``Sanguine: el libro de amantes´´ de Promethea.
''Pasaron unas dos o tres horas, y Hermione seguía en el salón, frente a la chimenea, haciendo los deberes. Cuando Draco volvió a bajar bostezando y frotándose perezosamente la nuca. La castaña se lo quedó mirando, mientras el rubio se acercaba a la pequeña alacena y cogía una botella de agua, bebía perezosamente y varias gotas se le escurrieron por su garganta, por su pecho, lentamente por su vientre, se detenían hasta rebosar en su ombligo y se encaminaban de nuevo más abajo...''
''-Sí... venga... quiero hacer las paces contigo, ¿vale?- Hermione tuvo que tomar aire. La situación no iba como ella había planeado. En ese momento, un Malfoy sonriente con un inocuo almohadón le aterraba más que un escuadrón de dementores.
Y lo peor de todo fue cuando él se le fue acercando, paso a paso... lentamente, sin dejar de mirarla a los ojos... sin dejar de acariciar aquel cojín con aquellas manos de dedos largos que parecían esculpidas en nácar y alabastro... A Hermione empezaba a faltarle el aire. Y aún le faltó más cuando Draco se quedó a un palmo de distancia delante de ella. No pudo evitar mirarle a la cara, casi con miedo. ¿Qué estaba haciendo? ¿Por qué la miraba así? ¿Qué pretendía? ¿Por qué le importaba? ¿Por qué estaba tan ansiosa por descubrirlo?
Hermione empezaba a arrepentirse de su estúpida idea, pero no podía evitarlo. Quería largarse de allí corriendo, quería quedarse y descubrir qué hacía Malfoy, porque si no lo hacía él lo haría ella... pero ¿hacer el qué? Estaba confundida, tenerlo tan cerca no iba bien para los procesos cognitivos...
Y Draco se pasó el dedo índice de la mano derecha por los labios, mordiéndose el pulpejo de manera juguetona mientras la miraba directamente a los ojos, desafiándola, provocándola directamente. Y Hermione lo comprendió, aquello era una declaración de guerra en toda regla. Cuando Draco pasó la punta de su lengua por la yema del dedo, ladeando la cabeza para permitirla ver mejor, la castaña pensó que las rodillas se le convertirían en gelatina en cualquier momento.
Pero Draco aún no había terminado, y se dio un beso a sí mismo en el dedo, antes de dejar caer la mano, y con un solo movimiento, largo y fluido, se colocó detrás de Hermione, que era incapaz de moverse, y menos al sentir el pecho del muchacho pegado a su espalda. Su piel entró en erupción al sentir ese calor corporal pegado a ella, y su respiración se volvió entrecortada y casi jadeante. Y la cosa empeoró cuando la mano de Malfoy se movió, rozando apenas su mano, su muñeca, subiendo por su antebrazo... no la acariciaba, ni la tocaba, ella sólo podía sentir el movimiento de sus dedos erizándole la piel, pero sin tocarla apenas, y esa pálida mano estaba subiendo más..., su codo, su brazo, su hombro... y cuando fue ascendiendo por su cuello Hermione creía que le iba a dar algo.
Pero Draco aún no había terminado, y con un suave toque en el mentón de la castaña, le hizo echar atrás la cabeza, haciendo que ella voluntariamente le expusiera el cuello, y deslizó esa perversa mano por su garganta, hasta su barbilla... hasta llegar a sus labios. Y con el dedo índice de la mano derecha, ese mismo dedo que él se había mordisqueado juguetón, que había rozado con la punta de su lengua y besado, ese mismo que aún conservaba la humedad de su boca, dibujó el contorno de los labios de Hermione, como si los perfilara para recordarlos. Y cuando selló la yema contra la boca de la ojimiel, como si con un cuño la marcara como propia, Draco sonrió al sentirla temblar contra su pecho.''
''-Ahí lo tienes, no te fuiste porque no te quería ir, querías verlo. Llamó tu atención, te picó la curiosidad... te excitaste, y querías más, por eso seguiste escondida mirando. Y el único motivo para quedarte allí, arriesgándote a que te pillara es que en ese instante, lo deseabas sexualmente.
-No digas animaladas...
