viernes, 28 de marzo de 2014

Fragmentos de Amor en público

``Amor en público´´ de Penny Jordan. 

''Alice se pasó la lengua por los labios, que se le habían quedado resecos por el nerviosismo. Marco observó aquel gesto y su cuerpo acusó el estímulo de una forma que le hizo agradecer tener tanto control sobre sí mismo. Se alegró de ser tan fuerte como para reprimir el deseo de cubrirle los labios con un beso.''


''Cuando pasaran los cinco años del contrato, la dejaría libre. Pero si concebían un hijo, no sería capaz de dejar que ninguno de los dos se fuera lejos de él...
-Lo que ha pasado esta noche no puede repetirse, Alice. Estoy firmemente decidido a evitarlo.
Alice notó que la cara le ardía de la humillación que suponía esa advertencia. ¿Realmente pensaba que ella se respetaba tan poco a sí misma como para provocar otra relación sexual entre ellos?
Marco sintió el peligroso impulso de tomarla en sus brazos y hacer que se retractara de sus palabras. Quería acariciarla, besarla, amarla hasta que gritara por él. Por su amor.''


''Alice tenía derecho a elegir libremente a un hombre a quien darle su amor, igual que él se lo había entregado a ella. Si intentaba negarle ese derecho, ella nunca podría quererlo.''


''No, Marco sabía que no había sustituto posible para el amor maternal de Alice. 
Pero, por otra parte, estaba la propia Alice. Había sufrido terriblemente por su causa. Ella tenía derecho a elegir al ser amado, pasar su vida con él, tener sus propios hijos...
Marco sintió que se moría de pena al pensarlo.
¿Qué iba a hacer?
Conociendo a Alice, sabía que querría volver al contrato original y permanecer con Angelina cinco años. Pero si aquello era así, ¿cómo rodría él controlar el amor que sentía?
El divorcio no supondría ninguna diferencia. Él todavía estaría enamorado y todavía la desearía. ¿Cómo podría protegerla de sí mismo?''


''-No me mires así- protestó Marco-. Sólo soy un hombre, y he estado enfermo de miedo durante estas semanas. Creía que conocía a la perfección el sentimiento de pérdida, pero no sabía nada. Si te hubiera perdido, no habría merecido la pena seguir viviendo.''


''-Sabía que no podía confiar en mí mismo; que una vez que hubieras sido mía, ya no podría detenerme. Por eso intenté mantener la distancia contigo, para protegerte. Si por un momento hubiera sabido que tú también me querías...''


''-No sé qué hubiera hecho si te hubiera perdido- le dijo él, una hora después, cuando ella descansaba en las suaves formas de su cuerpo masculino, saciada, relajada y feliz. El sol de la mañana atravesaba los cristales y jugaba sobre sus cuerpos desnudos-. Yo también habría muerto contigo, Alice. Prométeme que nunca, nunca dudarás que te quiero.
-Te lo prometo- le aseguró ella.''

Fragmentos de Amante de su marido

``Amante de su marido´´ de Penny Jordan. 

''Cuando se divorciaron, se esforzó por apartarla de sus pensamientos, no se llevó ni una foto, ni un recuerdo de ella, se fue a vivir a otra ciudad... Había suprimido de su vida todo lo que pudiera recordársela, pero según parecía no había podido arrancar de su corazón lo que sentía por ella.''


''-Fuiste tú quien me pidió el divorcio, Sean- le recordó Kate, intentando aclarar su mente, aturdida por los efectos del ardiente beso y la mirada turbulenta en sus ojos.
-Sí, pero yo no te reemplacé por otra mujer- contestó él agriamente-. ¿Era bueno en la cama? Dime, ¿era mejor que yo?- le preguntó apretando los dientes-. Quizá deberíamos comprobarlo.
Le estaba hincando los dedos en los brazos con tal fuerza, que estaba haciéndole daño.
-¡No! ¡Déjame!- protestó Kate, debatiéndose entre en desconcierto y el dolor. 
Desconcierto, porque creyese que se había echado en brazos de otro hombre cuando sabía lo mucho que lo había amado, y dolor por ella, por él, por el daño que el orgullo y la desconfianza de Sean les había hecho y les estaba haciendo a los tres. 
-¿No? ¿Acaso le dijiste a él que no?- le espetó Sean-. Voy a hacer que lo olvides, Kate. Haré que me desees de tal modo, que olvidarás que ese hombre pasó una vez por tu vida.''

Fragmentos de Adoración salvaje

``Adoración salvaje´´ de Penny Jordan. 

''Griff, a un nivel más profundo, íntimo y personal, estaba totalmente absorto mientras se empapaba de toda ella: de su manera de hablar, de la suave liquidez de sus ojos, sobre todo cuando se implicaba emocionalmente en lo que estaba discutiendo; de la extraordinaria suavidad de su voz: de su profunda percepción y de la sensibilidad de su comprensión; del color y la textura de su piel; de la línea de su nariz, de su mandíbula, de la forma de su boca. Griff jamás había experimentado nada de lo que estaba experimentando con Anahi... por Anahi...''


''-Si por mí fuera jamás volvería a perderte, Anahi, porque yo estaría ahí a tu lado, estés donde estés.''


''Acabo de volver de cenar en casa de Luke y Bobbie. Me dio tanta envidia de Luke, sabiendo que va a pasar la noche abrazando a la mujer que ama. Sólo desearía...''


''-Anahi...
Repetía su nombre como un adolescente enamorado mientras la besaba una y otra vez, sin atreverse a quitarle las manos de encima por si ella salía corriendo.''

viernes, 21 de marzo de 2014

Fragmentos de Sanguine: el libro de amantes (Fanfiction)

``Sanguine: el libro de amantes´´ de Promethea. 

''Pasaron unas dos o tres horas, y Hermione seguía en el salón, frente a la chimenea, haciendo los deberes. Cuando Draco volvió a bajar bostezando y frotándose perezosamente la nuca. La castaña se lo quedó mirando, mientras el rubio se acercaba a la pequeña alacena y cogía una botella de agua, bebía perezosamente y varias gotas se le escurrieron por su garganta, por su pecho, lentamente por su vientre, se detenían hasta rebosar en su ombligo y se encaminaban de nuevo más abajo...''


