habrían regresado. Cole sabía que habría aceptado un trabajo tras otro, hasta que lo mataran. Ese cabrón de Landry le había mentido sobre el matrimonio de Jessa, y él se había tragado cada puta palabra. Habría ido a su tumba con el corazón destrozado, amándola… y creyendo que pertenecía a otro hombre.''
''—Nena, no he tocado a nadie desde que salí de ese cuarto de hotel. No tocaré a nadie más por el resto de mi vida. Te amo. Te amo con cada gramo de mí ser y moriré antes de que alguna vez tome a otra mujer.
Los ojos de ella brillaron con esperanza. Él la observó aplastarla rápidamente con dolor y miedo.
—No te creo.
—No lo ha hecho, Jessa—murmuró Burke—. Tampoco yo he tocado a nadie en un año, cariño. En mi cabeza y en mi corazón, habría estado haciendo trampas. Aun después de que pensáramos que te habías casado con otro, no podíamos mirar a otra mujer. Tú eres eso para nosotros. La jodimos.''
''—Nadie puede arreglar el pasado, Jessa. Sólo puedo prometer que el futuro va a ser diferente. Ahora, tienes que decidir cómo va a seguir esto. Podemos hablar. Puedo ser tierno. O puedo darte lo que los tres necesitamos.
—Si me acuesto contigo es sólo para eliminarte de mi organismo.
Las palabras lo hirieron, pero él no iba a detenerse.
—Y si me acuesto contigo, es sólo porque te amo y quiero dejar mi huella en ti.''
''Oh, ella no iba a aceptarlos de nuevo. No podría confiar en ellos. Ellos podían dar una imagen favorable de sí mismos, pero no se atrevía a volver a abrirles el corazón. Sólo quería esta noche. Bueno, tal vez un par de noches. Unos pocos besos, caricias y recuerdos para darle calor cuando se hubieran ido de nuevo. Probablemente eso la convirtiera en una idiota, pero nunca había querido a nadie más que a ellos. Ellos la habían usado y ella aún los quería. Esta era su última oportunidad para recuperarse de ellos.''
''Demasiada gente en su vida los había abandonado, ya sea por desinterés, descontento o muerte. Ellos habían aprendido a dejarlo ir, pero él no había sido capaz de dejar ir a Jessa emocionalmente. Incluso después de que hubieran acordado dar a Jessa el espacio para ser feliz con su marido, Burke la había llevado en su corazón.
Su corazón había sido más inteligente que su mente. Nunca más volvería a dejar que se marchase.''
''Ella negó con la cabeza y su risa fue hermosa para los oídos de Cole. Jessa no se había reído ni una sola vez desde que la habían sacado de su gran casa victoriana. Ciertamente, podía comprender por qué no lo había hecho, pero quería que se riera ahora. Quería llenar su vida de risas.
Ella se volvió, su cabello cubriéndole la mitad del rostro, haciéndola lucir como una sirena.
—Burke me diría lo hermoso que son mis ojos. —Pero no Cole. No—. Tú discutes la elasticidad de mi ano. ¿Qué diablos voy a hacer contigo?
—Amarme. —Las palabras escaparon de su boca antes de que pudiera detenerlas.
Jessa se detuvo, su risa se silenció, pero Cole no retiraría lo dicho. Él estaba sintiéndose asustado, débil. ¿Cómo iba a conseguir lo que quería si no lo pedía? Tal vez él no fuera lo suficientemente bueno para ella, pero podría serlo. Amar a Jessa ya lo había cambiado. Era mejor y sería el hombre que ella necesitaba. Si ella ya no lo amaba, él trabajaría día y noche para que se enamorara de él.''
''—Que nosotros tenemos el derecho de protegerla, de amarla. Ella nos pertenece y vamos a salvarla. No más errores. No más dejar que las cosas se interpongan entre nosotros. —Cole había estado en lo correcto en lo referente a Burke. De muchas formas, él todavía luchaba por no caer en ese lugar oscuro en su alma. Pero se negaba a que la culpa y la duda le costaran otro minuto más con Jessa. Ella podría no perdonarlos jamás, pero por Dios que tendría que tratar con ellos. Tendría que verlos porque él no iba a dejar a su hijo crecer sin un padre. Y no iba a permitir que ella volviera a estar sola. Incluso si tenía que protegerla a distancia, lo haría.
Burke respiró profundamente.
—La amo. ''
viernes, 24 de abril de 2015
Fragmentos de Maestros del Ménage 1: Su virgen cautiva
``Maestros del Ménage 1: Su virgen cautiva´´ de Shayla Black y Lexi Blake.
''Un escalofrío corrió por la piel de Gavin y de repente la habitación parecía demasiado pequeña. Hannah tenía veinticinco años. No hacía ni un mes que acaban de festejar su cumpleaños. Él había traído un pastel y Dex y Slade le habían montado una fiesta. Gavin recordaba los celos que había sentido cuando sus hermanos la habían llevado fuera de la oficina. También hubiera querido estar allí junto a ella, celebrando con Hannah. Abrazándola.''
''—No actúes como si todo acabara en Slade y yo. No engañas a nadie —dijo Dex. Por una vez el vaquero grande casi parecía reacio a hablar—. Veo como la miras. La deseas. Te importa. Eso no es nada de qué avergonzarse. Joder, si hay una cosa que tanto Slade como yo entendemos, es como un hombre puede estar loco por Hannah.''
''Amaba la que estaba recostada en la cama con el teléfono en la mano y una sonrisa en el rostro, como si estuviera riendo. Sus ojos brillaban y esa sonrisa podría iluminar el mundo entero. El reloj junto a su cama indicaba las diez de la noche. Gavin recordaba haber llamado a Hannah alrededor de esa hora unas pocas noches atrás. Él había perdido un número de teléfono importante. Ella se había burlado de él por sus habilidades organizativas.
¿Así era como se veía cuando hablaba con él? ¿A medio vestir, los labios carnosos dándole la bienvenida?''
''En contraste, Hannah llevaba puesta una falda demasiado grande que no podía disimular el bamboleo erótico de sus caderas y una blusa informe que escondía aún menos. Tenía unos pechos bellísimos. Usaba muy poco maquillaje y su cabello rubio miel caía en unos bonitos rizos sueltos. Lucía vistosa, pero nunca llamativa.
¿Por qué le palpitaba el corazón cuando ella entraba en la habitación?''
''Dex respiró profundo.
—No pienso que solo seas algo sumisa para instalarte en nuestra cama. Te admiro muchísimo, Hannah. Eres femenina, dulce y generosa, cosas sobre las que no crecí conociendo mucho. Aprendo de ti todos los días. De hecho, creo que me convertí en un hombre mejor en el instante en que puse mis ojos en ti.
Hannah se quedó sin aliento. Eso, en su rostro, en su voz, no era deseo sino amor verdadero y genuino. Las lágrimas brotaron, luego caían en surcos calientes por su rostro.
—Me hiciste vislumbrar un futuro —dijo Slade tomándole una mano—. Tenía todo lo que el dinero podía comprar, pero era un hijo de puta hueco que solo pensaba en la siguiente conquista, ya fuera de negocios o de placer. Me enseñaste a hacer feliz a alguien, no porque esperase algo a cambio, sino solo por ver la sonrisa en su rostro. Así eres tú, Hannah.''
''Se vería obligado a mirar como Hannah se casaba con Dex y Slade. Él podría imaginarla, tan preciosa en su vestido de novia con los ojos brillando de felicidad. Con el tiempo los bebés llegarían. Hannah sería una madre maravillosa y maternal. No ser parte de esto se sentía como si alguien le clavara en puñal en el corazón y arrastrara la hoja por su pecho. Anhelaba tantísimo darle al menos una pequeña porción de esa felicidad, verla llevar su anillo o traer al mundo su niño.
Pero ella no podría saber eso. Jamás.
Gavin entró en la habitación grande. Las ventanas salientes estaban abiertas, dejando ver la belleza de la oscuridad iluminada por las estrellas de Alaska. La noche aquí era de una manera que era imposible en Dallas. Las estrellas titilantes se entretejían para crear un manto de diamantes en lo alto. La vista llenaría los ojos de Hannah de asombro. La conmovería.