-Oye, miénteme a mí si quieres pero no te mientas a ti misma, no sé lo que viste en ese chico, y no sé quién es, pero te juro que le envidio por cómo le miraste, o lo que diablos sintieras al mirarlo y que no quieres admitir, pero es así de simple, no te engañes.
-Vamos, no te rías de mí.
-Créeme, no me estoy riendo, me corroe la envidia.
-¿De que viera a un chico desnudo?
-De que no me vieras a mí.''
''-Gorgona... dime la verdad sobre lo que sentiste...
-¿Quieres saber la verdad? Pues bien. Maldito seas Áspid, pero tú tienes razón, sí lo deseé sexualmente hablando, y me odié por ello, porque me sentía sucia, me sentía traicionarme a mí misma por querer tocar el cuerpo de un chico al que no soporto. Pero no podía evitarlo. Podría haberme ido sin que se diera cuenta, pero me quedé mirando, porque sencillamente, no podía dejar de hacerlo, y lo que más me aterrorizó, no era estar sólo con una toalla en una sala con un hombre desnudo al que estaba espiando como una vulgar pervertida, sino que no podía arrancar de mi cabeza el deseo absurdo, estúpido y desquiciante de que ese fueras tú. ¿Estás contento Áspid? Ya me has hecho decirlo.
-Gracias Gorgona.
-¿Por qué narices me das las gracias ahora?
-Porque nadie en mi vida habá sido tan sincero conmigo como ahora lo has sido tú. Y no te sientas avergonzada... cualquiera en tu situación habría hecho igual... no somos de piedra. Y para corresponder a tu sinceridad, decirte que no tienes ni una mínima idea de lo celoso que me siento, de la envidia que tengo en estos instantes de que no fuera yo... Tampoco tienes idea de lo honrado que me siento de que tengas la suficiente confianza conmigo como para contarme algo así, y lo feliz que me siento porque sé que lo volverías a hacer, por mucho que te niegues a reconocerlo. Porque es exactamente lo que haría si hubiera sido a la inversa...''
'' Sentía hambre. Estaba famélico, pero no de comida. Sentía un vacío en su interior que clamaba por ser llenado, y esa sensación nueva y desconcertante lo tenía confundido. Sólo se sentía saciado cuando en la más absoluta soledad, se entregaba en cuerpo y alma a sus conversaciones con Gorgona. Pero cuando cerraba el sanguine, el vacío regresaba. Inmenso, abismal..., infinito. Y sentía la necesidad de volver a abrir el libro. Pero sabía que eso no volvería a ser suficiente. Empezaba a tener la sospecha de que su necesidad de Gorgona era un placebo para él. Y eso le deprimía. Y le deprimía aún más, el darse cuenta de que pese a saberlo, ella ya estaba en su sangre, clamando, en una adicción a la que él se entregaba voluntariamente todos los días con placer.''
''La última película acababa de terminar y él estaba ansioso por ver con qué nuevas aventuras le sorprendían los muggles cuando la cabeza de Granger rodó por su pecho y acabó recostada sobre sus piernas. Draco se contuvo a tiempo de dar un respingo y la miró antes de decir nada.
La castaña tenía los ojos cerrados y respiraba con suavidad, y su maraña de rizos y ondas castañas estaban desparramadas sobre el vientre, la entrepierna y los muslos de Draco, exceptuando allí donde la cabeza de Granger reposaba en su sueño. Distraídamente, y confuso por cómo habían llegado a esa situación, Draco, con extremo cuidado de no despertarla, le acarició la mejilla apartando unos mechones de pelo que le rozaban la nariz a la chica. Para mayor confusión, la dormida muchacha, se removió en sueños quedando boca arriba y le tomó la mano, llevándosela al pecho, donde la abrazó como si la extremidad del rubio fuera un peluche. Ese gesto involuntario por parte de la castaña tuvo un efecto demoledor en Draco, que se ruborizó con violencia. Y mientras la contemplaba dormir, le dedicó a Granger lo que nunca creyó que sería capaz de dedicarle: una dulce y tierna sonrisa.''
''Lentamente, y como si llevara en brazos algo extremadamente delicado, Draco subió las escaleras que nunca había subido, en dirección al cuarto de la muchacha. Le tomó unos minutos de peripecias poder abrir la puerta del cuarto sin soltarla ni despertarla, y con una delicadeza que nunca se habría creído capaz de demostrar, la acostó en la cama. No se le ocurrió la forma de deshacer la cama para taparla din despertarla, así que la arropó con la manta que había subido del sofá, y se atrevió a abrir el armario para sacar otra colcha con la que cubrirla, pues ya hacía bastante frío.