''-Sí... venga... quiero hacer las paces contigo, ¿vale?- Hermione tuvo que tomar aire. La situación no iba como ella había planeado. En ese momento, un Malfoy sonriente con un inocuo almohadón le aterraba más que un escuadrón de dementores.
Y lo peor de todo fue cuando él se le fue acercando, paso a paso... lentamente, sin dejar de mirarla a los ojos... sin dejar de acariciar aquel cojín con aquellas manos de dedos largos que parecían esculpidas en nácar y alabastro... A Hermione empezaba a faltarle el aire. Y aún le faltó más cuando Draco se quedó a un palmo de distancia delante de ella. No pudo evitar mirarle a la cara, casi con miedo. ¿Qué estaba haciendo? ¿Por qué la miraba así? ¿Qué pretendía? ¿Por qué le importaba? ¿Por qué estaba tan ansiosa por descubrirlo?
Hermione empezaba a arrepentirse de su estúpida idea, pero no podía evitarlo. Quería largarse de allí corriendo, quería quedarse y descubrir qué hacía Malfoy, porque si no lo hacía él lo haría ella... pero ¿hacer el qué? Estaba confundida, tenerlo tan cerca no iba bien para los procesos cognitivos...
Y Draco se pasó el dedo índice de la mano derecha por los labios, mordiéndose el pulpejo de manera juguetona mientras la miraba directamente a los ojos, desafiándola, provocándola directamente. Y Hermione lo comprendió, aquello era una declaración de guerra en toda regla. Cuando Draco pasó la punta de su lengua por la yema del dedo, ladeando la cabeza para permitirla ver mejor, la castaña pensó que las rodillas se le convertirían en gelatina en cualquier momento.
Pero Draco aún no había terminado, y se dio un beso a sí mismo en el dedo, antes de dejar caer la mano, y con un solo movimiento, largo y fluido, se colocó detrás de Hermione, que era incapaz de moverse, y menos al sentir el pecho del muchacho pegado a su espalda. Su piel entró en erupción al sentir ese calor corporal pegado a ella, y su respiración se volvió entrecortada y casi jadeante. Y la cosa empeoró cuando la mano de Malfoy se movió, rozando apenas su mano, su muñeca, subiendo por su antebrazo... no la acariciaba, ni la tocaba, ella sólo podía sentir el movimiento de sus dedos erizándole la piel, pero sin tocarla apenas, y esa pálida mano estaba subiendo más..., su codo, su brazo, su hombro... y cuando fue ascendiendo por su cuello Hermione creía que le iba a dar algo.
Pero Draco aún no había terminado, y con un suave toque en el mentón de la castaña, le hizo echar atrás la cabeza, haciendo que ella voluntariamente le expusiera el cuello, y deslizó esa perversa mano por su garganta, hasta su barbilla... hasta llegar a sus labios. Y con el dedo índice de la mano derecha, ese mismo dedo que él se había mordisqueado juguetón, que había rozado con la punta de su lengua y besado, ese mismo que aún conservaba la humedad de su boca, dibujó el contorno de los labios de Hermione, como si los perfilara para recordarlos. Y cuando selló la yema contra la boca de la ojimiel, como si con un cuño la marcara como propia, Draco sonrió al sentirla temblar contra su pecho.''


''-Ahí lo tienes, no te fuiste porque no te quería ir, querías verlo. Llamó tu atención, te picó la curiosidad... te excitaste, y querías más, por eso seguiste escondida mirando. Y el único motivo para quedarte allí, arriesgándote a que te pillara es que en ese instante, lo deseabas sexualmente.
-No digas animaladas...
-Oye, miénteme a mí si quieres pero no te mientas a ti misma, no sé lo que viste en ese chico, y no sé quién es, pero te juro que le envidio por cómo le miraste, o lo que diablos sintieras al mirarlo y que no quieres admitir, pero es así de simple, no te engañes.
-Vamos, no te rías de mí.
-Créeme, no me estoy riendo, me corroe la envidia.
-¿De que viera a un chico desnudo?
-De que no me vieras a mí.''


''-Gorgona... dime la verdad sobre lo que sentiste...
-¿Quieres saber la verdad? Pues bien. Maldito seas Áspid, pero tú tienes razón, sí lo deseé sexualmente hablando, y me odié por ello, porque me sentía sucia, me sentía traicionarme a mí misma por querer tocar el cuerpo de un chico al que no soporto. Pero no podía evitarlo. Podría haberme ido sin que se diera cuenta, pero me quedé mirando, porque sencillamente, no podía dejar de hacerlo, y lo que más me aterrorizó, no era estar sólo con una toalla en una sala con un hombre desnudo al que estaba espiando como una vulgar pervertida, sino que no podía arrancar de mi cabeza el deseo absurdo, estúpido y desquiciante de que ese fueras tú. ¿Estás contento Áspid? Ya me has hecho decirlo.
-Gracias Gorgona.
-¿Por qué narices me das las gracias ahora?
-Porque nadie en mi vida habá sido tan sincero conmigo como ahora lo has sido tú. Y no te sientas avergonzada... cualquiera en tu situación habría hecho igual... no somos de piedra. Y para corresponder a tu sinceridad, decirte que no tienes ni una mínima idea de lo celoso que me siento, de la envidia que tengo en estos instantes de que no fuera yo... Tampoco tienes idea de lo honrado que me siento de que tengas la suficiente confianza conmigo como para contarme algo así, y lo feliz que me siento porque sé que lo volverías a hacer, por mucho que te niegues a reconocerlo. Porque es exactamente lo que haría si hubiera sido a la inversa...''


'' Sentía hambre. Estaba famélico, pero no de comida. Sentía un vacío en su interior que clamaba por ser llenado, y esa sensación nueva y desconcertante lo tenía confundido. Sólo se sentía saciado cuando en la más absoluta soledad, se entregaba en cuerpo y alma a sus conversaciones con Gorgona. Pero cuando cerraba el sanguine, el vacío regresaba. Inmenso, abismal..., infinito. Y sentía la necesidad de volver a abrir el libro. Pero sabía que eso no volvería a ser suficiente. Empezaba a tener la sospecha de que su necesidad de Gorgona era un placebo para él. Y eso le deprimía. Y le deprimía aún más, el darse cuenta de que pese a saberlo, ella ya estaba en su sangre, clamando, en una adicción a la que él se entregaba voluntariamente todos los días con placer.''


''La última película acababa de terminar y él estaba ansioso por ver con qué nuevas aventuras le sorprendían los muggles cuando la cabeza de Granger rodó por su pecho y acabó recostada sobre sus piernas. Draco se contuvo a tiempo de dar un respingo y la miró antes de decir nada.
La castaña tenía los ojos cerrados y respiraba con suavidad, y su maraña de rizos y ondas castañas estaban desparramadas sobre el vientre, la entrepierna y los muslos de Draco, exceptuando allí donde la cabeza de Granger reposaba en su sueño. Distraídamente, y confuso por cómo habían llegado a esa situación, Draco, con extremo cuidado de no despertarla, le acarició la mejilla apartando unos mechones de pelo que le rozaban la nariz a la chica. Para mayor confusión, la dormida muchacha, se removió en sueños quedando boca arriba y le tomó la mano, llevándosela al pecho, donde la abrazó como si la extremidad del rubio fuera un peluche. Ese gesto involuntario por parte de la castaña tuvo un efecto demoledor en Draco, que se ruborizó con violencia. Y mientras la contemplaba dormir, le dedicó a Granger lo que nunca creyó que sería capaz de dedicarle: una dulce y tierna sonrisa.''


''Lentamente, y como si llevara en brazos algo extremadamente delicado, Draco subió las escaleras que nunca había subido, en dirección al cuarto de la muchacha. Le tomó unos minutos de peripecias poder abrir la puerta del cuarto sin soltarla ni despertarla, y con una delicadeza que nunca se habría creído capaz de demostrar, la acostó en la cama. No se le ocurrió la forma de deshacer la cama para taparla din despertarla, así que la arropó con la manta que había subido del sofá, y se atrevió a abrir el armario para sacar otra colcha con la que cubrirla, pues ya hacía bastante frío.
Cuando la cubrió con la colcha, la castaña se agitó suavemente, relajándose bajo el reconfortante calor que le provocaba la nueva prenda, y Draco no pudo evitar sonreír al ver ese adorable gesto.
Inconscientemente, y sin saber por qué lo hacía, se inclinó sobre ella y le rozó con los labios la mejilla.
El rubio se quedó aturdido ante su propia reacción. ¿Por qué la había besado? ``Porque no concebía no hacerlo...´´ se dijo a sí mismo. Pero eso aún le llevaba a mas preguntas... y ninguna tenía respuesta. Sentía el impulso de volver a besarla, de abrazarla, de acostarse con ella y abrazarla hasta quedarse dormido.''