Él nunca había traído a una mujer aquí. Nunca había querido. Hannah era la primera mujer con la que había pensado sobre compartir casi cualquier cosa. Pensándolo bien, ella era la primera mujer que en verdad había amado.''
''—Gavin. —Slade se puso serio cuando se sentó en la silla cercana—. No tienes que estar aquí solo.
Las suaves palabras de su hermano hicieron que sus tripas se apretaran. Trató de mantener un comportamiento apacible.
—Prefiero la soledad, Slade.
—No, no lo haces. Vamos, hombre. Habla conmigo. No sé lo que pasa en tu cabeza. Hannah siente algo por ti. Ella nos lo confesó. Quiere estar con todos nosotros. Eres el único que se mantiene a distancia, y no lo entiendo. Sé que la amas.''
''Hannah tenía razón. Sería una esposa genial. Ahora, él nunca se casaría porque la única mujer que deseaba era la que nunca podría tener.''
''Ya había perdido a Hannah. No esperaría su alegre sonrisa nunca más. Ya no podría engañarse más pensando que algún día encontraría la forma de estar con ella. Ese sueño se había terminado.''
''No había forma de que dejara libre a Hannah para que este crápula pudiera ponerle las manos encima. Él nunca la privaría de su futuro por proteger su pasado.
La amaba y ella nunca sabría cuánto. Nunca sabría que él voluntariamente había sacrificado todo por ella.''
''Tenía que apartarla lo más lejos posible de él, aunque tuviera que hacer que lo odiara.
—Todo está bien, Hannah. Pero he terminado. Puedes irte ahora.
Gavin recuperó su pantalón de pijama y se lo puso, mirando lo último del vodka, antes de obligarse a alejarse. No podría mirar la confusión en el rostro de Hannah durante otro segundo. Ella había sido dulce y generosa y si él fuera un ser humano mejor, Hannah hubiera podido sanarlo.
—Habla conmigo. Por favor, dime lo que está mal.
Gavin resistió la tentación de ir hacia ella. No podía tocarla de nuevo o flaquearía. Tenía que ser fuerte por el bien de ambos.
—No hay nada mal, Hannah. Te dije ayer que me encantaría follarte. Lo hice. Estuvo bien. Ahora he terminado. Eres una chica atractiva, pero no quiero una segunda vuelta. Estoy acostumbrado a amantes con más experiencia.
—¿Con más experiencia? —Las palabras cayeron de su boca con un torpe sonido. Los ojos perdieron su luz.
El corazón de Gavin se fue a pique, pero logró encogerse de hombros de manera indolente.
—Una noche con mis hermanos no te ha enseñado mucho, cariño.
Era una mentira. Estaba tan acostumbrado a mentir, que le resultaba fácil. La verdad era, que soñaría con follarla cada noche del resto de su miserable vida. Si alguna vez podía tener el deseo de follar a otra mujer, sería la cara de Hannah la que vería. Nunca olvidaría la forma en que lo había aferrado, la forma en que encajaron.
Pero tampoco sería capaz de sacar de su cabeza esta Hannah con el corazón roto. Esta Hannah que no estaba sonriendo. Esta Hannah que buscaba a tientas su falda en un intento de esconderse de él.
Se vistió en absoluto silencio, de espaldas a él. Deseaba que ella se largara. No sería capaz de tratar con la tranquila dignidad que ella de seguro le arrojaría a la cara de un momento a otro. Sin embargo, se obligó a permanecer allí y esperar mientras la culpa llegaba a raudales.''
''—¿Qué, Hannah, ahora vas a jugar a la mujer despreciada? Nunca te mentí.
—Nunca me ha dicho la verdad tampoco. ¿Por qué me contrató?
Porque la quería cerca. Quería disfrutar de su luz.
—Fue un favor a mis hermanos.''
''—Bueno. Espero que no hagas aspavientos con mis hermanos.
—Eso no será un problema. —Los hombros de Hannah se hundieron. Su sonrisa cínica huyó y las lágrimas brotaron de sus ojos—. No causaré ningún problema entre usted y sus hermanos. Nosotras, las pueblerinas tontas, al menos sabemos que no debemos meternos con la familia.
Ella comenzó a salir de la sala con la cabeza bien alta.
—¿Qué significa eso?
—Váyase a la mierda —le espetó, sin darse la vuelta.
—¿A dónde vas? —exigió él.
—No es asunto suyo.
—Permanece en tu habitación hasta que mis hermanos regresen. —Él no podría volver a verla.
Ella aun se mantenía de espaldas a él.
—No tengo que seguir sus órdenes más, señor James. No es mi jefe. Ni siquiera es mi amante. Solo es un idiota que me usa.
Eso lo resumía a la perfección. El dolor lo atravesó de golpe, pero él se lo tragó.
—Este idiota cree que sería mejor si permanecieras en tu habitación.
—¿Crees que me importa?
Él se echó a reír, un sonido sin humor.
—Supongo que no me amas después de todo.
—Estás equivocado. —Suspiró y siguió caminando.
Con dos palabras, ella lo deshizo. Gavin se tambaleó de regreso al piano, agarrándose el estómago. Sentía que le habían sacado las entrañas. Agarró la botella de vodka y vació lo último con los ojos clavados en el piano. Nunca sería capaz de volver a tocar sin ver a Hannah allí. Nunca sería capaz de regresar a esta casa sin desearla de nuevo.
Era un hijo de puta miserable y esto solo iba a empeorar.''
''—No la lastimé físicamente —se atragantó Gavin—. Pero le desgarré el corazón.
—Escúpelo —insistió Slade.
—Estaba tratando de alejarla. Pensé que sería más fácil para todos si ella me odiaba.
—¿De la forma en que te has estado odiando a ti mismo? —preguntó Slade de manera deliberada.
Dios, puesto de esa manera, su comportamiento parecía patético.
—La amo. No podía soportar la idea de que ella se enterara de lo que había hecho y me mirara como si fuera un monstruo.''
''—La llamé torpe y sin clase. Le dije que no era lo bastante buena para ser mi esposa.
Gavin se había preparado para el puño que voló en su dirección. No estaba preparado para lo duro que golpeaba su hermano menor. Su cabeza voló hacia atrás, el dolor en su mandíbula un bienvenida llamada de atención.
—No vuelvas a decir eso de ella. Es una mierda y lo sabes. ¿Entendido?
Gavin asintió con la cabeza.
—No quería decir eso, Dex. La amo. Dios, la amo tanto. Creo que es perfecta.''
''Cayó en la cuenta de que no había respirado de manera profunda en años. Ese sentimiento de culpa y miedo siempre había estado presionándole el pecho. Sin embargo, esa pelota de odio a sí mismo había comenzado a disminuir con la aceptación de sus hermanos. Gavin esperaba que se disolviera por completo bajo el amor de Hannah.
¿Qué iba a hacer si ella lo rechazaba?
Sus labios se curvaron cuando la respuesta llegó a él. Ella podría rechazarlo todo lo que quisiera, pero él la conquistaría al fin porque la agobiaría con su amor. Siempre estaría allí, abriéndole la puerta, ocupándose de sus necesidades, diciéndole lo hermosa que era. Joder, él era Gavin James.''
''Tal vez si él hablaba con bastante suavidad, podría convencerla para que apoyara la cabeza en su hombro. Sería un movimiento sencillo poner un brazo alrededor de ella y abrazarla. Eso era todo lo que quería.
Gilipolleces.
Su voz interior estaba de regreso, pero había un marcado cambio en ella. Gavin localizó un platito para la taza de té mientras su nueva voz interior le hablaba.
Quieres recostarla y besarla. Quieres mostrarle que puedes ser tan tierno como rudo antes. Quieres demostrarle que puedes ser todo lo que ella necesita. Que puedes amarla y protegerla. Que puedes cambiar por ella.
No un cambio realmente. Volver a ser el que eras.''