Cuando la cubrió con la colcha, la castaña se agitó suavemente, relajándose bajo el reconfortante calor que le provocaba la nueva prenda, y Draco no pudo evitar sonreír al ver ese adorable gesto.
Inconscientemente, y sin saber por qué lo hacía, se inclinó sobre ella y le rozó con los labios la mejilla.
El rubio se quedó aturdido ante su propia reacción. ¿Por qué la había besado? ``Porque no concebía no hacerlo...´´ se dijo a sí mismo. Pero eso aún le llevaba a mas preguntas... y ninguna tenía respuesta. Sentía el impulso de volver a besarla, de abrazarla, de acostarse con ella y abrazarla hasta quedarse dormido.''
'' Y porque te sientas cómodo ¿crees que es amor? Anda ya... me estás tomando el pelo.
-No es solo que me sienta cómodo... es que me he descubierto a mí mismo buscando excusas para estar con ella, o para alargar nuestros encuentros... en ocasiones cuando tengo que darle o pasarle algo busco un roce con su piel, o uso cualquier excusa o razón para tocarla o rozarla... y con ese contacto de segundos... Gorgona... ¿sabes lo que quiero decir? ¿Cómo apenas un segundo de contacto puede hacer sentir como si un rayo me estuviera dando vueltas por la médula espinal?
-Creo que te comprendo...
-Pues tampoco hay mucho más que contar... cada vez que la miro... descubro cosas nuevas que me gustan de ella...''
''Hermione reunió el coraje justo y necesario, pues no andaba muy sobrada de archiconocido espíritu Gryffindor en estos momentos y miró a Draco a los ojos. Y miró como su propia mano la traicionaba y se movía sola hacia la enrojecida marca que minutos antes había dejado en la cara del muchacho, rozándola con ternura. El rubio hizo un ligero gesto de dolor ante el contacto, pero tampoco se movió, y la dejó hacer. Los pies de la castaña también la traicionaron, poniéndose de puntillas, y para su propia sorpresa, se vio a sí misma besando con delicadeza las cinco marcas enrojecidas. Y por el rabillo del ojo, vio como Malfoy ladeaba ligeramente la cabeza dejándola hacer, y sus acerados ojos se cerraban lentamente.
La otra mano de la castaña también dejó como por voluntad propia su agarre en el hombro del rubio, y dejando que sus dedos se enredaran en los platinados cabellos del chico, le apartó las empapadas greñas de la cara con una caricia que estremeció a ambos.
-¿Qué diablos está pasando?- pensaron los dos simultáneamente.''
''Malfoy suspiró resignado, con la de tonterías que estaba haciendo para que se olvidara del dichoso tema y ella volvía de cabeza a estrellarse contra el muro... definitivamente era tonta. Pero el rubio no podía evitarlo... sentía la necesidad de que dejara de llorar, y le estaba costando horrores contenerse de abrazarla y apretarla contra su pecho, y de acariciar su pelo. Pero lo que más le estaba costando no era reterse a sí mismo de ir a buscar a Ron y hacer que se tragara sus propios intestinos por haber herido a Granger. Granger era SU compañera, y Draco era muy posesivo. Durante los últimos años, él había sido el único con derecho a herirla, a insultarla, a hacerle daño... siempre había disfrutado del oscuro y secreto placer que le daban las lágrimas de la castaña... y ahora que se llevaban bien, en cierto modo, se había sentido aliviado de que nadie pudiera volver a herirla... hasta ahora. Se sentía traicionado: por la estúpida de Granger de haberse dejado herir por alguien que no fuera él, por el imbécil impresentable del pelirrojo por haber roto algo que le pertenecía a él, y por él mismo, porque Draco se sentía confundido y aterrado ante el mero hecho de que Granger, le importara tanto.''
''-¿Me lo lees otra vez, Malfoy?
Draco apartó el libro un segundo, y pasando su pálida mano por la mejilla de Granger, apartándole el pelo de la cara, y contemplando cómo ella entornaba los ojos un segundo por la caricia, sonrió.