'' Y porque te sientas cómodo ¿crees que es amor? Anda ya... me estás tomando el pelo. 
-No es solo que me sienta cómodo... es que me he descubierto a mí mismo buscando excusas para estar con ella, o para alargar nuestros encuentros... en ocasiones cuando tengo que darle o pasarle algo busco un roce con su piel, o uso cualquier excusa o razón para tocarla o rozarla... y con ese contacto de segundos... Gorgona... ¿sabes lo que quiero decir? ¿Cómo apenas un segundo de contacto puede hacer sentir como si un rayo me estuviera dando vueltas por la médula espinal?
-Creo que te comprendo...
-Pues tampoco hay mucho más que contar... cada vez que la miro... descubro cosas nuevas que me gustan de ella...''


''Hermione reunió el coraje justo y necesario, pues no andaba muy sobrada de archiconocido espíritu Gryffindor en estos momentos y miró a Draco a los ojos. Y miró como su propia mano la traicionaba y se movía sola hacia la enrojecida marca que minutos antes había dejado en la cara del muchacho, rozándola con ternura. El rubio hizo un ligero gesto de dolor ante el contacto, pero tampoco se movió, y la dejó hacer. Los pies de la castaña también la traicionaron, poniéndose de puntillas, y para su propia sorpresa, se vio a sí misma besando con delicadeza las cinco marcas enrojecidas. Y por el rabillo del ojo, vio como Malfoy ladeaba ligeramente la cabeza dejándola hacer, y sus acerados ojos se cerraban lentamente.
La otra mano de la castaña también dejó como por voluntad propia su agarre en el hombro del rubio, y dejando que sus dedos se enredaran en los platinados cabellos del chico, le apartó las empapadas greñas de la cara con una caricia que estremeció a ambos.
-¿Qué diablos está pasando?- pensaron los dos simultáneamente.''


''Malfoy suspiró resignado, con la de tonterías que estaba haciendo para que se olvidara del dichoso tema y ella volvía de cabeza a estrellarse contra el muro... definitivamente era tonta. Pero el rubio no podía evitarlo... sentía la necesidad de que dejara de llorar, y le estaba costando horrores contenerse de abrazarla y apretarla contra su pecho, y de acariciar su pelo. Pero lo que más le estaba costando no era reterse a sí mismo de ir a buscar a Ron y hacer que se tragara sus propios intestinos por haber herido a Granger. Granger era SU compañera, y Draco era muy posesivo. Durante los últimos años, él había sido el único con derecho a herirla, a insultarla, a hacerle daño... siempre había disfrutado del oscuro y secreto placer que le daban las lágrimas de la castaña... y ahora que se llevaban bien, en cierto modo, se había sentido aliviado de que nadie pudiera volver a herirla... hasta ahora. Se sentía traicionado: por la estúpida de Granger de haberse dejado herir por alguien que no fuera él, por el imbécil impresentable del pelirrojo por haber roto algo que le pertenecía a él, y por él mismo, porque Draco se sentía confundido y aterrado ante el mero hecho de que Granger, le importara tanto.''


''-¿Me lo lees otra vez, Malfoy?
Draco apartó el libro un segundo, y pasando su pálida mano por la mejilla de Granger, apartándole el pelo de la cara, y contemplando cómo ella entornaba los ojos un segundo por la caricia, sonrió.
-Tantas veces como quieras...
Y tomando el libro de nuevo, comenzó a leer Ítaca de nuevo.''


''Con cuidado, por si acaso se encontraba con el hurón oxigenado, y sin tener que darle explicaciones, abrió con cuidado la puerta, asomándose a otear el terreno. Y la sangre se le heló en las venas.
Allí estaba Hermione, dormida plácidamente en los brazos de un dormido Malfoy. Con su desordenada melena color chocolate desparramada sobre los hombros del rubio, que la abrazaba protector.
(...)
Ron nunca supo cuánto tiempo estuvo allí, petrificado viendo la escena... pero en algún momento, Hermione abrió los ojos perezosamente e hizo somnolientos ruiditos, y eso despertó a Malfoy que se removió pesadamente haciendo un esfuerzo para abrir los ojos. Se miraron, se medio sonrieron, y la castaña agarró de un hombro al rubio y tironeó de él hacia abajo, recostándolo. Por un instante hubo un enredo de piernas y un par de risitas adormiladas, y pocos segundos después, Malfoy estaba acostado contra el respaldo, abrazado a Hermione, que se acurrucaba contra su compañero de torre con un brazo colgando sobre el borde del sofá. Ambos dormán profundamente, ambos tenían una extraña expresión de pacífica felicidad en el rostro, ambos estaban abrazados al calor del fuego mientras las llamas los iluminaban.''


''No podía olvidar cómo se había pasado la punta de la lengua por un segundo por la comisura de la boca al mirarla, cómo la había contemplado rozándose con los dientes el labio inferior... cómo había entornado los ojos al recorrerla con la vista... un escalofrío le puso toda la piel de gallina.''


''-¿Sabes cuál es la verdadera tragedia de los corazones, mi buen Áspid? Que los pedazos siguen latiendo... siguen latiendo... siguen latiendo...''


''-Lo que sí te puedo prometer, mi dulce y buena amiga, es que dentro de siete días, si aún así lo deseas, en el baile de máscaras, te tomaré la mano y te daré un abrazo y te demostraré con sólida presencia lo que tan torpemente te estoy diciendo ahora con palabras: que no estás sola.''


''-Seguro que no serías capaz ni de decirme una chica que se rebajara a ir con un marcado del Sr. Tenebroso del brazo esta noche.
Mientras Draco subía furioso a su dormitorio, no escuchó el leve susurro, casi un soyozo, que se escapó de los labios de Hermione:``yo...´´''


''Áspid no puedo evitarlo. La escena que veía era demasiado tierna, e inclinándose, le besó en la mejilla con ternura infinita. Gorgona pareció sorprenderse un momento y un metalizado púrpura tiñó sus doradas facciones.
-¿Por qué lo has hecho?- le preguntó con un hilo de voz.
-Porque no concebía no hacerlo...- le contestó sentándose en un banco del jardín.
-Me refería a por qué me has besado en la mejilla... y no me has besado de verdad...
Él pareció aturdido ante la pregunta pero sonrió radiante tomándola de la mano.
-Porque sólo tengo un corazón Gorgona... y si te besara ahora... y te juro que desearía hacerlo... ya no podría recuperarlo.''


''Un par de puertas más abajo, Draco no podía dormir. El sabor de la boca de Hermione le ardía en los labios. Y el pecho le dolía al pensar en cómo ella había apoyado las manos en su pecho y lo había empujado para huir de su abrazo. Su risa como si lo tentara a que la persiguiera. Y lo habría hecho si se hubiera podido mover.
La castaña lo confundía. Se le acercaba y lo sorprendía con caricias y atenciones. Y luego huía de su lado cuando él le correspondía. Lo volvía loco. Nunca tenía claro qué quería ella, o cuándo o por qué lo quería. Pero aun así... la tentación de complacerla... de tenerla... Draco sonrió para sus adentros. Siempre le habían gustado los desafíos, aunque en este ponía en juego su corazón. Bueno... pensó... sin dolor no hay gloria... ninguna lucha que se precie te libra de morder el polvo. El amor no podía ser muy diferente, ¿no?''