''—No actúes como si todo acabara en Slade y yo. No engañas a nadie —dijo Dex. Por una vez el vaquero grande casi parecía reacio a hablar—. Veo como la miras. La deseas. Te importa. Eso no es nada de qué avergonzarse. Joder, si hay una cosa que tanto Slade como yo entendemos, es como un hombre puede estar loco por Hannah.''
''Amaba la que estaba recostada en la cama con el teléfono en la mano y una sonrisa en el rostro, como si estuviera riendo. Sus ojos brillaban y esa sonrisa podría iluminar el mundo entero. El reloj junto a su cama indicaba las diez de la noche. Gavin recordaba haber llamado a Hannah alrededor de esa hora unas pocas noches atrás. Él había perdido un número de teléfono importante. Ella se había burlado de él por sus habilidades organizativas.
¿Así era como se veía cuando hablaba con él? ¿A medio vestir, los labios carnosos dándole la bienvenida?''
''En contraste, Hannah llevaba puesta una falda demasiado grande que no podía disimular el bamboleo erótico de sus caderas y una blusa informe que escondía aún menos. Tenía unos pechos bellísimos. Usaba muy poco maquillaje y su cabello rubio miel caía en unos bonitos rizos sueltos. Lucía vistosa, pero nunca llamativa.
¿Por qué le palpitaba el corazón cuando ella entraba en la habitación?''
''Dex respiró profundo.
—No pienso que solo seas algo sumisa para instalarte en nuestra cama. Te admiro muchísimo, Hannah. Eres femenina, dulce y generosa, cosas sobre las que no crecí conociendo mucho. Aprendo de ti todos los días. De hecho, creo que me convertí en un hombre mejor en el instante en que puse mis ojos en ti.
Hannah se quedó sin aliento. Eso, en su rostro, en su voz, no era deseo sino amor verdadero y genuino. Las lágrimas brotaron, luego caían en surcos calientes por su rostro.
—Me hiciste vislumbrar un futuro —dijo Slade tomándole una mano—. Tenía todo lo que el dinero podía comprar, pero era un hijo de puta hueco que solo pensaba en la siguiente conquista, ya fuera de negocios o de placer. Me enseñaste a hacer feliz a alguien, no porque esperase algo a cambio, sino solo por ver la sonrisa en su rostro. Así eres tú, Hannah.''
''Se vería obligado a mirar como Hannah se casaba con Dex y Slade. Él podría imaginarla, tan preciosa en su vestido de novia con los ojos brillando de felicidad. Con el tiempo los bebés llegarían. Hannah sería una madre maravillosa y maternal. No ser parte de esto se sentía como si alguien le clavara en puñal en el corazón y arrastrara la hoja por su pecho. Anhelaba tantísimo darle al menos una pequeña porción de esa felicidad, verla llevar su anillo o traer al mundo su niño.
Pero ella no podría saber eso. Jamás.
Gavin entró en la habitación grande. Las ventanas salientes estaban abiertas, dejando ver la belleza de la oscuridad iluminada por las estrellas de Alaska. La noche aquí era de una manera que era imposible en Dallas. Las estrellas titilantes se entretejían para crear un manto de diamantes en lo alto. La vista llenaría los ojos de Hannah de asombro. La conmovería.
Él nunca había traído a una mujer aquí. Nunca había querido. Hannah era la primera mujer con la que había pensado sobre compartir casi cualquier cosa. Pensándolo bien, ella era la primera mujer que en verdad había amado.''
''—Gavin. —Slade se puso serio cuando se sentó en la silla cercana—. No tienes que estar aquí solo.
Las suaves palabras de su hermano hicieron que sus tripas se apretaran. Trató de mantener un comportamiento apacible.
—Prefiero la soledad, Slade.
—No, no lo haces. Vamos, hombre. Habla conmigo. No sé lo que pasa en tu cabeza. Hannah siente algo por ti. Ella nos lo confesó. Quiere estar con todos nosotros. Eres el único que se mantiene a distancia, y no lo entiendo. Sé que la amas.''
''Hannah tenía razón. Sería una esposa genial. Ahora, él nunca se casaría porque la única mujer que deseaba era la que nunca podría tener.''
''Ya había perdido a Hannah. No esperaría su alegre sonrisa nunca más. Ya no podría engañarse más pensando que algún día encontraría la forma de estar con ella. Ese sueño se había terminado.''
''No había forma de que dejara libre a Hannah para que este crápula pudiera ponerle las manos encima. Él nunca la privaría de su futuro por proteger su pasado.
La amaba y ella nunca sabría cuánto. Nunca sabría que él voluntariamente había sacrificado todo por ella.''
''Tenía que apartarla lo más lejos posible de él, aunque tuviera que hacer que lo odiara.
—Todo está bien, Hannah. Pero he terminado. Puedes irte ahora.
Gavin recuperó su pantalón de pijama y se lo puso, mirando lo último del vodka, antes de obligarse a alejarse. No podría mirar la confusión en el rostro de Hannah durante otro segundo. Ella había sido dulce y generosa y si él fuera un ser humano mejor, Hannah hubiera podido sanarlo.
—Habla conmigo. Por favor, dime lo que está mal.
Gavin resistió la tentación de ir hacia ella. No podía tocarla de nuevo o flaquearía. Tenía que ser fuerte por el bien de ambos.
—No hay nada mal, Hannah. Te dije ayer que me encantaría follarte. Lo hice. Estuvo bien. Ahora he terminado. Eres una chica atractiva, pero no quiero una segunda vuelta. Estoy acostumbrado a amantes con más experiencia.
—¿Con más experiencia? —Las palabras cayeron de su boca con un torpe sonido. Los ojos perdieron su luz.
El corazón de Gavin se fue a pique, pero logró encogerse de hombros de manera indolente.
—Una noche con mis hermanos no te ha enseñado mucho, cariño.
Era una mentira. Estaba tan acostumbrado a mentir, que le resultaba fácil. La verdad era, que soñaría con follarla cada noche del resto de su miserable vida. Si alguna vez podía tener el deseo de follar a otra mujer, sería la cara de Hannah la que vería. Nunca olvidaría la forma en que lo había aferrado, la forma en que encajaron.
Pero tampoco sería capaz de sacar de su cabeza esta Hannah con el corazón roto. Esta Hannah que no estaba sonriendo. Esta Hannah que buscaba a tientas su falda en un intento de esconderse de él.
Se vistió en absoluto silencio, de espaldas a él. Deseaba que ella se largara. No sería capaz de tratar con la tranquila dignidad que ella de seguro le arrojaría a la cara de un momento a otro. Sin embargo, se obligó a permanecer allí y esperar mientras la culpa llegaba a raudales.''
''—¿Qué, Hannah, ahora vas a jugar a la mujer despreciada? Nunca te mentí.
—Nunca me ha dicho la verdad tampoco. ¿Por qué me contrató?
Porque la quería cerca. Quería disfrutar de su luz.
—Fue un favor a mis hermanos.''
''—Bueno. Espero que no hagas aspavientos con mis hermanos.
—Eso no será un problema. —Los hombros de Hannah se hundieron. Su sonrisa cínica huyó y las lágrimas brotaron de sus ojos—. No causaré ningún problema entre usted y sus hermanos. Nosotras, las pueblerinas tontas, al menos sabemos que no debemos meternos con la familia.
Ella comenzó a salir de la sala con la cabeza bien alta.
—¿Qué significa eso?
—Váyase a la mierda —le espetó, sin darse la vuelta.
—¿A dónde vas? —exigió él.
—No es asunto suyo.
—Permanece en tu habitación hasta que mis hermanos regresen. —Él no podría volver a verla.
Ella aun se mantenía de espaldas a él.
—No tengo que seguir sus órdenes más, señor James. No es mi jefe. Ni siquiera es mi amante. Solo es un idiota que me usa.
Eso lo resumía a la perfección. El dolor lo atravesó de golpe, pero él se lo tragó.
—Este idiota cree que sería mejor si permanecieras en tu habitación.
—¿Crees que me importa?
Él se echó a reír, un sonido sin humor.
—Supongo que no me amas después de todo.