-Tantas veces como quieras...
Y tomando el libro de nuevo, comenzó a leer Ítaca de nuevo.''
''Con cuidado, por si acaso se encontraba con el hurón oxigenado, y sin tener que darle explicaciones, abrió con cuidado la puerta, asomándose a otear el terreno. Y la sangre se le heló en las venas.
Allí estaba Hermione, dormida plácidamente en los brazos de un dormido Malfoy. Con su desordenada melena color chocolate desparramada sobre los hombros del rubio, que la abrazaba protector.
(...)
Ron nunca supo cuánto tiempo estuvo allí, petrificado viendo la escena... pero en algún momento, Hermione abrió los ojos perezosamente e hizo somnolientos ruiditos, y eso despertó a Malfoy que se removió pesadamente haciendo un esfuerzo para abrir los ojos. Se miraron, se medio sonrieron, y la castaña agarró de un hombro al rubio y tironeó de él hacia abajo, recostándolo. Por un instante hubo un enredo de piernas y un par de risitas adormiladas, y pocos segundos después, Malfoy estaba acostado contra el respaldo, abrazado a Hermione, que se acurrucaba contra su compañero de torre con un brazo colgando sobre el borde del sofá. Ambos dormán profundamente, ambos tenían una extraña expresión de pacífica felicidad en el rostro, ambos estaban abrazados al calor del fuego mientras las llamas los iluminaban.''
''No podía olvidar cómo se había pasado la punta de la lengua por un segundo por la comisura de la boca al mirarla, cómo la había contemplado rozándose con los dientes el labio inferior... cómo había entornado los ojos al recorrerla con la vista... un escalofrío le puso toda la piel de gallina.''
''-¿Sabes cuál es la verdadera tragedia de los corazones, mi buen Áspid? Que los pedazos siguen latiendo... siguen latiendo... siguen latiendo...''
''-Lo que sí te puedo prometer, mi dulce y buena amiga, es que dentro de siete días, si aún así lo deseas, en el baile de máscaras, te tomaré la mano y te daré un abrazo y te demostraré con sólida presencia lo que tan torpemente te estoy diciendo ahora con palabras: que no estás sola.''
''-Seguro que no serías capaz ni de decirme una chica que se rebajara a ir con un marcado del Sr. Tenebroso del brazo esta noche.
Mientras Draco subía furioso a su dormitorio, no escuchó el leve susurro, casi un soyozo, que se escapó de los labios de Hermione:``yo...´´''
''Áspid no puedo evitarlo. La escena que veía era demasiado tierna, e inclinándose, le besó en la mejilla con ternura infinita. Gorgona pareció sorprenderse un momento y un metalizado púrpura tiñó sus doradas facciones.
-¿Por qué lo has hecho?- le preguntó con un hilo de voz.
-Porque no concebía no hacerlo...- le contestó sentándose en un banco del jardín.
-Me refería a por qué me has besado en la mejilla... y no me has besado de verdad...
Él pareció aturdido ante la pregunta pero sonrió radiante tomándola de la mano.
-Porque sólo tengo un corazón Gorgona... y si te besara ahora... y te juro que desearía hacerlo... ya no podría recuperarlo.''
''Un par de puertas más abajo, Draco no podía dormir. El sabor de la boca de Hermione le ardía en los labios. Y el pecho le dolía al pensar en cómo ella había apoyado las manos en su pecho y lo había empujado para huir de su abrazo. Su risa como si lo tentara a que la persiguiera. Y lo habría hecho si se hubiera podido mover.
La castaña lo confundía. Se le acercaba y lo sorprendía con caricias y atenciones. Y luego huía de su lado cuando él le correspondía. Lo volvía loco. Nunca tenía claro qué quería ella, o cuándo o por qué lo quería. Pero aun así... la tentación de complacerla... de tenerla... Draco sonrió para sus adentros. Siempre le habían gustado los desafíos, aunque en este ponía en juego su corazón. Bueno... pensó... sin dolor no hay gloria... ninguna lucha que se precie te libra de morder el polvo. El amor no podía ser muy diferente, ¿no?''