''Hermione no podía parar de reír hasta que sintió una caricia en su pelo. Y giró instintivamente sobre sus talones. El rubio la miraba con los ojos entornados y una inmensa tristeza en el rostro. Cuando él se inclinó sobre ella, no pudo evitar pensar que iba a besarla y cerró los ojos y alzó ligeramente el rostro en señal de entrega, ansiando el contacto de aquella boca, sin poder negarse más a lo que su cuerpo le exigía, sin poder mentirse más a sí misma. Pero cuando sintió los labios del ojigris en si frente, la decepción le retorció el estómago con brutal crueldad. Abrió los ojos y le miró confusa, y la tristeza que él emanaba la golpeó como una bofetada.
-Feliz Año Nuevo, Hermione...- susurró apoyando la frente en la de ella.
La castaña sintió ganas de llorar, y esas ganas aumentaron cuando él, simplemente, se giró y se separó de ella, yendo a felicitar a los demás.''


''-Malfoy lo siento... pero esto me aterra.
-¿De qué tienes miedo?- atinó a decir él. El olor del pelo de la castaña lo aturdía, y sentir como le goteaban las lágrimas de ella por el cuello y el pecho le estaba estrangulando el corazón.
-No lo sé... de todo esto... de ti y de mí y de que no sé lo que siento...
Esas palabras mortificaron a Draco.''


''Cuando el rubio abrió la puerta de su dormitorio, miró atrás, y vio a la ojimiel meterse en su cuarto bostezando. ``¿Cómo es posible que esté tan ciega?´´Se preguntó. ``Puede leer cualquier libro escrito por el hombre y es incapaz de leer a un hombre que le está diciendo a gritos lo que siente por ella...´´
Mientras Draco se desnudaba y corría las cortinas para poder descansar unas horas, deseó ser un libro, para que la ojimiel pudiera entenderlo. Deseó ser como el abisalis, y generar esa fascinación en ella... deseó ser como el sanguine para poder decirle todo lo que necesitaba decirle... deseó ser al menos un mensaje en una botella, para que ella pudiera leerlo... que ella pudiera entender.''


''-Te lo preguntaré una vez: ¿qué es lo que realmente quieres?
-Esa pregunta me aterra.
-¿Por qué?
-Porque lo que más quiero es lo único que no puedo tener...
-¿Por qué no puedes tenerlo, Gorgona?
-Porque he cometido demasiados errores.
-Todos los errores se pueden subsanar.
-¿Y si es demasiado tarde?
-Siempre hay un último minuto.''


''Cuando regresamos al comedor, y mientras los elfos empezaban a servir el desayuno, escuché a Blaise silbar por lo bajo. Le miré, y alcé una ceja viendo su expresión. Era igual que la de Theo: sonreían con la boca abierta y tenían una mirada extraña.
Me giré y creo que puse la misma expresión. Ahí estaba Granger, bajando las escaleras lentamente, como si aún estuviera dormida. Con el pelo suelto que le caía por la espalda como una mata salvaje y enredada, que le daba más que nunca aspecto de leona.
En una mano llevaba la bata de terciopelo chocolate que le regalé, y la iba arrastrando perezosamente por las escaleras. Creo que no se había dado cuenta de cómo iba, o de lo que hacía, y dudo mucho que se acordara de que habría gente abajo. Y allí estaba, bajando las escaleras con uno de los camisones que yo le regalé: el rojo burdeos, con el pecho de encaje negro. La larga falda color vino oscuro se le iba enredando y desenredando de las piernas mientras descendía, marcando sus cuervas y rozando la piel de sus caderas a cada paso. La prenda tenía tirantes finos, y toda la piel de sus hombros y brazos estaba al descubierto, así como una generosa porción de su escote. La imagen quitaba el aliento. Era un contrapunto en sí mismo: la inocencia de sus movimientos, la naturalidad con la que se movía, la ingenuidad de sus aniñados bostezos cuando se frotaba los ojos con el dorso de sus manos... y la sensualidad latente que emanaba vestida de ese modo... era como una promesa... una tentación.
Y allí estábamos... los tres slythering mirándola embobados. Y cómo odié en ese instante a Theo y a Blaise por mirarla exactamente como yo la miraba...''


'' Cierro el libro y me agarro las sienes, confuso, no sé si reírme de la jodida ironía que todo eso supone o llorar porque es una maldita tragedia... estar enamorado, haber descubierto que las dos mujeres que amo son la misma, creando un ser perfecto que no habría sido ni capaz de soñar... y saber que ella tiene el mismo problema, el mismo dilema... pero ella no lo sabe.''


''-Quédate un minuto...- dijo dándose la vuelta y enterrando el rostro en el pecho de él.
``Quédate... quédate... quédate...´´ Esas palabras le torturaban. ``Merlín bendito..., por qué me hace esto... piensa Draco... piensa...´´ Draco la abrazó y le acarició el mojado pelo. Cogió la otra toalla y se la frotó por la cabeza. Hermione comenzó a protestar.
-Estás empapada...- dijo él con picardía mientras se sentaba en la alfombra frente a la chimenea y la arrastraba con él. Una vez allí cogió de nuevo la toalla y comenzó a frotarle el pelo para secárselo junto al calor del fuego. Un par de minutos depués el pelo de ella parecía un nido de cigüeñas y el frunció el ceño. Se volvió a levantar y volvió al baño, tomó un peine y un cepillo y volvió a sentarse junto a ella.
-Trae... ya lo hago yo...- dijo Hermione.
-De eso nada, soy un caballero... yo lo he enredado, yo lo desenredo...- dijo Draco, no pensaba permitirle que le quitara ese pequeño placer.''


''La miró, y la vio jadear, lo miraba como siempre había deseado que ella le mirara. Deseándole, queriéndole... tal y como él la miraba siempre, y sonrió acariciándole la mejilla con la suya propia.
-Perdóname por no haber podido cumplir mi promesa Hermione...
Ella era incapaz de responder, no tenía un solo pensamiento coherente.
-Quiero que sepas que te quiero, Hermione... pase lo que pase, no lo olvides. Y te prometo, que después de esta noche, no volveré a besarte si no me lo pides...- se inclinó y la besó suavemente, mientras la cogía de la cadera y la ayudaba a volver a una posición vertical sobre sus propios pies.
Draco la acarició con ternura en la cara y le besó en los labios con cariño. Y en las mejillas, y en los ojos...
El rubio se separó de ella y la miró, llenando sus pensamientos con aquella imagen. La imagen de Hermione Jane Granger. Y dándose la vuelta, sin darle tiempo a reaccionar, Draco Malfoy se perdió en los pasillos silenciosos de Hogwards.
El oijigris respiró para calmarse. sonreía. Con esa mueca torcida tan peculiar suya. Ahora sí estaba preparado para luchar. Ahora tenía un motivo para vivir. Ahora, tenía un hogar al que volver y al que defender...''


''Había muerto protegiéndola. ``¿Confías en mí?´´ Cuando él se lo preguntó, ella no había respondido, y ahora no podría hacerlo.
``¿Cuando sepas la respuesta, te estaré esperando´´ Y ahora ya nunca podría decirle lo mucho que lo quería, lo mucho que lo sentía, lo mucho que lamentaba no haberse dado cuenta antes.
``No volveré a besarte hasta que me lo pidas´´ Y ahora ya nunca podría hacerlo, porque él había muerto, y en su último aliento, había preferido perder su vida que la de ella.
``¿Qué es lo que quieres, Hermione? ¡Dímelo!´´ Él se lo había preguntado, y lo único que pudo responder ella es que no lo sabía, que le diera tiempo. Ahora que lo sabía, tenía todo el tiempo del mundo para pensar, porque Draco ya no estaba.''


