
''Tenía que verla con sus propios ojos, sentirla, saber que le pertenecía aunque supiera que no podía tenerla.''
''Observó cómo tomaba aquella primera taza de café, cómo un placer casi sensual inundaba su rostro cuando el líquido caliente traspasaba sus labios, y se permitió a sí mismo recordar aquella sensualidad que un día había sentido en su propia piel.
Recordó su forma de reírse y sus sonrisas. Cómo era tocarla, abrazarla, y tuvo que reconocer la necesidad de recordar los sueños que había compartido con ella. Los sueños que había tenido entonces. Sueños sencillos.''
''La había amado tanto que a veces hubiera jurado que podía sentir su corazón latiendo junto al suyo.''
''-Go síoraí.
Abrió los ojos y parpadeó, escuchando, tensa y llena de miedo. Pero no oyó nada más. Las palabras se habían desvanecido, igual que los sueños habían desaparecido para siempre, igual que la esperanza la había abandonado hacía ya mucho tiempo.
Sin embargo, Noah todavía estaba allí.
Se arrastró sobre ella, la envolvió en sus brazos, y unos minutos más tarde, Sabella lo sintió respirar lentamente, como si se hubiera quedado dormido.
En silencio, la joven se quedó mirando la oscuridad, parpadeando para hacer desaparecer las lagrimas mientras se aferraba al brazo que le rodeaba el estómago y que la estrechaba contra Noah.
-Para siempre- susurró ella. No fue más que un suspiro, demasiado leve para que nadie pudiera oírlo.
Pero ya no existía un para siempre. Se le escapó una lágrima, silenciosa e inútil, porque las lágrimas no curaban.
A su espalda, Noah permaneció quieto y en silencio. Totalmente inmóvil. La tristeza y el dolor en la voz de Sabella le habían provocado una agonía en el alma que casi le dejó sin respiración.
La abrazó, la sintió, y, en su interior, aquel vacío desgarrador que una vez había sido su alma, lloró con ella.''
''Lo que ella le hacía sentir. Las sensaciones que provocaban aquellos labios suaves, el doloroso sabor de sus lágrimas.
-Sabella- susurró Noah-. Tócame. Sólo tócame. Cierra los ojos e imagina que estás con quien quiera que necesites estar, pero tócame.
Le cogió las manos para apretárselas contra su duro torso cubierto por vendajes, y sintió su vacilación, su respuesta.
-Me muero por tus caricias.- La besó de nuevo en los labios, observando cómo Sabella alzaba la cabeza y lo miraba con aquellos ojos grises nublados por las lágrimas, por los sueños perdidos.
La joven negó con la cabeza y él la besó otra vez. Le atrapó los labios de nuevo y, en vez de devorarlos como necesitaba, se limitó a acariciarlos, a recrearse en su sabor.
Finalmente, Sabella respondió, dividida entre el hombre que amaba y el que deseaba. Pero él no podía dejar que sospechara que ambos vivían y sufrían por ella.''
''Había querido que Sabella dependiera de él y jamás se había dado cuenta de que había sido al contrario. De que había sido él quien había dependido de ella. Dependía completamente del amor de Sabella para seguir siendo humano, para recuperar la risa y el humor al volver de una misión.''
''El dolor de Sabella le desgarraba por dentro y abría una herida en su corazón que sabía que nunca se cerraría.
Le partía el alma la necesidad de sentir sus caricias, de oír su risa, de ver su sonrisa.''
''Dios sabía que la quería a salvo. Podría vivir sin sexo. Podría vivir sin que Sabella formara parte de su vida. Pero no podría vivir si a ella le ocurría algo. Su corazón dejaría de latir. Cualquier vestigio de vida abandonaría su cuerpo.''
''Ese rastro de pesar en su voz rasgó el corazón de Noah. Algo se quebró en su pecho y tuvo que enterrar la cara en el cuello de Sabella para tratar de contener el devastador dolor que le invadía.
Pero no podía dejar de tocarla. No podía evitar estrecharla entre sus brazos. Era como una adicción, un deseo que no podía controlar. Necesitaba aquello, la necesitaba a ella. Cuando llegara la hora de marcharse, quería llevarse consigo tantos recuerdos como fuera posible. Los suficientes para ayudarle a sobrevivir a la pérdida, a las noches solitarias que sabía que le esperaban.''
''Cerró el puño con una mueca furiosa retorciendo sus labios y contuvo a duras penas la imperiosa necesidad de contarle todo a Sabella. De poseerla. De ser el hombre por el que ella lloraba. El hombre que amaba.''
''Mi corazón palpita por el tuyo.
Mi alma vive por la tuya.
Mi cuerpo, mis manos, mis labios,
te aman sólo a ti.
Las palabras resonaban en la cabeza de Noah. Era la promesa que le había hecho la noche que se casaron, tras perderse en el placer, con los cuerpos laxos uno al lado del otro. Él le había susurrado aquellas palabras que ahora surgían de lo más profundo de su alma y que temblaban en sus labios.''
''La besó como un hombre que sabía que aquel sería el último beso que disfrutaría de los labios de la mujer que amaba. Que sería el último roce de sus lenguas, el último gemido de deseo, la última vez que disfrutaría de la suavidad de su cuerpo.''
''-¿Has soñado alguna vez con un beso y deseado que ese sueño se hiciera realidad?
-Cada vez que he soñado con besarte a ti.- Le rozó los labios con el pulgar.
-Bésame de esa manera. Como en tus sueños.''
''Salieron de la casa, pero antes de que Sabella subiera al todoterreno de Rory, Noah la atrajo hacia sí y le devoró los labios con un beso que le nubló los sentidos.
-¿Y eso?- La joven se agarró a sus hombros y le clavó las uñas en la camiseta como una gatita, masajeando su carne con primitiva voracidad.
-Para que te acuerdes- gruñó él.
-¿De qué?- Algo brilló en los ojos femeninos, una llamarada de ira, de determinación.
-De a quién perteneces- rugió-. No lo olvides, Sabella.''
''Noah se acercó a Sabella. Se arrodilló delante de ella y acunó su rostro entre las manos. Tenía los ojos llenos de lágrimas. Y durante un segundo, Noah se permitió el lujo de sentir. Durante un momento, la ira amenazó con arrebatarle el control. Se sintió invadido por una asesina al pensar en lo asustada que tenía que estar ella.
Y allí, en lo más profundo de su alma, estaba el amor que había sentido por Sabella desde la primera vez que la vio. Desde que había entrado en el taller, con aquella sonrisa tan brillante como la luz del sol, con esos ojos misteriosos y atentos. Desde aquel día, él no había mirado a ninguna mujer.''
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