''Hermione no podía parar de reír hasta que sintió una caricia en su pelo. Y giró instintivamente sobre sus talones. El rubio la miraba con los ojos entornados y una inmensa tristeza en el rostro. Cuando él se inclinó sobre ella, no pudo evitar pensar que iba a besarla y cerró los ojos y alzó ligeramente el rostro en señal de entrega, ansiando el contacto de aquella boca, sin poder negarse más a lo que su cuerpo le exigía, sin poder mentirse más a sí misma. Pero cuando sintió los labios del ojigris en si frente, la decepción le retorció el estómago con brutal crueldad. Abrió los ojos y le miró confusa, y la tristeza que él emanaba la golpeó como una bofetada.
-Feliz Año Nuevo, Hermione...- susurró apoyando la frente en la de ella.
La castaña sintió ganas de llorar, y esas ganas aumentaron cuando él, simplemente, se giró y se separó de ella, yendo a felicitar a los demás.''
''-Malfoy lo siento... pero esto me aterra.
-¿De qué tienes miedo?- atinó a decir él. El olor del pelo de la castaña lo aturdía, y sentir como le goteaban las lágrimas de ella por el cuello y el pecho le estaba estrangulando el corazón.
-No lo sé... de todo esto... de ti y de mí y de que no sé lo que siento...
Esas palabras mortificaron a Draco.''
''Cuando el rubio abrió la puerta de su dormitorio, miró atrás, y vio a la ojimiel meterse en su cuarto bostezando. ``¿Cómo es posible que esté tan ciega?´´Se preguntó. ``Puede leer cualquier libro escrito por el hombre y es incapaz de leer a un hombre que le está diciendo a gritos lo que siente por ella...´´
Mientras Draco se desnudaba y corría las cortinas para poder descansar unas horas, deseó ser un libro, para que la ojimiel pudiera entenderlo. Deseó ser como el abisalis, y generar esa fascinación en ella... deseó ser como el sanguine para poder decirle todo lo que necesitaba decirle... deseó ser al menos un mensaje en una botella, para que ella pudiera leerlo... que ella pudiera entender.''
''-Te lo preguntaré una vez: ¿qué es lo que realmente quieres?
-Esa pregunta me aterra.
-¿Por qué?
-Porque lo que más quiero es lo único que no puedo tener...
-¿Por qué no puedes tenerlo, Gorgona?
-Porque he cometido demasiados errores.
-Todos los errores se pueden subsanar.
-¿Y si es demasiado tarde?
-Siempre hay un último minuto.''
''Cuando regresamos al comedor, y mientras los elfos empezaban a servir el desayuno, escuché a Blaise silbar por lo bajo. Le miré, y alcé una ceja viendo su expresión. Era igual que la de Theo: sonreían con la boca abierta y tenían una mirada extraña.
Me giré y creo que puse la misma expresión. Ahí estaba Granger, bajando las escaleras lentamente, como si aún estuviera dormida. Con el pelo suelto que le caía por la espalda como una mata salvaje y enredada, que le daba más que nunca aspecto de leona.
En una mano llevaba la bata de terciopelo chocolate que le regalé, y la iba arrastrando perezosamente por las escaleras. Creo que no se había dado cuenta de cómo iba, o de lo que hacía, y dudo mucho que se acordara de que habría gente abajo. Y allí estaba, bajando las escaleras con uno de los camisones que yo le regalé: el rojo burdeos, con el pecho de encaje negro. La larga falda color vino oscuro se le iba enredando y desenredando de las piernas mientras descendía, marcando sus cuervas y rozando la piel de sus caderas a cada paso. La prenda tenía tirantes finos, y toda la piel de sus hombros y brazos estaba al descubierto, así como una generosa porción de su escote. La imagen quitaba el aliento. Era un contrapunto en sí mismo: la inocencia de sus movimientos, la naturalidad con la que se movía, la ingenuidad de sus aniñados bostezos cuando se frotaba los ojos con el dorso de sus manos... y la sensualidad latente que emanaba vestida de ese modo... era como una promesa... una tentación.
Y allí estábamos... los tres slythering mirándola embobados. Y cómo odié en ese instante a Theo y a Blaise por mirarla exactamente como yo la miraba...''
'' Cierro el libro y me agarro las sienes, confuso, no sé si reírme de la jodida ironía que todo eso supone o llorar porque es una maldita tragedia... estar enamorado, haber descubierto que las dos mujeres que amo son la misma, creando un ser perfecto que no habría sido ni capaz de soñar... y saber que ella tiene el mismo problema, el mismo dilema... pero ella no lo sabe.''