''Draco gritaba. Pero nadie lo oía. Recodaba haber visto a Hermione saliendo del Lago Negro cuando él la tiró para salvarla de los enemigos que los atacaban en el aire. Recordaba cómo consiguió perderlos y bajar al encuentro de la ojimiel. Recordaba el rostro de alivio al verle y lo feliz que se sintió al haber provocado esa emoción en ella. Recordaba haber corrido hacia ella, y cómo Hermione gritó, y al girarse vio a Bellatrix alzando la varita. Recordaba haber corrido, con miedo a que atacara a la castaña y se abalanzó sobre ella. Y al sentir el impacto de la maldición en su espalda, lo único que sintió fue alivio. Alivio de saber que era él el que moriría, y no Hermione. Ella estaba a salvo. Ella vivía. Y con su último gesto se dejó caer sobre ella para protegerla, mientras las tinieblas se dejaban caer sobre él.''

sábado, 15 de marzo de 2014

Fragmentos de Amar a un caballero

``Amar a un caballero´´ de Nicole Jordan. 

''Una única vela iluminaba la estancia, su llama chisporroteaba enviando destellos de luz que se colaban entre las cortinas del dosel y proyectaban tenues sombras sobre la dormida belleza que dormía en la cama. Cuando sus ojos se posaron en ella, Ranulf contuvo la respiración. Envuelta en la pálida luz dorada, parecía demasiado bella para ser real.''


''A menudo se sorprendía a sí mismo recordando a la molesta y desafiante dama noble que había sido una vez su prometida. Ninguna campesina, por muy hermosa que fuera, podía compararse con Ariane.''


''La conversación continuaba a su alrededor mientras él permanecía callado, vívidamente consciente de la bella mujer, fría y regia, que se sentaba a su lado y de su doloroso deseo de poseerla. Quería que la interminable cena acabara para tenerla para él solo y estrecharla entre sus brazos.''


''-No, Ranuf... no es lo que pensáis...
-¿No?- repitió riéndose roncamente.
Un dolor salvaje lo atravesó de repente. No quería oír sus mentiras, no deseaba pensar, ni ser razonable, no quería sentir la terrible amargura con la que la traición de Ariane le atravesaba el corazón.''


''Jamás había sentido tal quietud, pero tendido allí, envuelto en la luz del atardecer con aquella mujer en sus brazos, casi podía olvidar su pasado cruel, casi podía creer que su futuro albergaba algo más que la dura realidad.
Suavemente, con una especie de veneración, Ranulf apartó un mechón empapado de sudor del rostro de Ariane y le besó la sien, y, al oírla suspirar dulcemente, sintió que se le atenazaba el pecho.
La ternura era lo que más lo sorprendía. Ariane le provocaba un deseo irrefrenable de llenarla de ternura: ésta lo recorría, dulce, ardiente, desconocida; la ternura desataba algo en su interior, derretía el hielo que había cubierto su corazón durante tanto tiempo. La había consolado, había enjugado sus lágrimas con pasión, pero la respuesta apasionada de Ariane lo había afectado de un modo que no comprendía en absoluto.
La estrechó aún más cerca, acariciándole la espalda con suavidad indolente. ¿Qué era lo que tenía esa mujer para sacudir así sus entrañas, para provocarle ese deseo de abrazarla, para despertar en él ese anhelo desconocido, esa fascinación por el porvenir, esa esperanza de mirada hacia el futuro? ¿Qué era lo que le producía ese deseo intenso de para el tiempo y permanecer envuelto para siempre en la tranquilizadora paz que lo rodeaba? Ranulf exhaló un suspiro profundo. Tal vez estaba soñando con imposibles, entreteniendo fantasías irreales, pero por el momento quería creer que la paz de ahora podía durar.''


''La paz persistía a medida a medida que se acercaba el ocaso: él la estrechaba en sus brazos, sus cuerpos permanecían entrelazados, se resistían a romper la magia que los envolvía.
-Desearía que pudiéramos quedarnos así para siempre- murmuró ella en un suspiro, poniendo palabras a los pensamientos del propio Ranulf.
No quería que nada destruyera la languidez que la invadía, la protección de aquel sopor cálido. Acurrucada así en sus fuertes brazos, sintiendo como éstos la rodeaban y su calor le recorría la espalda, casi podía olvidar que eran enemigos, que él era su vengativo señor y ella su prisionera.''


''-¡La culpa no es vuestra!- repitió Ariane con la voz contenida por el llanto.
Ranulf pudo sentir el roce tierno de sus labios en la espalda, la humedad del suave torrente que manaba de los ojos de ella. ``Lágrimas´´. No podía respirar: Ariane estaba llorando... llorando por él.
Ranulf se volvió hacia ella.
-Ariane...- murmuró desvelando por un instante el anhelo que desbordaba su alma- os necesito...''


''Respondió con una casi imperceptible inclinación de cabeza cuando ella le deseó un buen viaje, dudando de si realmente era sincera.
Pero, en el último momento, volvió sobre sus pasos, incapaz de marcharse sin saborear la dulzura de sus labios una vez más, sin un beso que le diera fuerzas en el camino. Ariane vio el deseo en sus ojos color ámbar mientras la estrechaba entre sus brazos, sintió la imperiosa necesidad que recorría el cuerpo del guerrero y sus ardientes labios, y cuando se separó de ella, la máscara de frialdad se había instalado sobre sus facciones de nuevo. No tuvo ni una palabra amable, ni tan siquiera un adiós.''


''Ranulf le clavó la mirada, deseoso de negar sus acusaciones. Ella se confundía en una cosa: él quería algo más que el cuerpo de Ariane, la quería a ella, toda ella, quería ligarla a él irrevocablemente y quería creerla, anhelaba desesperadamente confiar en ella, convencerse de que no lo traicionaría. Deseaba desnudar su corazón, librarse del miedo que lo atenazaba, quería amarla, pero incapaz de pronunciar las palabras.''


''Ranulf sacudió la cabeza con gesto amargo, tratando de negar las emociones que atormentaban su alma. Debería alegrarse de que Ariane lo hubuera rechazado: hacía semanas, años, que trataba de encontrar la manera de eludir el matrimonio, así que ¿por qué sentía ahora este dolor en las entrañas y en el pecho?, ¿por qué sentía ese miedo implacable? Era miedo, no a comprometerse con ella, sino a perderla.''


''Había estado tan cegado por los prejuicios, su visión tan sesgada por sus amargas experiencias, que se había negado a ver, se había negado tozudamente a admitir, incluso a sí mismo, que estaba perdiendo su corazón y entregándoselo a Ariane. Había descubierto, no sin dolor, que no podía proteger su corazón como quien se pone un lorigón de malla, y ahora estaba maniatado por cadenas de seda.''


''¡Dios! Confiaba, rezaba para que Roma no le concediera la anulidad; de ser así, no tendría ningún derecho legal sobre Ariane. ¿Sería capaz de dejarla? La pregunta era absurda. No podía enfrentarse al vacío sombrío de la vida sin ella, no podía, no quería dejarla marchar, pero el precio que tenía que pagar para que lo aceptara era su corazón.''