—Estás equivocado. —Suspiró y siguió caminando.
Con dos palabras, ella lo deshizo. Gavin se tambaleó de regreso al piano, agarrándose el estómago. Sentía que le habían sacado las entrañas. Agarró la botella de vodka y vació lo último con los ojos clavados en el piano. Nunca sería capaz de volver a tocar sin ver a Hannah allí. Nunca sería capaz de regresar a esta casa sin desearla de nuevo.
Era un hijo de puta miserable y esto solo iba a empeorar.''
''—No la lastimé físicamente —se atragantó Gavin—. Pero le desgarré el corazón.
—Escúpelo —insistió Slade.
—Estaba tratando de alejarla. Pensé que sería más fácil para todos si ella me odiaba.
—¿De la forma en que te has estado odiando a ti mismo? —preguntó Slade de manera deliberada.
Dios, puesto de esa manera, su comportamiento parecía patético.
—La amo. No podía soportar la idea de que ella se enterara de lo que había hecho y me mirara como si fuera un monstruo.''
''—La llamé torpe y sin clase. Le dije que no era lo bastante buena para ser mi esposa.
Gavin se había preparado para el puño que voló en su dirección. No estaba preparado para lo duro que golpeaba su hermano menor. Su cabeza voló hacia atrás, el dolor en su mandíbula un bienvenida llamada de atención.
—No vuelvas a decir eso de ella. Es una mierda y lo sabes. ¿Entendido?
Gavin asintió con la cabeza.
—No quería decir eso, Dex. La amo. Dios, la amo tanto. Creo que es perfecta.''
''Cayó en la cuenta de que no había respirado de manera profunda en años. Ese sentimiento de culpa y miedo siempre había estado presionándole el pecho. Sin embargo, esa pelota de odio a sí mismo había comenzado a disminuir con la aceptación de sus hermanos. Gavin esperaba que se disolviera por completo bajo el amor de Hannah.
¿Qué iba a hacer si ella lo rechazaba?
Sus labios se curvaron cuando la respuesta llegó a él. Ella podría rechazarlo todo lo que quisiera, pero él la conquistaría al fin porque la agobiaría con su amor. Siempre estaría allí, abriéndole la puerta, ocupándose de sus necesidades, diciéndole lo hermosa que era. Joder, él era Gavin James.''
''Tal vez si él hablaba con bastante suavidad, podría convencerla para que apoyara la cabeza en su hombro. Sería un movimiento sencillo poner un brazo alrededor de ella y abrazarla. Eso era todo lo que quería.
Gilipolleces.
Su voz interior estaba de regreso, pero había un marcado cambio en ella. Gavin localizó un platito para la taza de té mientras su nueva voz interior le hablaba.
Quieres recostarla y besarla. Quieres mostrarle que puedes ser tan tierno como rudo antes. Quieres demostrarle que puedes ser todo lo que ella necesita. Que puedes amarla y protegerla. Que puedes cambiar por ella.
No un cambio realmente. Volver a ser el que eras.''
viernes, 17 de abril de 2015
Fragmentos de Novias de la semana 1: El contrato
``Novias de la semana 1: El contrato´´ de Catherine Bybee.

''—Te estoy ofreciendo un acuerdo de matrimonio.
El corazón de Sam se desplomó en el interior de su pecho con un golpe seco.
—Yo no estoy en el menú, señor Harrison.
Empujó la carpeta hacia Blake, pero él cubrió su mano y la sujetó firmemente. El contacto desató la misma descarga de la primera vez, una corriente que se propagaba por su cuerpo hasta la punta de los pies y subía otra vez. Se le aceleró el corazón y sintió que el vello se le ponía de punta. Todo su cuerpo se estremecía y lo único que estaba en contacto entre los dos eran sus manos.
—Todo el mundo tiene un precio, Samantha.
—Yo no. —Intentó retirar la mano, pero él le apretó los dedos para evitarlo.''
''Mientras el avión descendía sobre la pista de aterrizaje y las ruedas derrapaban sobre el asfalto, Blake observó las distintas emociones que se iban alternando en el rostro de Samantha. La sonrisa que hacía apenas unos minutos iluminaba sus labios, rosados y generosos, se había convertido en una línea recta. Con cualquier otra mujer, Blake se habría acercado a ella y le habría hecho olvidar las preocupaciones con un beso. ¿A qué sabrían sus labios? Dulces como el champán, pensó. Imaginó aquella voz tan sensual susurrándole al oído, animándolo a no detenerse en un simple beso, y algo despertó bajo su vientre. Desvió la mirada y le apretó la mano con fuerza. ''
''El rico aroma del café despertó sus sentidos y le hizo la boca agua. Mientras el camarero le entregaba la cuenta, se abrió la puerta del dormitorio y apareció la figura aún medio dormida de su esposa, envuelta en una bata blanca.
—¿Huele a café? —La voz de alcoba de Samantha le atravesó el cuerpo sin previo aviso, arrancándole un gruñido. Incluso el chico del servicio de habitaciones olvidó lo que estaba haciendo y se volvió hacia ella.
—He pedido el desayuno.
—Qué bien, me muero de hambre. —Sam atravesó la estancia descalza. Con cada paso, una pequeña abertura en la bata dejaba al descubierto sus delicadas piernas.
Al camarero se le escurrió el platillo de la cuenta de entre las manos. Blake se interpuso en su campo de visión para proteger la intimidad de Sam, y el chico, colorado como un tomate, recogió la cuenta y se la entregó. Blake la firmó rápidamente y lo acompañó hasta la puerta.
Antes de darse la vuelta, Blake inspiró profundamente y se cuadró de hombros, aunque sabía que esta vez su fanfarronería habitual no le serviría para nada. En cuanto vio a Samantha levantando con una mano las campanas plateadas que cubrían los platos, mientras con la otra se sujetaba la melena alborotada, sintió que el vello de la nuca se le ponía de punta. Aquella mujer era la viva imagen de la sensualidad.
Sam cogió la jarra de café y llenó dos tazas.
—¿Cómo te gusta?
Él cerró los ojos y apartó las imágenes de cuerpos desnudos de su mente pecaminosa.
—Solo.
Se acercó a la mesa y ocupó una de las sillas. Samantha le dio su taza en silencio y luego se puso azúcar en el café. Cuando el primer trago rozó sus labios, se apoyó en el respaldo de la silla y suspiró. Fue un sonido ronco, casi gutural, que envió una segunda onda expansiva contra la piel de Blake. Tenía que largarse de Las Vegas como fuera o ya podía ir olvidándose de sus intenciones de no acostarse con su esposa.
Ajena al efecto que provocaba en él, Samantha levantó las piernas y apoyó los pies en la silla que tenía delante. La bata se abrió, revelando una nueva porción de muslo.
Fue como si el cuerpo de Blake se vengara de él. La erección alcanzó niveles cercanos al dolor y tuvo que cambiar de posición sobre la silla para que Samantha no se diera cuenta.''
''—Está bien. Nos vemos por la mañana.
Colgó y empezó a dar golpecitos con el dedo en el teléfono. La imagen de Samantha enroscada en posición fetal en su cama, con los ojos abiertos de par en par por culpa del miedo, se le antojaba asfixiante. Hundió las uñas en las palmas de sus manos. Quienquiera que fuese el responsable de aquello, había cometido un error imperdonable. Aplastaría sin miramientos a la persona capaz de violar la privacidad de su esposa hasta esos extremos.''
''—No paras de mover las manos —le dijo Blake—. ¿Hay algo que no te parezca bien?
—¿Sinceramente? —preguntó ella, a pesar de que conocía la respuesta.
—Siempre.
—Besarte.
Él la miró un instante a través de los cristales de las gafas y rápidamente fijó los ojos de nuevo en la carretera.
—¿No te parece bien besarme?
—No —respondió Samantha sin pensar—. Es decir, sí.
A Blake se le escapó la risa.
—¿En qué quedamos?
(...)
Blake sacó la llave del contacto y se volvió hacia ella.
—Entremos y empecemos a recoger tus cosas.