''-Quédate un minuto...- dijo dándose la vuelta y enterrando el rostro en el pecho de él.
``Quédate... quédate... quédate...´´ Esas palabras le torturaban. ``Merlín bendito..., por qué me hace esto... piensa Draco... piensa...´´ Draco la abrazó y le acarició el mojado pelo. Cogió la otra toalla y se la frotó por la cabeza. Hermione comenzó a protestar.
-Estás empapada...- dijo él con picardía mientras se sentaba en la alfombra frente a la chimenea y la arrastraba con él. Una vez allí cogió de nuevo la toalla y comenzó a frotarle el pelo para secárselo junto al calor del fuego. Un par de minutos depués el pelo de ella parecía un nido de cigüeñas y el frunció el ceño. Se volvió a levantar y volvió al baño, tomó un peine y un cepillo y volvió a sentarse junto a ella.
-Trae... ya lo hago yo...- dijo Hermione.
-De eso nada, soy un caballero... yo lo he enredado, yo lo desenredo...- dijo Draco, no pensaba permitirle que le quitara ese pequeño placer.''
''La miró, y la vio jadear, lo miraba como siempre había deseado que ella le mirara. Deseándole, queriéndole... tal y como él la miraba siempre, y sonrió acariciándole la mejilla con la suya propia.
-Perdóname por no haber podido cumplir mi promesa Hermione...
Ella era incapaz de responder, no tenía un solo pensamiento coherente.
-Quiero que sepas que te quiero, Hermione... pase lo que pase, no lo olvides. Y te prometo, que después de esta noche, no volveré a besarte si no me lo pides...- se inclinó y la besó suavemente, mientras la cogía de la cadera y la ayudaba a volver a una posición vertical sobre sus propios pies.
Draco la acarició con ternura en la cara y le besó en los labios con cariño. Y en las mejillas, y en los ojos...
El rubio se separó de ella y la miró, llenando sus pensamientos con aquella imagen. La imagen de Hermione Jane Granger. Y dándose la vuelta, sin darle tiempo a reaccionar, Draco Malfoy se perdió en los pasillos silenciosos de Hogwards.
El oijigris respiró para calmarse. sonreía. Con esa mueca torcida tan peculiar suya. Ahora sí estaba preparado para luchar. Ahora tenía un motivo para vivir. Ahora, tenía un hogar al que volver y al que defender...''
''Había muerto protegiéndola. ``¿Confías en mí?´´ Cuando él se lo preguntó, ella no había respondido, y ahora no podría hacerlo.
``¿Cuando sepas la respuesta, te estaré esperando´´ Y ahora ya nunca podría decirle lo mucho que lo quería, lo mucho que lo sentía, lo mucho que lamentaba no haberse dado cuenta antes.
``No volveré a besarte hasta que me lo pidas´´ Y ahora ya nunca podría hacerlo, porque él había muerto, y en su último aliento, había preferido perder su vida que la de ella.
``¿Qué es lo que quieres, Hermione? ¡Dímelo!´´ Él se lo había preguntado, y lo único que pudo responder ella es que no lo sabía, que le diera tiempo. Ahora que lo sabía, tenía todo el tiempo del mundo para pensar, porque Draco ya no estaba.''
''Draco gritaba. Pero nadie lo oía. Recodaba haber visto a Hermione saliendo del Lago Negro cuando él la tiró para salvarla de los enemigos que los atacaban en el aire. Recordaba cómo consiguió perderlos y bajar al encuentro de la ojimiel. Recordaba el rostro de alivio al verle y lo feliz que se sintió al haber provocado esa emoción en ella. Recordaba haber corrido hacia ella, y cómo Hermione gritó, y al girarse vio a Bellatrix alzando la varita. Recordaba haber corrido, con miedo a que atacara a la castaña y se abalanzó sobre ella. Y al sentir el impacto de la maldición en su espalda, lo único que sintió fue alivio. Alivio de saber que era él el que moriría, y no Hermione. Ella estaba a salvo. Ella vivía. Y con su último gesto se dejó caer sobre ella para protegerla, mientras las tinieblas se dejaban caer sobre él.''