''Abrió los ojos al día gris y se quedó mirando las suaves colinas, saboreando las palabras en sus labios: ``La amo´´. Lo sentía con una rotundidad que reverberaba en su mente, en su cuerpo, incluso en su alma.''


''Amaba a Ariane, la necesidad de una manera pura y poderosa, igual que necesitaba el aire. Si conseguía que fuese suya, sólo pediría a la vida que le permitiera protegerla del mundo, de la tristeza y el dolor. No deseaba nada más. Pero, sabiendo la clase de mujer que era, ella no aceptaría su protección mansamente, sino que permanecería en pie a su lado, luchando junto a él como su igual, su alma gemela.''


''El corazón le latía lenta y dolorosamente mientras trataba de interpretar las palabras escritas en latín que aparecían ante sus nublados ojos. No cabía duda: sus peores temores se confirmaban. Hundió los hombros y dejó caer la cabeza. Habían decidido por él.
-Han concedido la nulidad- murmuró.
-Entonces... os habéis librado de mí- dijo ella en tono apagado después de un rato.
-No, os equivocáis, Ariane- su voz estaba teñida por el desaliento-. Nunca podré librarme de vos.''


''-Confío en vos, Ariane... tanto como puedo confiar en otro ser humano.
Ella comprendía el riesgo que corría Ranulf al pronunciar esas palabras.
-¿Y en cuanto al amor?
Él giró la cabeza y la miró sin volverse, pero obligándose a mirarla a los ojos. 
-Mi amor os pertenece, hasta donde soy capaz de ofrecerlo. Si lo que siento puede llamarse amor, entonce, sí, os amo.''


''En algún rincón recóndito de su alma siempre lo había sabido: estaba hecha para él, era su alma gemela, le pertenecía igual que él le pertenecía a ella.''


''Ranulf cerró los ojos, asustado por la profundidad del amor que sentía por esa mujer: daría la vida por ella sin remordimientos ni escrúpulos, renunciaría a todas sus posesiones por ella; la verdad era que haría cualquier cosa que le pidiera. Y ella le correspondería entregándole su corazón, enseñándolo a amar, mostrándole lo que significaba la ternura.''


''-Nunca creí que sentiría algo como esto.
-¿Como qué, mi señor?
Ranulf le tomó una mano y la apoyó sobre su pecho, directamente sobre el corazón.
-Sentir que moriría si me dejaras. Eres tú quien enciende mi pasión, tú quien gobierna mi corazón. Te necesito como necesito el aire, la luz del sol y el fuego en invierno.''

Fragmentos de Nacido en pecado

``Nacido en pecado´´ de Kinley MacGregor. 

''Sin contuvo la respiración mientras una extraña sensación que nunca había experimentado se extendía por todo su cuerpo. Nadie lo había tocado nunca con tal delicadeza, con tanta bondad.
Pero lo más aterrador de todo era la súbita necesidad de abrazarla, de tomarle la cabeza entre las manos y poner sus labios sobre los suyos.
Por todos los santos, ¿qué le estaba ocurriendo?
Lo único que pudo hacer fue quedársela mirando como un mono aturdido mientras luchaba por seguir respirando con normalidad.''


''Por todos los santos, era una auténtica belleza. Y mientras la miraba sintió un desesperado anhelo de saborear aquellos labios. De sentir cómo su aliento se mezclaba con el suyo mientras él tomaba posesión de ella. De permitir que Enrique los viera unidos en matrimonio, para así poder disfrutar de ella durante el resto de su vida.
El pensamiento lo dejó paralizado.''


''Por alguna razón, la idea de hallarse en una situación tan íntima con él parecía cualquier cosa menos repugnante o grosera. De hecho, Callie no había dejado de darle vueltas a la súbita pregunta de cómo sabrían los labios de aquel hombre. De cómo sería sentir en su cuerpo sus manos, tan grandes y bronceadas por el sol, mientras ella pasaba los dedos por su sedosa cabellera.''


''-¿Vais a seguir adelante con este matrimonio, entonces?
Ella lo miró por encima del hombro y él percibió su aroma a lavanda. El olor de su cuerpo lo llenó de una furiosa excitación. Sin le rodeaba la caja torácica con los brazos y los rojos labios de ella estaban entreabiertos de modo que a él no le hubiera costado nada tomar posesión de su boca en un apasionado beso.
El pensamiento inflamó todo su cuerpo con una pasión todavía más intensa. Que el diablo lo ayudara, porque deseaba a aquella mujer con un desesperado anhelo.
Ella le miró los labios como si sintiera el calor que había entre ellos. Como si ella, también, estuviera soñando con el beso que él anhelaba darle.''


''Callie contempló a Sin mientras él permanecía orgullosamente inmóvil ante ella, sus oscuros cabellos cayendo sobre su rostro de una manera muy seductora: era un hombre peligrosamente apuesto. Un hombre que podía llegar a causar un efecto devastador en una mujer con nada más que una simple sonrisa. Ella no pudo evitar preguntarse cómo sería estar entre sus brazos, sentir el sabor de aquellos labios sobre los suyos.
No debería permitirse semejantes pensamientos acerca de él, y sin embargo no conseguía evitarlo.''


''La negra mirada de Sin escrutó ala suya y Callie vio el respeto que sentía por ella. Eso la llenó de alegría.
-Sois muy sabia, Caledonia.
-Callie- sonrió con dulzura-. Mi familia y mis amigos me llaman Callie.
Sin la miró, sin poder creer que ella le ofreciera su apodo. En ese momento, casi podía permitirse soñar una vida con ella.''


''-¿Vais a llevarme a casa?
-Sí.
-¿Cuándo?
-Pasado mañana.
Una intensa alegría se adueñó de Callie, llenándola como una oleada que nada podía contener. Llena de excitación y sin pensar en lo que hacía, se lanzó a los brazos de él y lo estrechó contra su pecho mientras le corazón le palpitaba frenéticamente.
Aturdido e incapaz de reaccionar, Sin permaneció inmóvil mientras ella lo envolvía con su cuerpo. Nadie lo había abrazado nunca antes. Ni una sola vez. Tragó saliva ante la sensación de los senos de Callie apretándose contra su pecho, de su aliento en su cuello y la ternura con que sus brazos le rodeaban el cuello. Callie se sentía maravillosamente bien.
Lentamente y con mucha torpeza, él puso los brazos alrededor de ella. La sangra palpitaba en sus venas mientras su cuerpo rugía, cobrando vida con una exigencia tan intensa y abrasadora que lo dejó sin aliento.
Ya sólo podía pensar en el calor del cuerpo de Callie junto al suyo, el modo en que su mejilla se apretaba contra la suya.
Antes de que pudiera darse cuenta de lo que estaba haciendo, le levantó la barbilla con la mano y bajó la boca hacia sus labios entreabiertos.
El sabor de su boca lo hizo gemir. La sensación de su aliento confundiéndose con el suyo cuando la lengua de Callie se deslizó sobre la suya en un lento titubeo. Olía a mujer y a lilas, al más puro éxtasis celestial. Sin le tomó la cara entre las manos e inhaló los aromas y las sensaciones del único momento de ternura que había conocido jamás.''


''Tarde o temprano ella lo rechazaría. De eso no le cabía ninguna duda. Y le dolería mucho menos si se mantuviera alejado de ella.
La llevaría a su hogar en las salvajes colinas que la habían visto nacer y luego la dejaría en libertad de encontrar a un hombre al que pudiese amar. Un hombre con el que tuviese algo en común. Alguien que supiera cantar y bailar.
Alguien que supiera amar.
Y, sin embargo, incluso mientras aquel pensamiento le pasaba por la cabeza, una parte de su corazón se entristecía al pensar en ella con otro hombre.
Pero no había manera de evitarlo. Tarde o temprano él tendría que dejarla marchar.''