—¿Vas a besarme en cuanto entremos? —Dios, tenía que saberlo para estar preparada.
Blake se inclinó hacia ella y se quitó las gafas de sol.
—Ven aquí —le susurró, sin apartar la mirada de sus labios.
Ella se acercó, creyendo que querría susurrarle algo importante.
En vez de eso, Blake se inclinó hacia su asiento y posó suavemente sus labios en los de ella. El calor fue instantáneo, una corriente que se extendió por su cuerpo hasta los dedos de los pies. Cerró los ojos y se dejó llevar hasta que de repente él se retiró.
—Besarnos será la parte más sencilla —le dijo Blake a escasos centímetros de sus labios—. Separarnos será lo difícil.''
''—¿Debería preocuparme por todos estos zapatos que hay aquí? —preguntó Blake desde el armario.
—Fuiste tú el que me animó a ir de compras —respondió Samantha entre risas.
—Parece que no tendré más remedio que contratar a alguien para que te construya un vestidor para ti sola —se quejó Blake, aunque en su voz se escondía una sonrisa.
—A las mujeres nos encanta la ropa.
—Y parece que los zapatos también. Dios, no creía que se pudieran necesitar tantos.
Samantha guardó las braguitas que tenía en la mano en una caja y cogió más del cajón.
—Soy bajita, por si no te has dado cuenta. Necesito tacones para ver cómo vivís el resto de la humanidad.
Esta vez la voz de Blake sonó más cerca.
—No eres bajita —le dijo.
Samantha se dio la vuelta y vio que Blake tenía unos tacones de diez centímetros en la mano.
—Pues verticalmente impedida, si te gusta más. —Se puso en pie para demostrarlo—. ¿Lo ves? —De pie junto a él, su cabeza apenas le rozaba la barbilla—. ¡Bajita!
Los ojos de Blake parecían atraerla hacia su cuerpo.
—No cambiaría absolutamente nada en ti.
Levantó una mano, le quitó la goma del pelo y le acarició las puntas. De pronto, fue como si Samantha se olvidara de respirar. Cuanto más se acercaba él a su espacio personal, menos aire entraba en sus pulmones. Blake se inclinó sobre ella; Samantha inclinó la cabeza y permitió que su boca se moviera sobre la suya. Él dejó caer una mano y le rodeó la cintura, sujetándola con fuerza contra su cuerpo.''
''Le hubiera sido mucho más fácil solucionar la crisis por la que pasaba su empresa desde Europa, pero Blake se había acostumbrado a manejar sus asuntos a caballo entre los dos continentes. Ahora que Samantha formaba parte de su vida, tenía una razón aún más poderosa para decantar la balanza del trabajo hacia Estados Unidos.
Había llamado a las cinco y media para avisar de que llegaría tarde. Samantha parecía decepcionada. Precisamente esa misma decepción lo había animado a él a moverse más rápido para disponer de un rato libre que pasar con ella antes de retirarse a dormir. Sentía el deseo sincero de conocer mejor a Samantha.
No se trataba de ningún juego extraño. La sinceridad de su mujer, clara y directa hasta el punto de haber afirmado que quería acostarse con él, era algo nuevo para Blake.
Cada vez que recordaba a Samantha poniéndose su camisa y quitándose los vaqueros, no podía evitar tener una erección. Sentía una necesidad irresistible de compartir la cama con su esposa. Le había prometido tiempo para pensar en su oferta, cierto, pero eso no significaba que no intentara seducirla para conseguir lo que quería. Maldita sea, si ella también lo deseaba tanto como él. Lo sabía por cómo lo miraba de soslayo cuando creía que él no la veía, y por su forma de humedecerse los labios sin apartar los ojos de los de él.
Blake había evitado besarla desde el día de la mudanza. Sin embargo, cada vez que se tocaban, cada vez que la ayudaba a bajar del coche o apoyaba una mano en la curva de su espalda para guiarla a través de una puerta, su vida se convertía en una dulce agonía.
Se moría de ganas de explorar aquella atracción volátil que sentían ambos y ver hasta dónde podía llegar la onda expansiva.''
''— ¿Samantha y tú os conocéis hace mucho tiempo?
Los dos habían acordado que fuera él quien respondiera a las preguntas más básicas sobre su relación. De esa manera, ninguno de los dos contradiría las palabras del otro.
—Yo no diría eso.
—¿Qué dirías entonces? —preguntó Mary, la tía de Blake.
—Nos conocimos el mes pasado.
—¿El mes pasado? —Gwen no daba crédito a lo que acababa de escuchar—. ¿Cómo puedes casarte con alguien a quien apenas conoces?
Blake dejó la taza sobre la mesa y cogió la mano de Samantha.
—Me habría casado con Samantha el mismo día en que nos conocimos si ella me hubiera dicho que sí. Hay veces en la vida en las que simplemente sabes que estás haciendo lo correcto.''
''Cuando Blake la encontró, se había escabullido a la biblioteca en busca de una distracción.
—Estás aquí.
Con un pantalón informal y un jersey que enfatizaba la amplitud de sus hombros, Blake estaba para comérselo.
—Creía que habías ido a la oficina.
Él negó con la cabeza.
—Hoy no podía dejarte sola.
—¿Qué tiene hoy de especial? —preguntó Samantha, un tanto confundida.
Él se llevó una mano al pecho y fingió una herida mortal.
—No puedo creer que te hayas olvidado.
A Samantha se le escapó la risa.
—Nunca dejes el trabajo para ser actor —se burló.
—No sabes qué día es hoy, ¿verdad?
No era festivo, ni allí ni en Estados Unidos, el cumpleaños de él ya había pasado y para el de ella todavía faltaban unos meses.
—No, no tengo ni idea.
Blake la cogió de las manos y las apoyó sobre su pecho.
—Llevamos un mes casados.''
''Samantha se dejó llevar entre los brazos de Blake. Cuando sonó la última nota, se estaban mirando a los ojos. Blake se inclinó hacia ella y la besó.
El salón se llenó con el destello de los flashes y varias personas aplaudieron antes de que el cuarteto tocara la siguiente canción. Esta vez la pista se llenó rápidamente.
—¿El beso era para las cámaras? —le susurró Samantha al oído, poniéndose de puntillas.
—Ese beso era para ti —respondió él con una sonrisa—. Pero este otro... —Rodeó a Samantha con un brazo, la obligó a echarse hacia atrás y la besó de nuevo en los labios—. Este sí es para las cámaras.''
''Cuanto más calmado estaba él, más nerviosa se ponía Vanessa. ¿Cómo había podido no ver aquella parte de ella cuando estaban juntos?
—Las mujeres como ella no son felices hasta que se apropian de tu alma. Desearás habérmelo pedido a mí. —La víbora dijo lo que tenía que decir y se apartó.
Blake se inclinó hacia ella para que nadie más pudiera escuchar lo que le decía.
—Lo único de lo que me arrepiento, Vanessa, es de no haberla conocido a ella antes que a ti. —Era una respuesta muy ruin por su parte, pero estaba harto de que Vanessa utilizara su veneno contra Samantha.
En lugar de vaciarle un vaso en la cara, Vanessa hizo algo inesperado: le miró fijamente y sonrió con malicia, como si tuviera el mundo en sus manos.
—Vaya, así que te preocupas por ella. Mejor. Espero que disfrutes sufriendo, Blake.
Y se marchó.''
''Cerró la puerta tras de sí y, al entrar en el baño, se encontró a Samantha sentada con la espalda apoyada en la bañera y la cabeza escondida entre las rodillas.
—¿Samantha? —la llamó mientras se acercaba.
Cuando ella abrió los ojos bañados en lágrimas para mirarlo, Blake sintió que algo se le partía en dos en su interior.''
''—¿Qué estás haciendo?
—Me voy. ¿O es que las maletas te han confundido?
—Por Dios, Samantha, podemos arreglarlo. Tendría que haberte explicado lo del codicilo.
—Tienes toda la razón, deberías habérmelo explicado. Te habría dado lo que tú quisieras, Blake. —El corazón se le rompió en mil pedazos cuando las siguientes palabras salieron de su boca—: Solo tenías que pedírmelo.