''Había cometido crímenes que le habría gustado poder enterrar en los más lejanos confines de su mente. No se merecía una segunda oportunidad en la vida. Y estaba seguro de que no se merecía a una mujer tan buena y decente como Callie.
Sólo un demonio como Enrique podía haber concebido el proyecto de unirlos.
A través del dolor de sus recuerdos, vio una imagen de la cálida sonrisa de Callie. Oyó la belleza de su risa.
Callie era capaz de llegar hasta él a un nivel que Sin no conseguía entender.''


''-Quiero estar solo- dijo en un tono más adusto de lo que había pretendido.
-Bueno, me imagino que eso debe llenarme de alegría- dijo ella, con sarcástico disgusto en su voz-. Hoy es el día de nuestra boda y tú quieres pasarlo solo. Perfecto, pues entonces llámame zapato viejo y terminemos de una vez.
Él frunció el ceño.
-¿Cómo has dicho? ¿Qué es lo que quieres que te llame?
-Zapato viejo- le señaló los pies-. Ya sabes, esas cosas carentes de importancia sobre las que andas sin pensar en ellas. Eso es todo lo que soy para ti, ¿verdad?
Sin no habría podido quedarse más atónito si ella le hubiera escupido a la cara. ¿Cómo era que Caledonia pensara eso, cuando para él era la mismísima esencia del cielo? No podía imaginar a una mujer más noble o magnífica, por mucho que tuviera uno o dos hábitos bastante insufribles.''


''-Seré una esposa para ti, Sin, si tú me dejas.
En eso radicaba el problema. Sin no sabía si podía hacer tal cosa. Cada vez que había tratado de acercarse a alguien le habían hecho daño. Con el paso de los años, había aprendido a encerrarse dentro de sí mismo, para no otorgar a nadie esa clase de poder sobre él.
Había cerrado con cuatro llaves su corazón y sus emociones, y aprendido a conformarse con el mero hecho de existir.
Era la única manera de que hubiera paz en su vida.
Ahora ella quería cambiar todo eso. Sin llevaba tanto tiempo anhelando ser querido y aceptado que ahora no se atrevía a volver a abrirse a ninguna ternura. Porque el hacerlo lo destruiría.''


''No había ninguna razón por la que tuviera que regresar a Londres o volver con su esposa.
Absolutamente ninguna.
Ninguna salvo el hecho de que le gustaba sentir el contacto de la mano de ella en su brazo. La expresión risueña que flotaba en sus verdes ojos. El aspecto de aquel hoyuelo que aparecía cuando ella hablaba.''


''No podía haber escapado ahora que estaban casados. Caledonia le había dicho que lo estaría esperando. Una súbita punzada de dolor le atravesó el pecho cuando pensó en Caledonia huyendo de él. El dolor fue tan intenso que pon unos instantes le faltó el aliento. No se había dado cuenta hasta aquel momento de lo mucho que deseaba verla cuando llegara, de cómo anhelaba encontrarla allí con una sonrisa de bienvenida en el rostro.''


''Sin contuvo la respiración al ver a su esposa en los brazos de Simon. Callie se apoyaba en el pecho de Simon y alzaba la cabeza hacia él para sonreírle con una expresión llena de felicidad.
Una ira posesiva hizo presa en Sin y de pronto lo vio todo rojo. ¡Cómo se atrevía Caledonia a mirar a Simon de esa manera! Sin sintió que el dolor lo rompía por dentro. Había querido que ella le diera la bienvenida con esa expresión, y ahora la dirigía hacia otro hombre.''


''Ella se merecía un campeón honorable. Un hombre como Simon, alguien que la amara y le diera los hijos que tanto anhelaba. Saber que él nunca podría ser ese hombre libre de preocupaciones que reiría con Callie y compartiría su tranquila existencia lo llenó de pena.''


''Con todo, mientras la veía dormir, una amarga pena echó raíces dentro de su corazón he izo que  deseara ser un hombre distinto. Un hombre mejor.
Sin se acostó junto a Callie y la tomó entre sus brazos. Se limitaría a seguir teniéndola abrazada durante un rato.
Fingiendo que tenían un futuro juntos. Fingiendo que él podía ofrecerle algo que mereciera la pena.''


''-¿Te encuentras bien?
-Estoy perfectamente.
Ella extendió la mano para tocarle la cara, con el temor de que la apartara.
Él no lo hizo.
Sin sabía que hubiese debido alejarse de ella, pero la deliciosa sensación de la mano de Callie sobre su piel lo mantuvo inmóvil. Había pasado toda su vida en entornos hostiles, rodeado de personas que lo odiaban. La situación de ahora no tenía nada de nuevo para él. Nada salvo la amistad que le ofrecían ella y Simon.
Por primera vez en su vida se sentía completamente solo. Y antes de que pudiera darse cuenta de lo que estaba haciendo, bajó la cabeza y capturó los labios de Callie con los suyos.
Gimió al sentir el sabor de su boca y la dulzura de su aliento. Ella lo rodeó con los brazos, llevándolo todavía más cerca de su calor.
Sin sintió que iba a perder el control. Deseaba a Callie como nunca había deseado nada en la vida. Quería mantenerla encerrada dentro de su corazón marchito, para que estuviera protegida y a salvo, y sin embargo sabía que eso era una insensatez.''


''Se apartó de ella.
-Deberías ir a visitar a tu familia.
-Tú eres mi familia, Sin.
Él sintió que se le hacía un nudo en la garganta cuando un súbito maremoto de emociones hizo temblar su alma La intensidad de la sensación era tan grande que hizo temblar su alma. La intensidad de la sensación era tan grande que hizo que se le saltaran las lágrimas. Perdido y desgarrado por el sufrimiento, se alejó de Callie.''


''-Si me necesitas, estaré abajo con mi tío.
Sin oyó cómo la puerta se cerraba tras ella. Sus estados de ánimo se habían vuelto tan volátiles que de pronto le entraron ganas de romper algo. 
Por encima de todo, quería que aquel intenso dolor dejara de desgarrarle el corazón. Quería bajar y reclamar a su esposa, vivir en el paraíso de su aceptación.
¿Acaso era mucho pedir?''


''-No quiero nada- masculló.
Y era cierto. No quería tener a Callie, no quería ser dueño de sus tierras. No quería nada. Lo único que quería...
Cerrando los ojos invocó el capullo hecho de vacío y ausencia de sentimientos dentro del que llevaba tanto tiempo viviendo. Allí no había dolor. No había pasado.
No había nada.
Era el único consuelo que un hombre como él podía esperar llegar a conocer. Sí, allí, ya que no en el contacto del cielo de su esposa, había una imitación de la paz. Y a él le bastaba con eso.
Pero en el fondo de su corazón Sin sabía que no era así. Callie lo había arrancado de su capullo y ya nunca volvería a ser el mismo.''


''Pero no era más que un sueño insensato.
Aquel mundo no le ofrecía ningún lugar en el que pudiera estar a salvo. No había felicidad para alguien como él. El amor era para otros. Hombres afortunados que se habían visto bendecidos con el don de saber amar.
Esa noche, sin embargo, Sin sentía su soledad como nunca la había experimentado antes. Tenía mucho frío, y el vacío que había dentro de él lo llenaba de dolor.''