Dio media vuelta y se alejó de la vida de Blake.
Una parte de Samantha esperaba que saliera corriendo tras ella. Sin embargo, ese era su lado más romántico, la parte de ella que creía que había significado algo más para él que una yegua con la que reproducirse. Daba igual si se iba o no. Blake habría conseguido su heredero.
Y ella una vida de remordimientos.''
''Tres días después de su regreso a casa, Eliza dejó sola a Samantha para que pudiera meditar en paz.
Alguien llamó a la puerta. Samantha no esperaba a nadie, así que continuó sentada en el sofá sin intención de moverse. Los golpes continuaron hasta que no le quedó más remedio que levantarse.
Aunque sabía que tarde o temprano volvería a ver a Blake, tenerle allí delante, con unos pantalones caqui, una camisa arrugada y barba de varios días, fue más que suficiente para abrir las heridas.
—¿Qué haces aquí, Blake?
—Tenemos que hablar.
Las lágrimas hacía tiempo que se habían secado y además se negaba a provocar en el bebé más estrés del que ya había sufrido.
—No tengo nada más que decir.
Cuando se disponía a cerrar la puerta, Blake metió un pie en el vano y la detuvo.
—Te quiero.
Una de las manos de Samantha quedó suspendida en el aire. Cerró los ojos al sentir el dolor que aquellas palabras evocaban. Otro día, en otro momento, seguramente se habría lanzado a sus brazos al oír aquella confesión, pero ahora ya era demasiado tarde.
Aunque realmente la quisiera, eso no cambiaba nada.
—¿Me has oído?
—¿Por qué me haces esto? —El dolor que le atenazaba el pecho empezaba a ser insoportable. Apenas podía respirar y estaba a punto de asfixiarse con el poco aire que entraba en sus pulmones.
—Cinco minutos, Samantha. Dame cinco minutos. Por favor.
¿Le había oído suplicar alguna vez?''
''Los labios de Samantha empezaron a temblar, de modo que se los mordió para controlarlos. La explicación de Blake, sus motivaciones, eran comprensibles, pero lo cierto era que el suyo seguía siendo un matrimonio de conveniencia... destinado a terminar con al menos un corazón roto. Ocurriría ese mismo día o quizá más adelante, pero su unión tenía fecha de caducidad y Samantha ya no podía vivir más con semejante incertidumbre. No era justo para ninguno de los dos... ni para el bebé.
—¿Podrás perdonarme?
Samantha cerró los ojos, y cuando los volvió a abrir, se clavaron en los de Blake.
—Te perdono.
Él empezó a sonreír, pero Samantha sacudió lentamente la cabeza.
—Blake, espera. No puedo seguir con esto. Creí que sería capaz de jugar a las casitas, de jugar a ser tu esposa e irme cuando el año terminara, pero no puedo.
—Pero...
—No, espera —lo interrumpió—. Ya sé que tú no querías que los sentimientos se inmiscuyeran en esto, pero no he podido evitar enamorarme de ti, como no puedo evitar respirar y sobrevivir.
Esta vez Blake fue incapaz de contenerse y en sus labios asomó una sonrisa que rápidamente pasó también a sus hermosos ojos grises.
—¿Me quieres? —le susurró.
—Por eso tenemos que poner fin a esto cuanto antes —respondió ella.
Blake cerró los ojos y, sin dejar de negar con la cabeza, dejó escapar una exclamación de sorpresa.
—¿Qué?
—Ya es suficientemente duro estar embarazada. Este dolor en el pecho, esta sensación de no saber si vas a dar por buena la fecha de finalización de nuestro contrato de matrimonio, es algo con lo que no puedo vivir. —Mirarle, incluso en aquellos momentos tan duros, era suficiente para que se le partiera el corazón. ¿Cómo podía pasar los ocho meses siguientes pensando que en cualquier momento podía pedirle que se marchara?
—¿Me has oído cuando te he dicho que te quiero?
—Sí, pero...
Blake le cubrió los labios con un dedo para hacerla callar.
—Te quiero, Samantha Harrison, y si estás esperando a que te pida que salgas de mi vida, será mejor que te pongas cómoda porque vas a esperar mucho tiempo. Le he pedido a Jeff que redacte mi testamento y que haga constar en él que, si algún día me pasa algo, todo lo que tengo sea para ti y para el niño.
—¿Qué?
En lugar de explicarse, Blake hincó una rodilla en el suelo y se llevó una de las manos de Samantha a los labios para darle un tierno beso.
—Sé que lo estoy haciendo todo al revés, pero ¿quieres casarte conmigo? No por un contrato, ni por un testamento, ni siquiera por dinero, sino porque me amas y quieres ser mi mujer ahora y para siempre.
—¿Qué? —La voz de Samantha bajó una octava, un tono que para ella ya era muy grave.
—Has hecho de mí un hombre mejor, Samantha. Dime que te casarás conmigo.
—Oh, Blake... —dijo ella, arrodillándose junto a él—. Si ya estamos casados.
Él sonrió y sujetó su cara entre las manos.
—¿Eso es un sí?
Samantha lo amaba tanto que no podía negarse.
—Para siempre es mucho tiempo.
—Mucho, mucho tiempo. Algunas veces el matrimonio nos parecerá horrible. —Y sus palabras le recordaron a una conversación que habían mantenido no hacía mucho.
—Solo que no podrás echarte atrás, por muy feas que se pongan las cosas.
Blake cubrió los labios de su esposa con un beso tierno y lleno de cariño.
—Di que sí.
—Creía que ya lo había dicho.''

''—Te estoy ofreciendo un acuerdo de matrimonio.
El corazón de Sam se desplomó en el interior de su pecho con un golpe seco.
—Yo no estoy en el menú, señor Harrison.
Empujó la carpeta hacia Blake, pero él cubrió su mano y la sujetó firmemente. El contacto desató la misma descarga de la primera vez, una corriente que se propagaba por su cuerpo hasta la punta de los pies y subía otra vez. Se le aceleró el corazón y sintió que el vello se le ponía de punta. Todo su cuerpo se estremecía y lo único que estaba en contacto entre los dos eran sus manos.
—Todo el mundo tiene un precio, Samantha.
—Yo no. —Intentó retirar la mano, pero él le apretó los dedos para evitarlo.''
''Mientras el avión descendía sobre la pista de aterrizaje y las ruedas derrapaban sobre el asfalto, Blake observó las distintas emociones que se iban alternando en el rostro de Samantha. La sonrisa que hacía apenas unos minutos iluminaba sus labios, rosados y generosos, se había convertido en una línea recta. Con cualquier otra mujer, Blake se habría acercado a ella y le habría hecho olvidar las preocupaciones con un beso. ¿A qué sabrían sus labios? Dulces como el champán, pensó. Imaginó aquella voz tan sensual susurrándole al oído, animándolo a no detenerse en un simple beso, y algo despertó bajo su vientre. Desvió la mirada y le apretó la mano con fuerza. ''
''El rico aroma del café despertó sus sentidos y le hizo la boca agua. Mientras el camarero le entregaba la cuenta, se abrió la puerta del dormitorio y apareció la figura aún medio dormida de su esposa, envuelta en una bata blanca.
—¿Huele a café? —La voz de alcoba de Samantha le atravesó el cuerpo sin previo aviso, arrancándole un gruñido. Incluso el chico del servicio de habitaciones olvidó lo que estaba haciendo y se volvió hacia ella.
—He pedido el desayuno.
—Qué bien, me muero de hambre. —Sam atravesó la estancia descalza. Con cada paso, una pequeña abertura en la bata dejaba al descubierto sus delicadas piernas.
Al camarero se le escurrió el platillo de la cuenta de entre las manos. Blake se interpuso en su campo de visión para proteger la intimidad de Sam, y el chico, colorado como un tomate, recogió la cuenta y se la entregó. Blake la firmó rápidamente y lo acompañó hasta la puerta.