''Sólo sabía cómo protegerse a sí mismo de aquello que podía hacerle daño.
Y sin embargo, cuando la miraba, sólo podía pensar en ser el hombre que ella necesitaba. En tenerla a su lado durante el resto de la eternidad.''


''-Sin, ¿por qué tienes que huir de mí? Pensaba que ya habíamos resuelto una parte de eso anoche. 
Él tragó saliva al ver la pena que había en sus ojos.  Ardía en deseos de extender las manos hacia ella, tomarla entre sus brazos y besarla hasta que los dos quedaran ciegos de placer. Quería volver a sentirse dentro de ella y pasar el resto de la eternidad abrazándola... y sin embargo no se atrevía a hacerlo.''


''-Me aseguraré de que nadie te moleste.
Se levantó, se inclinó sobre él y depositó un beso en su mejilla. Sin saboreó la sensación de de los labios de Callie sobre su piel. Y tuvo que recurrir a todas sus reservas de voluntad para no acostarla en la cama con él y hacerle el amor.
En lugar de eso, dejó que la bondad de su esposa fuera filtrándose en su interior. El calor de los labios de Callie acarició los bordes desgarrados de su corazón que apenas estaba empezando a latir.''


''Miró a Callie, tratando de grabarse su rostro en la memoria. Si pudiera tener algún deseo, sería el de amarla. Mantenerla a salvo de todo mal.''


''La medianoche ya había quedado muy atrás cuando Sin se decidió a encaminarse hacia su cama. Callie estaba profundamente dormida, hecha un ovillo sobre el costado.
Se quedó allí de pie durante un rato, contemplando los destellos del fuego que parecían danzar sobre las facciones de Callie. Dormida estaba más irresistible que nunca. Nada le habría gustado más que apartar las mantas y reunirse con ella en la cama, para tomarla entre sus brazos y hacerle el amor hasta que el sol estuviera bien alto en el cielo.
El sabor y el tacto del cuerpo de Callie estaban grabados a fuego en su alma, y se preguntó si tendría el valor de dejarla cuando llegara el momento.
¿Cómo sería pasar el resto de su vida con ella? Tener risas y amor...''


''Callie sólo veía lo mejor de él, y lo aterraba pensar en el día en que su opinión cambiaría.
 Tarde o temprano, el primer brote del amor siempre terminaba convirtiéndose en otra cosa. Con suerte, ese brote florecía para dar una amistad duradera, pero era mucho más frecuente que se convirtiera en odio. Ahora él era nuevo para Callie. Pero si se quedaba a su lado el tiempo suficiente para llegar a conocerlo mejor, entonces Callie vería con claridad todos sus defectos y terminaría despreciándolo.
Era un riesgo que él no podía permitirse correr. Porque, en el fondo de su corazón, sabía que sólo ella podía destruirlo. 
Los ojos de Callie tenían el poder de hacerle más daño que cualquier enemigo o cualquier ejército.
Ella era la dueña de su receloso y marchito corazón.''


''-Calllie.
No se dio cuenta de que había pronunciado su nombre en voz alta hasta que ella se volvió a mirarlo.
-¿Sí?
Él miró a su esposa, allí de pie en el pasillo con sus rojos cabellos cayéndole sobre los hombros en suaves rizos. Callie llevaba el plaid verde, amarillo y azul oscuro de su padre y la falda negra realzaba su magnífica figura.
Era la visión más hermosa que jamás hubieran contemplado sus ojos.
-¿Puedes enseñarme qué es el amor?''


''-Yo quiero que tu corazón sea mío, Sin- dijo mientras le pasaba la mano por los cabellos.
-Mi corazón cubierto de heridas ya no sirve para nada, pero lo que queda de él es todo vuestro, milady.''


''Nuca había vivido una tarde como aquélla. Nunca había experimentado la deliciosa sensación de sentirse abrazado con amor.
Rodeó a su esposa con los brazos, y oyó cómo enseguida se quedaba dormida.
Sonriente, se inclinó sobre ella para contemplar la tranquilidad de sus facciones mientras sentía las suaves cosquillas del aliento de su esposa en los brazos. De haber podido, se habría quedado allí para siempre y hubiese pasado el resto de su existencia en aquel paraíso lleno de paz que era Callie.''


''-Guardias- ordenó Enrique-, lleváoslo.
Sin no protestó cuando los guardias lo agarraron de los brazos y se lo llevaron.
Lo único que se lamentaba era que no se atrevía a volver la cabeza para mirar a su esposa. Temía que si lo hacía no sería capaz de seguir adelante con aquello. La quería más que a nada en el mundo. Pero en el fondo de su corazón desgarrado por las dudas, sabía que era así como tenía que ser.''


''-Parece que tu esposa ya te ha abandonado- dijo Enrique mientras cabalgaba junto a Sin.
Sin no permitió que Enrique viese lo mucho que le dolían aquellas palabras. Nunca admitiría ante nadie, ni siquiera ante sí mismo, que lo que realmente había querido era que Callie lo retuviera.
Hasta el instante en que el castillo se perdió de vista, una parte de él no había dejado de anhelar oír la voz de Callie gritando que lo amaba demasiado para verlo morir. Que haría cualquier cosa con tal de salvarlo.
Había sido un sueño insensato, y él lo sabía muy bien.''


''-Nunca pensamos que veríamos cómo te sacrificas por un asqueroso escocés.Ni que te veríamos lucir su marca. Dinos, ¿qué ha causado este cambio en ti?
Sin no respondió. No podía hacerlo.
¿Qué había causado aquel cambio? La dulce sonrisa de una hermosa doncella que había sabido llegar al interior de su muerto corazón y había hecho que volviera a latir.''


''Condenado al ostracismo por parte de todos, Sin permaneció solo hasta que acamparon aquel anochecer.
Pasó la noche en el frío suelo, a la intemperie y encadenado a un tronco. Hubiese debido tener frío y padecer grandes incomodidades, pero sólo podía pensar en su esposa.
Siempre había estado seguro de que moriría en el campo de batalla, abatido por una flecha o una espada enemiga.
Nunca se había atrevido a soñar que sería el amor el que lo matara.
Había conocido el amor durante un período de tiempo tan corto que no parecía justo que ahora éste fuese a ser la causa de su muerte, y sin embargo no se le ocurría un final mejor.''


''Sus días de asesino habían terminado. Sin había dejado esa parte de sí mismo en Inglaterra, y el corazón estaba en manos de su esposa.
Ahora ya no quedaba nada de él. Era un cascarón vacío que seguía existiendo únicamente para recordar el delicado rostro de Callie.
Cerró los ojos y trató de encontrar consuelo en el hecho de que, aunque él no llegaría a vivir el resto de su existencia con Callie, al menos había sido lo bastante afortunado como para poder tenerla a su lado durante un breve período de tiempo.''


''Con cada legua que recorrían, Sin sentía profundamente en su corazón la distancia que iba separándolo de su esposa. Cómo deseaba que hubieran podido disfrutar de un día más juntos, de una noche más y así podido estrecharla entre sus brazos y hacerle el amor.
¿Por qué se había empeñado en mantenerse alejado de ella? Ahora aquello le parecía el colmo de la insensatez, y, si pudiera volver a disponer del tiempo transcurrido lo pasaría en los brazos de Callie, estrechándola contra su pecho y amándola con todo su cuerpo. Con todo su corazón.
Sí, poder sentir sus labios una vez más...''