Antes de darse la vuelta, Blake inspiró profundamente y se cuadró de hombros, aunque sabía que esta vez su fanfarronería habitual no le serviría para nada. En cuanto vio a Samantha levantando con una mano las campanas plateadas que cubrían los platos, mientras con la otra se sujetaba la melena alborotada, sintió que el vello de la nuca se le ponía de punta. Aquella mujer era la viva imagen de la sensualidad.
Sam cogió la jarra de café y llenó dos tazas.
—¿Cómo te gusta?
Él cerró los ojos y apartó las imágenes de cuerpos desnudos de su mente pecaminosa.
—Solo.
Se acercó a la mesa y ocupó una de las sillas. Samantha le dio su taza en silencio y luego se puso azúcar en el café. Cuando el primer trago rozó sus labios, se apoyó en el respaldo de la silla y suspiró. Fue un sonido ronco, casi gutural, que envió una segunda onda expansiva contra la piel de Blake. Tenía que largarse de Las Vegas como fuera o ya podía ir olvidándose de sus intenciones de no acostarse con su esposa.
Ajena al efecto que provocaba en él, Samantha levantó las piernas y apoyó los pies en la silla que tenía delante. La bata se abrió, revelando una nueva porción de muslo.
Fue como si el cuerpo de Blake se vengara de él. La erección alcanzó niveles cercanos al dolor y tuvo que cambiar de posición sobre la silla para que Samantha no se diera cuenta.''
''—Está bien. Nos vemos por la mañana.
Colgó y empezó a dar golpecitos con el dedo en el teléfono. La imagen de Samantha enroscada en posición fetal en su cama, con los ojos abiertos de par en par por culpa del miedo, se le antojaba asfixiante. Hundió las uñas en las palmas de sus manos. Quienquiera que fuese el responsable de aquello, había cometido un error imperdonable. Aplastaría sin miramientos a la persona capaz de violar la privacidad de su esposa hasta esos extremos.''
''—No paras de mover las manos —le dijo Blake—. ¿Hay algo que no te parezca bien?
—¿Sinceramente? —preguntó ella, a pesar de que conocía la respuesta.
—Siempre.
—Besarte.
Él la miró un instante a través de los cristales de las gafas y rápidamente fijó los ojos de nuevo en la carretera.
—¿No te parece bien besarme?
—No —respondió Samantha sin pensar—. Es decir, sí.
A Blake se le escapó la risa.
—¿En qué quedamos?
(...)
Blake sacó la llave del contacto y se volvió hacia ella.
—Entremos y empecemos a recoger tus cosas.
—¿Vas a besarme en cuanto entremos? —Dios, tenía que saberlo para estar preparada.
Blake se inclinó hacia ella y se quitó las gafas de sol.
—Ven aquí —le susurró, sin apartar la mirada de sus labios.
Ella se acercó, creyendo que querría susurrarle algo importante.
En vez de eso, Blake se inclinó hacia su asiento y posó suavemente sus labios en los de ella. El calor fue instantáneo, una corriente que se extendió por su cuerpo hasta los dedos de los pies. Cerró los ojos y se dejó llevar hasta que de repente él se retiró.
—Besarnos será la parte más sencilla —le dijo Blake a escasos centímetros de sus labios—. Separarnos será lo difícil.''
''—¿Debería preocuparme por todos estos zapatos que hay aquí? —preguntó Blake desde el armario.
—Fuiste tú el que me animó a ir de compras —respondió Samantha entre risas.
—Parece que no tendré más remedio que contratar a alguien para que te construya un vestidor para ti sola —se quejó Blake, aunque en su voz se escondía una sonrisa.
—A las mujeres nos encanta la ropa.
—Y parece que los zapatos también. Dios, no creía que se pudieran necesitar tantos.
Samantha guardó las braguitas que tenía en la mano en una caja y cogió más del cajón.
—Soy bajita, por si no te has dado cuenta. Necesito tacones para ver cómo vivís el resto de la humanidad.
Esta vez la voz de Blake sonó más cerca.
—No eres bajita —le dijo.
Samantha se dio la vuelta y vio que Blake tenía unos tacones de diez centímetros en la mano.
—Pues verticalmente impedida, si te gusta más. —Se puso en pie para demostrarlo—. ¿Lo ves? —De pie junto a él, su cabeza apenas le rozaba la barbilla—. ¡Bajita!
Los ojos de Blake parecían atraerla hacia su cuerpo.
—No cambiaría absolutamente nada en ti.
Levantó una mano, le quitó la goma del pelo y le acarició las puntas. De pronto, fue como si Samantha se olvidara de respirar. Cuanto más se acercaba él a su espacio personal, menos aire entraba en sus pulmones. Blake se inclinó sobre ella; Samantha inclinó la cabeza y permitió que su boca se moviera sobre la suya. Él dejó caer una mano y le rodeó la cintura, sujetándola con fuerza contra su cuerpo.''
''Le hubiera sido mucho más fácil solucionar la crisis por la que pasaba su empresa desde Europa, pero Blake se había acostumbrado a manejar sus asuntos a caballo entre los dos continentes. Ahora que Samantha formaba parte de su vida, tenía una razón aún más poderosa para decantar la balanza del trabajo hacia Estados Unidos.
Había llamado a las cinco y media para avisar de que llegaría tarde. Samantha parecía decepcionada. Precisamente esa misma decepción lo había animado a él a moverse más rápido para disponer de un rato libre que pasar con ella antes de retirarse a dormir. Sentía el deseo sincero de conocer mejor a Samantha.
No se trataba de ningún juego extraño. La sinceridad de su mujer, clara y directa hasta el punto de haber afirmado que quería acostarse con él, era algo nuevo para Blake.
Cada vez que recordaba a Samantha poniéndose su camisa y quitándose los vaqueros, no podía evitar tener una erección. Sentía una necesidad irresistible de compartir la cama con su esposa. Le había prometido tiempo para pensar en su oferta, cierto, pero eso no significaba que no intentara seducirla para conseguir lo que quería. Maldita sea, si ella también lo deseaba tanto como él. Lo sabía por cómo lo miraba de soslayo cuando creía que él no la veía, y por su forma de humedecerse los labios sin apartar los ojos de los de él.
Blake había evitado besarla desde el día de la mudanza. Sin embargo, cada vez que se tocaban, cada vez que la ayudaba a bajar del coche o apoyaba una mano en la curva de su espalda para guiarla a través de una puerta, su vida se convertía en una dulce agonía.
Se moría de ganas de explorar aquella atracción volátil que sentían ambos y ver hasta dónde podía llegar la onda expansiva.''
''— ¿Samantha y tú os conocéis hace mucho tiempo?
Los dos habían acordado que fuera él quien respondiera a las preguntas más básicas sobre su relación. De esa manera, ninguno de los dos contradiría las palabras del otro.
—Yo no diría eso.
—¿Qué dirías entonces? —preguntó Mary, la tía de Blake.
—Nos conocimos el mes pasado.
—¿El mes pasado? —Gwen no daba crédito a lo que acababa de escuchar—. ¿Cómo puedes casarte con alguien a quien apenas conoces?
Blake dejó la taza sobre la mesa y cogió la mano de Samantha.
—Me habría casado con Samantha el mismo día en que nos conocimos si ella me hubiera dicho que sí. Hay veces en la vida en las que simplemente sabes que estás haciendo lo correcto.''
''Cuando Blake la encontró, se había escabullido a la biblioteca en busca de una distracción.
—Estás aquí.
Con un pantalón informal y un jersey que enfatizaba la amplitud de sus hombros, Blake estaba para comérselo.
—Creía que habías ido a la oficina.
Él negó con la cabeza.
—Hoy no podía dejarte sola.
—¿Qué tiene hoy de especial? —preguntó Samantha, un tanto confundida.
Él se llevó una mano al pecho y fingió una herida mortal.
—No puedo creer que te hayas olvidado.
A Samantha se le escapó la risa.
—Nunca dejes el trabajo para ser actor —se burló.
—No sabes qué día es hoy, ¿verdad?
No era festivo, ni allí ni en Estados Unidos, el cumpleaños de él ya había pasado y para el de ella todavía faltaban unos meses.
—No, no tengo ni idea.
Blake la cogió de las manos y las apoyó sobre su pecho.
—Llevamos un mes casados.''
''Samantha se dejó llevar entre los brazos de Blake. Cuando sonó la última nota, se estaban mirando a los ojos. Blake se inclinó hacia ella y la besó.
El salón se llenó con el destello de los flashes y varias personas aplaudieron antes de que el cuarteto tocara la siguiente canción. Esta vez la pista se llenó rápidamente.
—¿El beso era para las cámaras? —le susurró Samantha al oído, poniéndose de puntillas.
—Ese beso era para ti —respondió él con una sonrisa—. Pero este otro... —Rodeó a Samantha con un brazo, la obligó a echarse hacia atrás y la besó de nuevo en los labios—. Este sí es para las cámaras.''
''Cuanto más calmado estaba él, más nerviosa se ponía Vanessa. ¿Cómo había podido no ver aquella parte de ella cuando estaban juntos?
—Las mujeres como ella no son felices hasta que se apropian de tu alma. Desearás habérmelo pedido a mí. —La víbora dijo lo que tenía que decir y se apartó.
Blake se inclinó hacia ella para que nadie más pudiera escuchar lo que le decía.
—Lo único de lo que me arrepiento, Vanessa, es de no haberla conocido a ella antes que a ti. —Era una respuesta muy ruin por su parte, pero estaba harto de que Vanessa utilizara su veneno contra Samantha.
En lugar de vaciarle un vaso en la cara, Vanessa hizo algo inesperado: le miró fijamente y sonrió con malicia, como si tuviera el mundo en sus manos.
—Vaya, así que te preocupas por ella. Mejor. Espero que disfrutes sufriendo, Blake.
Y se marchó.''
''Cerró la puerta tras de sí y, al entrar en el baño, se encontró a Samantha sentada con la espalda apoyada en la bañera y la cabeza escondida entre las rodillas.
—¿Samantha? —la llamó mientras se acercaba.
Cuando ella abrió los ojos bañados en lágrimas para mirarlo, Blake sintió que algo se le partía en dos en su interior.''
''—¿Qué estás haciendo?
—Me voy. ¿O es que las maletas te han confundido?
—Por Dios, Samantha, podemos arreglarlo. Tendría que haberte explicado lo del codicilo.
—Tienes toda la razón, deberías habérmelo explicado. Te habría dado lo que tú quisieras, Blake. —El corazón se le rompió en mil pedazos cuando las siguientes palabras salieron de su boca—: Solo tenías que pedírmelo.
Dio media vuelta y se alejó de la vida de Blake.
Una parte de Samantha esperaba que saliera corriendo tras ella. Sin embargo, ese era su lado más romántico, la parte de ella que creía que había significado algo más para él que una yegua con la que reproducirse. Daba igual si se iba o no. Blake habría conseguido su heredero.
Y ella una vida de remordimientos.''
''Tres días después de su regreso a casa, Eliza dejó sola a Samantha para que pudiera meditar en paz.
Alguien llamó a la puerta. Samantha no esperaba a nadie, así que continuó sentada en el sofá sin intención de moverse. Los golpes continuaron hasta que no le quedó más remedio que levantarse.
Aunque sabía que tarde o temprano volvería a ver a Blake, tenerle allí delante, con unos pantalones caqui, una camisa arrugada y barba de varios días, fue más que suficiente para abrir las heridas.
—¿Qué haces aquí, Blake?
—Tenemos que hablar.
Las lágrimas hacía tiempo que se habían secado y además se negaba a provocar en el bebé más estrés del que ya había sufrido.
—No tengo nada más que decir.
Cuando se disponía a cerrar la puerta, Blake metió un pie en el vano y la detuvo.
—Te quiero.
Una de las manos de Samantha quedó suspendida en el aire. Cerró los ojos al sentir el dolor que aquellas palabras evocaban. Otro día, en otro momento, seguramente se habría lanzado a sus brazos al oír aquella confesión, pero ahora ya era demasiado tarde.
Aunque realmente la quisiera, eso no cambiaba nada.
—¿Me has oído?
—¿Por qué me haces esto? —El dolor que le atenazaba el pecho empezaba a ser insoportable. Apenas podía respirar y estaba a punto de asfixiarse con el poco aire que entraba en sus pulmones.
—Cinco minutos, Samantha. Dame cinco minutos. Por favor.
¿Le había oído suplicar alguna vez?''
''Los labios de Samantha empezaron a temblar, de modo que se los mordió para controlarlos. La explicación de Blake, sus motivaciones, eran comprensibles, pero lo cierto era que el suyo seguía siendo un matrimonio de conveniencia... destinado a terminar con al menos un corazón roto. Ocurriría ese mismo día o quizá más adelante, pero su unión tenía fecha de caducidad y Samantha ya no podía vivir más con semejante incertidumbre. No era justo para ninguno de los dos... ni para el bebé.
—¿Podrás perdonarme?
Samantha cerró los ojos, y cuando los volvió a abrir, se clavaron en los de Blake.
—Te perdono.
Él empezó a sonreír, pero Samantha sacudió lentamente la cabeza.
—Blake, espera. No puedo seguir con esto. Creí que sería capaz de jugar a las casitas, de jugar a ser tu esposa e irme cuando el año terminara, pero no puedo.
—Pero...
—No, espera —lo interrumpió—. Ya sé que tú no querías que los sentimientos se inmiscuyeran en esto, pero no he podido evitar enamorarme de ti, como no puedo evitar respirar y sobrevivir.
Esta vez Blake fue incapaz de contenerse y en sus labios asomó una sonrisa que rápidamente pasó también a sus hermosos ojos grises.
—¿Me quieres? —le susurró.
—Por eso tenemos que poner fin a esto cuanto antes —respondió ella.
Blake cerró los ojos y, sin dejar de negar con la cabeza, dejó escapar una exclamación de sorpresa.
—¿Qué?
—Ya es suficientemente duro estar embarazada. Este dolor en el pecho, esta sensación de no saber si vas a dar por buena la fecha de finalización de nuestro contrato de matrimonio, es algo con lo que no puedo vivir. —Mirarle, incluso en aquellos momentos tan duros, era suficiente para que se le partiera el corazón. ¿Cómo podía pasar los ocho meses siguientes pensando que en cualquier momento podía pedirle que se marchara?
—¿Me has oído cuando te he dicho que te quiero?
—Sí, pero...
Blake le cubrió los labios con un dedo para hacerla callar.
—Te quiero, Samantha Harrison, y si estás esperando a que te pida que salgas de mi vida, será mejor que te pongas cómoda porque vas a esperar mucho tiempo. Le he pedido a Jeff que redacte mi testamento y que haga constar en él que, si algún día me pasa algo, todo lo que tengo sea para ti y para el niño.
—¿Qué?
En lugar de explicarse, Blake hincó una rodilla en el suelo y se llevó una de las manos de Samantha a los labios para darle un tierno beso.
—Sé que lo estoy haciendo todo al revés, pero ¿quieres casarte conmigo? No por un contrato, ni por un testamento, ni siquiera por dinero, sino porque me amas y quieres ser mi mujer ahora y para siempre.
—¿Qué? —La voz de Samantha bajó una octava, un tono que para ella ya era muy grave.
—Has hecho de mí un hombre mejor, Samantha. Dime que te casarás conmigo.
—Oh, Blake... —dijo ella, arrodillándose junto a él—. Si ya estamos casados.
Él sonrió y sujetó su cara entre las manos.
—¿Eso es un sí?
Samantha lo amaba tanto que no podía negarse.
—Para siempre es mucho tiempo.
—Mucho, mucho tiempo. Algunas veces el matrimonio nos parecerá horrible. —Y sus palabras le recordaron a una conversación que habían mantenido no hacía mucho.
—Solo que no podrás echarte atrás, por muy feas que se pongan las cosas.
Blake cubrió los labios de su esposa con un beso tierno y lleno de cariño.
—Di que sí.
—Creía que ya lo había dicho.''
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